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Los raros y veteranos Ferrari amarillos de competición: 275 GTB/C Speciale de 1964

  • Algunos de los modelos más icónicos de la marca italiana compitieron sin el tradicional rojo de la fábrica de Maranello, como es el caso de este 275 GTB/C Speciale de 1964.
  • Ganador en Le Mans en 1965, este es un rarísimo ejemplar señalado por algunos especialistas como uno de los Ferrari más caros de la historia.
Los raros y veteranos Ferrari amarillos de competición: 275 GTB/C Speciale de 1964

8 min. lectura

Publicado: 04/12/2016 19:00

Vencedor de su categoría en Le Mans 1965.

Uno de de los más célebres Ferrari amarillos de la historia es además uno de los ejemplares más valiosos de la marca, el 275 GTB/C Speciale bastidor 06885 de 1964. Este es uno los 3 fabricados exclusivamente para competición, y de las 3 unidades es el único en contar con palmarés deportivo, muy reseñable además.

Creado para sustituir a los míticos 250 GTO, este bastidor se estrenaba en mayo de 1965 en la Targa Florio inscrito por la propia Scuderia Ferrari. Carrera en la que tuvo que abandonar, pero 17 días después lograba quedar segundo de su clase en los 1.000 Kilómetros de Nürburgring, también bajo los colores de la Scuderia.

Un mes después, participaba en las 24 Horas de Le Mans de 1965 inscrito por la Ecurie Francorchamps con el dorsal nº 24, siendo el vencedor en la categoría GT pero tercero de la general, es decir, llegando al podio final. Donde compartió cajón con otros dos Ferrari, los 250 LM de las escuderías NART y Pierre Dumay, todos ellos equipados con el V12 de 3.3 litros y 6 carburadores.

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Uno de solo tres fabricados por la marca, presentados en 1964.

En esa edición, quedaban atrás numerosos favoritos, como los 330 P2 oficiales de la Scuderia, todos los Ford GT40 (varios mkI, mkII e incluso un GT40 roadster de Ford Francia) y el Shelby Cobra Daytona oficial. El resultado final era un triplete para la marca italiana, a pesar del mal resultado de sus vehículos oficiales. Pero el 275 cumplía su objetivo, superar a los Cobra Daytona de Shelby.

El amarillo 275 pasó a manos de la escudería NART de Luigi Chinetti poco después, estrenándose en septiembre de ese año en los 500 Kilómetros de Bridgehampton, donde lograba ser cuarto de su categoría. Antes de que acabara 1965, lograba vencer el Tourist Trophy de Nassau, en noviembre, mientras que unos días después y también en Nassau, era primero de su categoría en el Governor´s Trophy.

Tras esto, en un momento que no podemos fechar, pasó a manos de Harley Cluxton, de Arizona, que lo mantuvo en su poder sin que haya constancia de que compitiera con el, hasta que en 1988 pasó a manos de su actual propietario, el empresario de Florida Preston Henn, que pagó por el la impresionante cifra (en aquel entonces) de 10 millones de dólares. Henn es el mismo empresario que recientemente demandaba a Ferrari por 75.000 dólares cuando era rechazada su solicitud de compra de uno de los LaFerrari Spider, a pesar de haber enviado un cheque de 1 millón de dólares como adelanto.

Este fue el único ejemplar con palmarés deportivo.

Como apunte, a finales de 1987 un empresario sueco llamado Hans Thulin pagaba en una subasta de Christie’s 5.5 millones de Libras Esterlinas (entonces 9.8 millones de dólares) por uno de los 6 Bugatti Royale, el Kellner Coupe. Desde entonces y hasta bien entrado el siglo XXI, el Bugatti Royale Kellner fue oficialmente el vehículo más caro del planeta, ya que no fue hasta 2008 que un Ferrari 250 GT SWB California Spyder lograba superar ese precio en una subasta.

Durante más de 20 años el Bugatti Royale fue el récord absoluto y oficial del vehículo por el que se había pagado más en una subasta. Se conocen otros casos, sobre todo en venta privada que lograban batir ese precio con anterioridad, pero nunca en subasta pública y por tanto, no verificables ni oficiales.

Esto nos da una idea de lo realmente asombroso que fue el precio que pagó Henn en 1988 por el amarillo 275 GTB/C Speciale. Otro de los 3 ejemplares originales, chasis número 06701, fue subastado por RM Sotheby’s en Monterey 2014 por 26.40 millones de dólares, lo que le ha valido para ser el sexto modelo más caro de la historia, a pesar de ser un ejemplar sin historial deportivo alguno.

En 1988 se pagaba en venta privada más dinero que el récord oficial del momento.

Para suceder al exitoso y hoy mítico GTO, la marca italiana implementó numerosas modificaciones sobre el 275 GTB estándar. Por un lado la carrocería es de aluminio, fabricada y ensamblada por los talleres Scaglietti con paneles mucho más finos que la carrocería de acero convencional, al igual que los tubos que conforman el bastidor, también de sección más fina. La transmisión fue trasladada al eje trasero, siendo el primer Ferrari de la historia en contar con un esquema transaxle y con suspensión posterior independiente.

La mecánica de 3.3 litros contaba con lubricación por cárter seco, por lo que podía ir situado más bajo y así descender el centro de gravedad, y estaba alimentada por los mismos 6 carburadores Weber que montaban los 250 LM de motor central. La potencia final era de 335 CV (330 hp), 70 más que el V12 que montaba la versión de calle del modelo.

Algunos especialistas se han aventurado a estimar el valor máximo que podría tener este ejemplar amarillo, situando su precio entre los 75 y los 100 millones de dólares. Por el momento no solo no está en venta, sino que es guardado en el último sitio imaginable, en el centro de una tienda de Florida, propiedad del mismo Henn.

Actualmente se encuentra expuesto en una tienda de Florida, a la vista de cualquiera.

El 275 GTB/C Speciale forma parte de una muestra permanente que a modo de museo sirve como atracción para la tienda, donde además podemos encontrar otros ejemplares pertenecientes a la colección de este empresario, entre los que podemos destacar modelos como los Ferrari Enzo, McLaren-Mercedes SLR, Ferrari FXX, Maserati MC-12 Stradale, Ferrari 365 GTS/4 “Daytona” Spyder e incluso un Ferrari Testarossa de color blanco que es anunciado como uno de los dos ejemplares empleados para el rodaje de la serie Miami Vice.

Así, a plena vista de todo el que entre en la tienda a por una simple botella de agua, se encuentra uno de los Ferrari más raros y valiosos del planeta.

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