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El futuro de Ferrari sin Luca di Montezemolo

Luca di Montezemolo llevaba siendo Presidente de Ferrari desde finales de 1991. Ahora se abre una nueva etapa en el equipo italiano, donde Sergio Marchionne estrenará presidencia. La Scuderia seguirá su reestructuración con dos grandes dudas: cuál será la función de Marco Mattiacci y hasta cuándo durará el patrocinio del Banco Santander.

6 min. lectura

Publicado: 10/09/2014 13:30

El Consejero Delegado de FIAT, Sergio Marchionne, había realizado hace pocos días unas declaraciones en las que atacaba el trabajo de Di Montezemolo, asegurando que nadie es indispensable y que, si bien los resultados económicos eran excelentes, los deportivos dejaban mucho que desear: "No puedo ver una Ferrari así. Llevamos seis años sin ganar, y eso me molesta mucho". Montezemolo se había quedado sin apoyos en Maranello y en FIAT, y Marchionne allanaba el camino para provocar su dimisión y tomar el mando de la escuderia. Y así ha sido.

Tanto John Elkann (Presidente de FIAT) como Sergio Marchionne (su Consejero Delegado) han despedido a Di Montezemolo con buenas palabras en un comunicado, pero ambos empujaron al ya ex Presidente a tomar la decisión de dimitir, algo que él mismo había negado el pasado sábado que fuera a hacer. También Alonso había asegurado que tuvo una conversación con el que era su presidente, que le había confirmado que seguiría al frente de Ferrari. Por tanto, parece claro que la decisión no es del propio Luca.

Marchionne recoge el testigo que antes llevaron Luca di Montezemolo, Piero Fusaro, Vittorio Ghidella, Nicola Tufarelli y Giovanni Sguazzini, además del propio Enzo Ferrari. Lo hace con una Ferrari envuelta en una profunda reestructuración, que ha provocado el cambio de varios cargos en el equipo de Fórmula 1 esta temporada y la llegada de un nuevo jefe, Marco Mattiacci.

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La figura de Mattiacci, clave

Aunque la llegada de Mattiacci a Ferrari coincidió con la presidencia de Montezemolo, Marco es una elección de John Elkann y Sergio Marchionne. Parte del futuro del equipo dependerá del rol que adopte Mattiacci. Por una parte, puede conservar su cargo, y habría que esperar qué piezas y de qué manera se mueven en el histórico equipo. Por otra, Sergio Marchionne intentaría contratar a Ross Brawn y darle todo el poder del equipo, pero para ello Mattiacci debe ser trasladado a otra sección de la empresa.

Ross Brawn solo volvería a Ferrari para ocupar el puesto que actualmente tiene Mattiacci, por lo que mientras el italiano siga siendo jefe de equipo, el británico no regresará. Y surge otra posibilidad, la de que el mandato de Marchionne sea de paso y Marco Mattiacci pase a ser Presidente, permitiendo entonces que Brawn tomara las riendas de la escudería en Fórmula 1.

Hay otros nombres sobre la mesa, como el de Bob Bell, Director Técnico de Mercedes que dejará el equipo a final temporada y podría recalar en Maranello. Esta llegada sería importante para Fernando Alonso, ya que coincidieron en Renault. Alonso sigue siendo uno de los más importantes activos de los del Cavallino, su piloto estrella en torno al que gira el equipo. Uno de los principales causantes de que fichara por Ferrari, Emilio Botín, ha fallecido, y se abre otra duda...

¿Hasta cuándo mantendrá el Banco Santander su patrocinio?

El futuro de Alonso no depende de si Santander abandona la Fórmula 1 o no. El asturiano tiene un altísimo valor por sí mismo y cualquier equipo querría contar con sus servicios. Pero sí es cierto que, si Santander deja el patrocinio, Ferrari debería buscar otra fuente de ingresos como la que supone hasta ahora mismo el banco español. Económicamente, a Santander le compensa estar en Fórmula 1 con Ferrari, pero habrá que esperar la decisión del sucesor de Botín. Lo normal sería que la unión Santander-Ferrari continuara, al menos hasta que termine su contrato en 2017.

Toca esperar cambios en Ferrari, donde los meses que tenemos por delante hasta que termine 2014 y empiece la siguiente temporada serán vitales para el futuro de la Scuderia a medio y largo plazo. Mattiacci es partidario de una profunda renovación del mítico equipo, más destinado a obtener resultados en pista que en los despachos como empresa. Algo parecido a lo que ha ocurrido en Red Bull y Mercedes y que ni Ferrari ni su histórico rival, Mclaren, han sabido hacer. Montezemolo, cuyos días de gloria se remontan ya a la primera década de este siglo, tenía un carácter más continuista, y Ferrari encuentra ahora en Marchionne la posibilidad de reinventarse, una vez más.

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