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Formula VintageFangio lidera la primera venida de las Flechas de Plata

Tras tener que empezar el año con Maserati, Fangio fue el estandarte de la revolución técnica que supuso el W196 de Mercedes. Formula Vintage viaja a 1954 para repasar una temporada histórica y, también, la primera muerte de un piloto en un Gran Premio.

22 min. lectura

Publicado: 04/05/2016 13:30

Dos temporadas puente bajo normativas de Fórmula 2 dieron paso al regreso de los Fórmula 1 al Campeonato Mundial de Pilotos en 1954, al entrar en vigor el reglamento aprobado tres años atrás. Para esta temporada, los cinco mejores resultados de cada piloto contarían para el campeonato, uno más que el año anterior, y el calendario se mantuvo intacto, aunque el Gran Premio de Holanda, en un principio aplazado a petición de los equipos, fue finalmente cancelado. El límite de cilindrada de los motores aspirados aumentó a 2.500cc, lo que espoleó la entrada en la competición de dos nuevos fabricantes, Mercedes y Lancia.

Estos contrataron a las dos grandes estrellas de la época. Mercedes firmó a Juan Manuel Fangio para pilotar el W196, un coche compuesto de una ligera carrocería de magnesio y propulsado por un L8 a inyección que daba 260 CV, 30 más que la competencia. Junto a él, dos pilotos alemanes que competían en resistencia, el experto Karl Kling, hombre de la marca, y el joven Hans Herrmann. Lancia, por su parte, se hizo con los servicios del bicampeón Alberto Ascari y de Luigi Villoresi, quienes abandonaron Ferrari por sus desavenencias personales y financieras con Enzo, para ponerse al volante del D50, que portaba un motor V8. Por desgracia para ellos, numerosos problemas de desarrollo del coche impidieron su participación hasta la última prueba, una situación similar a la de Maserati dos años antes.

Los demás fabricantes sólo acoplaron nuevos motores a sus Formula 2. Ferrari probó a lo largo del año con dos modelos: el más desarrollado 625, y el 553, más moderno aunque menos competitivo, ambos con motor L4. Mantuvo en nómina a Giuseppe Farina y Mike Hawthorn, y recuperó a José Froilán González. Maserati rediseñó y desarrolló su A6GCM, al que montó un L6 para convertirlo en el 250F. Sin Fangio, González ni el fallecido Felice Bonetto, Onofre Marimón pasaba a ser el piloto estrella, junto a dos promesas de la marca en resistencia, Luigi Musso y Sergio Mantovani, a quienes Maserati ya hizo debutar en Italia el año anterior. Por último, Gordini se limitó a instalar un L6 en su T16, con Jean Behra como piloto principal y otros dos coches que alternaron entre varios pilotos, en especial Paul Frére, André Pilette y Clemar Bucci.

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Ninguna marca británica estaba aún lista para un esfuerzo a tiempo completo. El único que lo intentó fue Tony Vandervell. Durante la era Formula 2, este empresario adquirió y modificó varios Ferrari 125, a los que renombró como “Thinwall Special”, para competir en pruebas de Formula Libre. Para 1954, su estructura, que pasaría a llamarse Vanwall, encargó un chasis a Cooper, construyó su propio motor L4 y contrató a Peter Collins para participar en el Mundial a partir de la prueba de Silverstone. BRM regresó tras 3 años de ausencia con Ken Wharton, pero como equipo privado de Maserati, al igual que la mayoría de los privados habituales (Stirling Moss, Harry Schell, Prince Bira y Roberto Mieres), a excepción de los Ferrari de Écurie Rosier -con Louis Rosier, que a final de año se pasó a Maserati, y Maurice Trintignant-.

La carrera inaugural, en Buenos Aires, se disputó en dirección contraria a la habitual, por primera y única vez. Al celebrarse en enero, ni Mercedes ni Lancia estaban preparadas para competir, pero Fangio obtuvo permiso para correr en casa con Maserati, en el coche de Mantovani. Farina logró su última pole, batiendo por poco a González. Este se recuperó de una mala salida y ya era lider en la vuelta 15. En la 32 comenzó a llover y el caos se apoderó de la carrera. González trompeó, Farina paró para ponerse una visera de agua y Hawthorn también trompeó dos vueltas después, dejando a Fangio líder. Cuando la pista se secó, Fangio fue adelantado por González y Farina, pero recuperó el liderato 12 giros después cuando la lluvia regresó. Poco después, paró en boxes para poner unos neumáticos especiales. Ferrari se quejó de que el argentino había sido asistido por más mecánicos de los permitidos, y ordenó a Farina y González que bajaran el ritmo, lo que permitió a Fangio pasarles a los dos y ganar la carrera. No sólo no fue sancionado, si no que Ferrari recibió otro golpe con la descalificación de Hawthorn por recibir ayuda externa tras su trompo. Acabaron en los puntos Trintignant y Élie Bayol, uno de los muchos pilotos de Gordini.

