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GP HungríaLos detalles técnicos del GP de Hungría

Las excepcionales características del circuito húngaro han desvelado algunas claves que nos permiten analizar con detenimiento el rendimiento neto de los monoplazas de la parrilla. Aunque, como es lógico, Mercedes sigue siendo la referencia en todos y cada uno de los apartados.

8 min. lectura

Publicado: 27/07/2015 09:30

Hungaroring es un circuito en el que el rendimiento del motor pierde gran parte de su protagonismo, al menos en lo que a potencia se refiere, ya que en términos de capacidad de recarga de baterías, las cosas cambian. También cuenta con numerosas curvas de radio largo que, a pesar de que son de velocidad baja o media en la mayoría de los casos, permiten evaluar a los monoplazas a nivel aerodinámico. Eso sí, no tanto en términos de eficiencia como de capacidad de generar altos niveles de carga aerodinámica. Además, no faltan los tramos en los que la frenada y la tracción a la salida de las curvas toman importancia aunque, eso sí, a un nivel inferior. En este análisis de rendimiento puro y duro, lo más conveniente es tomar como referencia el rendimiento en clasificación en comparación al de otros circuitos en los que priman otras características. En la carrera, influyen mucho otros aspectos como son la salida, el tráfico, la estrategia o los incidentes.

Mercedes, intocable

Se tiende a resaltar la supremacía del propulsor Mercedes sobre el resto, pero lo cierto es que el equipo de la estrella de tres puntas sigue teniendo un monoplaza imbatible en (casi) todos los sentidos. Dejando de lado la gestión de los neumáticos en carrera con altas temperaturas o incidentes de carrera como los que pudimos presenciar el domingo, el W06 es inalcanzable en todos los circuitos. Cierto es que en trazados de menor potencia las diferencias se estrechan, pero aún así siguen rozando lo escandaloso.

Tanto Ferrari como Williams suelen alternarse en la persecución de Mercedes, aprovechando el deficiente rendimiento del propulsor Renault que utilizan Red Bull y Toro Rosso. Pero en un circuito como el húngaro, el equipo de Milton Keynes aprovecha para ascender puestos en la parrilla. Incluso hasta el punto de igualar el rendimiento del equipo rojo en su mejor actuación de la temporada, sacando a relucir su buen rendimiento aerodinámico en un circuito en el que el propulsor no otorga ventaja.

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Williams, por su parte, vuelve a demostrar que sufre en los circuitos lentos y en la clasificación firmó su peor actuación de la temporada a excepción de Australia y Mónaco. El FW37 ha sufrido siempre un déficit de carga aerodinámica especialmente notorio en circuitos de media o baja velocidad, aunque sus últimas evoluciones le han permitido mejorar en este aspecto.

Toro Rosso pierde fuelle

El equipo de Faenza también ha sufrido más de la cuenta en un circuito lento como el de Hungaroring. Pero, al contrario que en el caso de Williams, resulta extraño al contar con un propulsor que lastra mucho su rendimiento en las rectas. Si bien es cierto que Toro Rosso está clasificando muy bien todo el año, perdiendo posteriormente rendimiento en carrera, en este caso el rendimiento neto estuvo muy por debajo de lo mostrado en circuitos como Montmeló, Red Bull Ring o Silverstone. Al poco rodaje de Verstappen en los entrenamientos libres por problemas de fiabilidad se sumó el hecho de que Sainz no consiguiera adaptarse a los cambios de la pista en clasificación. El Toro Rosso es un monoplaza con una gran velocidad natural, pero excesivamente sensible con los neumáticos, que le lastra cuando se producen cambios de temperatura o hay que gestionar la degradación en carrera.

Otros equipos como Lotus o Force India también notan la circunstancia de no poder exprimir el motor al máximo en un circuito tan lento, perdiendo fuelle respecto a otros Grandes Premios. La versión B del Force India no termina de cumplir expectativas y, aunque es cierto que ha supuesto un paso adelante en circuitos de exigencia aerodinámica, su desempeño no es lo suficientemente competitivo como para llegar a la Q3 con solvencia.

McLaren no levanta cabeza

Este era el circuito en el que McLaren, una vez más, esperaba dar un salto de calidad. Y no se puede negar que en ritmo de carrera, así fue. El quinto puesto final de Alonso se cimentó en los problemas de muchos de sus rivales, pero también en un ritmo consistente. En cualquier caso, en términos de velocidad pura, el avance es casi imperceptible.

McLaren mantiene que el problema principal del coche es el propulsor Honda, pero lo cierto es que ni el chasis ni el mapa aerodinámico del coche están a la altura tampoco, algo evidente en un circuito como éste. La realidad es que McLaren, por unas razones o por otras, no ha ofrecido su mejor cara en ninguno de los circuitos en los que el chasis prima sobre el propulsor.

Novedades

Las novedades principales se centraron en el nuevo alerón delantero de Williams, en el que los diseñadores modificaron el endplate y la unión de éste con el plano principal del alerón.

McLaren también introdujo mejoras, añadiendo más volumen interior en el capó motor para una mayor refrigeración de los mecanismos internos. Además, introdujo nuevos generadores de vórtices en y junto al espejo retrovisor del monoplaza.

Fotografías originales: Sutton Images.

El Gran Premio de Hungría suele celebrarse con altas temperaturas y por ello la extracción de aire del capó motor suele aumentar de tamaño, algo a lo que se une la versión más voluminosa del monkey seat para generar la mayor carga aerodinámica posible, como podemos ver en el Williams y el Toro Rosso respectivamente.

Fotografías: Sutton Images.

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