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Citroën y DS también volverán a Irán

Las marcas DS, Citroën y Peugeot se comercializarán con modelos nuevos una vez acabada la época de las sanciones internacionales. El acuerdo de implantar Citroën y DS viene a continuación del acuerdo de fabricar de nuevo modelos Peugeot en aquel país.

6 min. lectura

Publicado: 24/07/2016 18:00

Los Peugeot y Citroën se ensamblarán dentro del país, mientras que los DS se importarán desde Francia

Irán ha firmado otro acuerdo de importancia con PSA que atañe a las marcas Citroën y DS, que también van a comercializarse en el país. La firma definitiva se producirá en un par de meses, aunque las condiciones finales deberían ser similares. Así, PSA se asegura que sus tres marcas se implantan en un mercado tan estratégido como es el iraní.

El Grupo PSA aspira a retomar las cuotas de mercado que tenía en Irán antes de las sanciones internacionales (2012-2015). Era el principal mercado de Oriente Medio, que llegó a 1,6 millones de unidades en 2011. PSA se repartía un 30% de las ventas (más de 450.000 unidades al año), pero se vio forzada a abandonar el país con un notable coste económico.

La marca Peugeot va a volver junto al socio Iran Khodro (IKCO) a partir de 2017. Los DS van a ser importados desde Francia, lo cual implicará un precio más elevado, estando disponibles antes de fin de año. Los Citroën se fabricarán en la planta de Kashan a partir del año 2018.

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Citroën y SAIPA son socios históricos en Irán desde 1966. Hablamos del segundo grupo automotriz más grande de la zona (Oriente Medio y Norte de África). SAIPA produce el 40% de lo que se vende en el mercado iraní, y exporta vehículos a 21 países. En la actualidad ningún Citroën se fabrica en Irán.

PSA y SAIPA van a crear una sociedad conjunta (joint-venture), y la propiedad se repartirá al 50%. Van a entrar 300 millones de euros de inversión hasta 2021, para dar lugar a la cadena entera de valor, desde el diseño hasta el márquetin. Para ese año Citroën aspira a conseguir unas 150.000 ventas, casi el 10% de cuota si miramos los números actuales.

El acuerdo definitivo se firmará a finales de año

El lugar elegido para fabricar los Citroën iraníes se encuentra a 200 kilómetros al sur de Teherán; la fábrica fue inaugurada en 2010. En una fase inicial, el 40% de los componentes serán fabricados dentro de las fronteras persas, con el objetivo de llegar al 70% en el futuro.

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Se producirán tres modelos, de los que no tenemos muchos detalles. Sabemos que el primero será un modelo ya diseñado, y que los otros dos serán modelos completamente nuevos y desarrollados de acuerdo a los estándares europeos. A partir de 2019 comenzará la producción de un nuevo motor, y la mayoría de las piezas serán de origen local ya para 2020.

Estas negociaciones vienen a continuación del acuerdo entre Peugeot e Iran Khodro, por el cual se invertirán 400 millones de euros durante los próximos cinco años, para producir localmente los 208, 2008 y 301, a partir de 2017. Hasta la fecha se han estado fabricando modelos descatalogados en Europa, como el 405 o el 206, dada la menor exigencia legislativa de ese país.

No será pan comido recuperar los volúmenes anteriores a las sanciones internacionales por la simple razón de que chinos y coreanos han aprovechado la situación para colocar sus productos en dicho mercado. Tiene un elevado potencial de crecimiento por la emergente clase media, el fin de las sanciones, y por la elevada edad media del parque circulante.

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Carlos Tavares, el presidente del Grupo PSA, declaró que el fabricante quiere ofrecer a los iraníes coches modernos en cuanto a comodidad, seguridad y tecnología. Esos tres atributos están ausentes en muchos de los coches que circulan por dicho país, acostumbrado a coches obsoletos o tecnologías no muy modernas.

Irán es, como otros tantos países, un poco hermético respecto a los coches importados. Durante años se estuvo sorteando ese problema mediante los CKD, es decir, coches desarmados, que se importaban como piezas, y que terminaban de ser montados localmente para esquivar impuestos. Se trata de una política proteccionista similar a la que hay en China.

PSA prefiere producir los coches localmente, por cada coche que produce IKCO o SAPIA, se genera un beneficio por licencia. También se consigue dinero a través de la venta de componentes y, cómo no, por la mitad de ganancias que dé la empresa conjunta. Las licencias se abarataron en virtud de un acuerdo por el cual PSA compensará poco a poco a IKCO por haber abandonado a sus socios en 2012 (por razones obvias).

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