5 meses más tarde, Mercedes seguía sin estar lista para la carrera de Spa-Francorchamps, por lo que Fangio volvió a correr con Maserati, esta vez en el coche de Musso. Tras quedar detrás de los Ferrari en entrenamientos, cambió de coche con Marimón y logró la pole con segundo y medio sobre González, quien rompería motor liderando la primera vuelta. Fangio recuperó la punta al pasar a Farina, que llevaba el brazo en cabestrillo a causa de un accidente en la Mille Miglia, pero tuvo que parar en la vuelta 10 al romperse su visor de lluvia. Tres vueltas más tarde, alcanzó al italiano y, con la rotura del propulsor de Farina un giro después, se llevó la victoria, a pesar de que cruzó la meta con las bujías fundidas. Siendo segundo, Hawthorn tuvo que ceder a González su coche, ya que el escape vertía aceite dentro del habitáculo. El británico se desmayó al llegar a boxes y tuvo que ser extraído. Completaron el podio dos primerizos: Trintignant, en un cuarto coche de Ferrari tras ganar las 24 horas de Le Mans junto a González, y Moss, que había salido noveno en su Maserati privado. Se valió de una parada extra del argentino de Ferrari, el cual pasó a André Pilette a siete vueltas del final para acabar cuarto.

En Reims, Lancia permitió a Ascari -en lugar de Mantovani, quien corrió con un cuarto coche- y Villoresi -en el de Musso- competir con Maserati; y Ferrari subió a Trintignant al coche oficial para el resto del año, por las graves quemaduras que Farina sufrió en un accidente en Monza. No obstante, Mercedes atrajo todas las miradas con su modernísimo diseño streamlined con ruedas carenadas, con el que dieron toda una exhibición: tras hacer doblete en clasificación, Fangio y Kling doblaron a toda la parrilla, se intercambiaron posiciones varias veces y cruzaron la meta en paralelo, logrando el argentino el primer triunfo para una marca no italiana. La pelea por el podio estuvo marcada por las averías, en especial en Ferrari : primero Ascari, y luego Herrmann -vuelta rápida en el tercer Mercedes- y González en el mismo giro, rompieron motor; Marimón tuvo que parar para cambiar tuercas poco después, y Trintignant atacó varias vueltas al Maserati privado de Prince Bira hasta sufrir la novena rotura de motor del día. Robert Manzon, sustituto de Trintignant en Écurie Rosier, tomó el relevo, y logró pasar al tailandés. Bira se la devolvió a dos vueltas del final, antes de quedarse sin gasolina en la última. Le valió para el cuarto puesto, estando Villoresi a dos vueltas.

En Silverstone, los coches de fábrica de Maserati no llegaron al circuito antes de los libres, y fueron relegados al fondo de la parrilla. La marca italiana volvió a contar con Ascari y Villoresi, pero ambos coches rompieron motor en carrera con Ascari al volante. Fangio repitió pole, batiendo por un segundo a González, y todos esperaban que el dominio de Mercedes se prolongase, pero el revolucionario carenado de las ruedas del W196 dificultaba tomar las curvas, lo que jugó en su contra en un trazado de virajes veloces como Silverstone. González salió líder de la primera curva y logró sobrevivir a un aguacero en las últimas vueltas para obtener su segunda y última victoria, ambas en el mismo circuito. A lo largo de la prueba, Fangio rozó varios barriles de gasolina que delimitaban partes de la pista, y los daños en carrocería y caja de cambios sólo le permitieron acabar cuarto sobre Trintignant.

Hawthorn terminó segundo tras librar una gran batalla con un Stirling Moss que terminó rompiendo una suspensión trasera en pleno chaparrón. Onofre Marimón, que había salido en 28º lugar y pasado a 19 coches en la primera vuelta, completó el podio de forma heroica al rebasar a Fangio a 13 vueltas del final bajo la lluvia. Durante la carrera, Ron Flockhart sufrió un violento accidente al dar tres vueltas de campana con el Maserati privado de Prince Bira, siendo liberado por los espectadores. En este Gran Premio se dio la insólita circunstancia de que siete pilotos habían marcado la vuelta rápida. Dado que en Silverstone los tiempos sólo se cronometraban hasta el segundo, sin décimas, Ascari, Behra, Fangio, González, Hawthorn, Marimón y Moss lograron dar una vuelta en 1:50. Por tanto, cada uno sumó 1/7 de punto adicional.

Mercedes presentó en Nürburgring una versión más convencional de su W196, sin las ruedas carenadas,con el que Fangio logró una gran pole con un 9:50.1 que sólo pudo seguir Hawthorn a tres segundos. Aquí fue donde Onofre Marimón pasó a la historia de la Fórmula 1 de la forma menos deseable. Con Fangio justo detrás, trazaba una curva cerrada a derechas en bajada cuando el coche se fue contra un montículo de tierra, y dio vueltas de campana antes de chocar contra un árbol. Marimón sufrió fractura de cervicales y hundimiento de tórax, y murió pocos minutos después, siendo el primer piloto en perder la vida en un fin de semana de Gran Premio. En la escena del accidente, Fangio descubrió que la caja de cambios estaba en cuarta velocidad, cuando en la curva se debía ir en tercera, por lo que la tragedia se atribuyó a un error de pilotaje.

Villoresi, que competía de nuevo con Maserati -no así Ascari-, decidió retirarse del evento, opción que sopesaron Fangio y González. Aún abatido por la muerte de su compatriota, este último se bajó del coche en la vuelta 16 siendo tercero. En la que sería la carrera más larga de la historia de la Fórmula 1 hasta Canadá 2011 (3 horas y 45 minutos), y a pesar de la oposición inicial del hombre de Ferrari, Mercedes controló pronto la situación con Fangio, Hermann Lang, al volante de un cuarto coche, y Kling. Lang abandonó tres giros más tarde tras un trompo, lo que motivaría al veterano piloto, toda una leyenda del automovilismo alemán, a retirarse. Kling, desobedeciendo órdenes de su muro, pasó a Fangio en la vuelta 15 y se disponía a ganar hasta que, en el penúltimo giro, su suspensión trasera se dañó, por lo que acabó cuarto sobre Mantovani. Fangio ganó con comodidad por delante de Hawthorn -que acabó en el coche de González, tras abandonar a las primeras de cambio-, y de Trintignant, pero no hubo celebración alguna.

Maserati contrató a Roberto Mieres para cubrir el puesto del fallecido Marimón, y Moss, que gozaba de soporte oficial, pilotaría un cuarto Maserati en Bremgarten, donde Fangio podía lograr su segundo entorchado usando de nuevo el modelo ‘tradicional’ de Mercedes. Sólo González podía evitarlo, y debía ganar la carrera. Intentó poner presión quitándole la pole por dos décimas, pero Fangio no hizo más concesiones y se proclamó campeón a lo grande, liderando desde la salida hasta el fin de la prueba. Dobló a todos menos a González, que contempló la coronación de Fangio desde el segundo lugar, tras perder la posición con un Moss que salía en primera línea, y recuperarla gracias a que Hawthorn le hizo de liebre. La fiabilidad fue clave de nuevo: ambos británicos abandonaron por problemas mecánicos, y gracias a las roturas de motor de Trintignant y Kling, Hans Herrmann terminó en tercera posición, sobre Mieres y Mantovani.

En la prueba de Monza, se produjo el regreso temporal del hijo pródigo Alberto Ascari a Ferrari, debido a que Lancia seguía sin aparecer. Las largas rectas del trazado italiano eran el escenario ideal para que Mercedes recuperara su modelo carenado, con el que Fangio batió en clasificación por dos décimas a Ascari. Tras liderar los primeros compases un Kling que cometería un error pocas vueltas después, Ascari pasó a Fangio en la vuelta 5 y le mantuvo detrás. En una actuación estelar, Moss se pegó con González hasta que éste abandonó, alcanzó al duo de cabeza con un Villoresi que acabó rompiendo el embrague, y se puso en cabeza. Ascari recuperó el liderato, pero su motor acusó el sobreesfuerzo. Moss terminó por ceder en su empeño al tener que parar en boxes, y sufrir después una rotura de motor. El británico acabó la prueba empujando su coche hasta la meta ante los vítores de la grada. Fangio obtenía por tanto una nueva victoria, con una vuelta de ventaja sobre Hawthorn y dos sobre González, que fue ganando puestos en el coche de Umberto Maglioli, uno de los dos wild cards de Ferrari. Gracias a los abandonos, terminó tercero por delante de Herrmann y Trintignant.

Tras dos cancelaciones, España volvió a acoger un Gran Premio, el último del año, en el circuito de Pedralbes, al que González no acudió al haber sufrido un accidente en un test en Irlanda del Norte y no haber nada en juego. Lancia hizo su esperada aparición con su D50, con el que Ascari causó sensación al lograr la pole con un segundo de ventaja sobre Fangio y marcar la vuelta rápida en carrera, pero no era el año del italiano, y tanto él como Villoresi abandonaron antes de 10 vueltas. En primera línea, partía desde el cuarto lugar Harry Schell con su Maserati privado. Con los Mercedes algo retrasados, y sin los Lancia en pista, sorprendió aún más al alternarse en el liderato con Trintignant hasta que sufrió un trompo. Hawthorn cogió el liderato casi de inmediato y se impuso con comodidad.

Después de que la caja de cambios boicotease a Trintignant, Fangio era segundo a gran distancia de Hawthorn. En su camino, se interpusieron numerosos papeles de periódico que quedaron diseminados por la pista y causaron algunos abandonos. A poco del final, estos papeles se quedaron atascados en el radiador de Fangio, el cual empezó a perder aceite, y tuvo que ceder la segunda posición con el prometedor Luigi Musso. Para esta carrera, Maserati montó en un quinto coche al piloto español Paco Godia. Con un monoplaza mucho más competitivo que el de su intento en 1951, Godia se clasificó 13º entre 21 coches y terminó sexto, a sólo un puesto de la zona de puntos, aunque a cuatro vueltas del vencedor y a tres de Mieres y Kling.

El regreso de los Fórmula 1 al Mundial deparó la aparición de una Mercedes imperial. Aunque no participó en dos Grandes Premios, habría batido en un hipotético campeonato de constructores a Ferrari por 2 puntos y a Maserati por 7. Ese dominio devolvió a Fangio su cetro, a pesar de la competencia. Su inteligencia y prestigio, al disputar las dos primeras pruebas con Maserati, fue clave para ello. Fue, a pesar de todo, un título amargo para él. Argentina tenía a dos reyes en lo más alto, pero perdió a su príncipe.

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CLASIFICACIÓN DEL CAMPEONATO DE PILOTOS (excluyendo resultados de las 500 millas de Indianápolis):

Juan Manuel FangioMercedes / Maserati42
José Froilán González Ferrari 25,14
Mike Hawthorn Ferrari 24,64
Maurice Trintignant Ferrari 17
Karl Kling Mercedes 12
Hans Herrmann Mercedes 8
Luigi Musso Maserati 6
- Giuseppe Farina Ferrari 6
- Roberto Mieres Maserati 6
10º Stirling Moss Maserati 4,14
- Onofre Marimón Maserati 4,14
12º Robert Manzon Ferrari 4
- Sergio Mantovani Maserati 4
14º Prince Bira Maserati 3
15º Umberto Maglioli Ferrari 2
- André Pilette Gordini 2
- Luigi Villoresi Maserati / Lancia 2
- Élie Bayol Gordini 2
19º Alberto Ascari Maserati / Lancia / Ferrari 1,14
20º Jean Behra Gordini 0,14

Sin puntos (con, al menos, dos Grandes Premios disputados): Harry Schell (Maserati), Ken Wharton (Maserati), Fred Wacker (Gordini), Louis Rosier (Ferrari / Maserati), Peter Collins (Vanwall), Jacques Swaters (Ferrari), Toulo de Graffenried (Maserati), Jorge Daponte (Maserati), Clemar Bucci (Gordini), Paul Frére (Gordini), Roy Salvadori (Maserati) y Jacques Pollet (Gordini).

Fotos: Mercedes AMG F1

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