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Marruecos, un constructor prometedor de coches para 2020

Las marcas francesas apuestan fuertemente por el norte de África, concretamente en Marruecos. Los atractivos costes laborales e industriales hacen que sea un lugar idóneo para la producción de coches económicos, tanto para el mercado doméstico como para la exportación

6 min. lectura

Publicado: 12/04/2016 10:00

Esta semana se ha dado a conocer un plan de inversión muy ambicioso para el país africano, de 10.000 millones de dirham, al cambio son 911 millones de euros. Renault y al menos 15 empresas de fabricación de componentes quieren crear una industria auxiliar más numerosa en el país.

Ahora mismo Renault tiene dos fábricas en Marruecos, una en Tánger y otra en Casablanca. Los proveedores marroquíes proporcionan el 32% de las piezas necesarias. Tras materializarse las inversiones, esa cantidad se doblaría, por lo que habrá que importar menos piezas y se bajarían los costes.

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La producción de Renault en Marruecos, destinada al Magreb y algunos países europeos (como España), consta de turismos y comerciales ligeros Dacia. Se pretende que la planta de Tánger alcance un volumen de producción de 400.000 vehículos al año, un volumen contundente.

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Esta inversión representa casi el doble de la cantidad que PSA Peugeot Citroën invertirá en el país, levantando una fábrica en Kenitra con una capacidad de producción de 200.000 unidades al año. La nueva planta de PSA comenzará a operar en el año 2019, con una tirada inicial de 90.000 unidades anuales.

Las piezas necesarias para producir esos coches tendrán un origen marroquí en el 60% de los casos, pudiendo llegar hasta el 80%. Una vez esté Kenitra a todo gas, 4.500 personas trabajarán para ella, sin contar con los empleos indirectos que creará en la industria auxiliar.

Breve repaso a las fábricas de coches del Magreb

En Casablanca se encuentra una planta cuya antigüedad se remonta a 1959. La empresa SOMACA (Société Marocaine de Constructions Automobiles) fue levantada entre el Gobierno de Marruecos, Fiat y Simca. Los italianos se retiraron en 2003 y Renault se quedó con su parte. En 1999 empezó fabricando furgonetas Kangoo, en 2005 el Dacia Logan, y desde 2009 también el Sandero.

Renault Symbol (o Dacia Logan por estos lares)

Allí trabajan 1.307 empleados (a 31 de diciembre de 2014) en dos líneas de producción. De las 31 hectáreas de superficie del recinto, 9 hectáreas corresponden a edificios. Cuenta con una capacidad de 80.000 unidades anuales. Su privilegiada posición, en una zona de libre comercio, es muy interesante para la exportación.

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Más impresionantes son los números de Tánger, con 5.086 empleados (a 31 de diciembre de 2014). Es mucho más grande, 300 hectáreas, de las cuales 220 corresponden solo a edificios. Es la planta más grande del norte de África. Solo tiene una línea de producción y se encarga de los comerciales Dokker y el monovolumen Lodgy.

Falta por mencionar en la zona la planta de Orán (Argelia), destinada a la fabricación del utilitario Renault Symbol para el Magreb. La producción comenzó en 2014 y tiene 350 empleados, un 40% son mujeres. En Argelia Renault y Dacia dominan claramente el mercado.

Renault 4CV en el desierto (1948)

¿Por qué el Magreb?

Al margen de Sudáfrica, la zona económicamente más próspera del continente en lo relativo al automóvil es el Magreb. La emergente clase media demanda cada vez más coches y un importante porcentaje tiene que importarse del exterior. No debe sorprendernos que las marcas francesas son líderes en la zona, comprendiendo el pasado colonial del país europeo.

En el caso de Marruecos, la industria está floreciendo en sectores como el metalúrgico, químico, agroalimentario o electrónico. El Gobierno de Mohamed VI apuesta por la industrialización, y es un país estable, a diferencia de otros países de la zona que experimentaron movimientos sociales durante las llamadas primaveras árabes.

En 2015 se matricularon 131.935 unidades, un récord histórico. El parque automovilístico es viejo, entre el 50-60% supera los 10 años, y se prefieren las marcas francesas por la mayor disponibilidad de piezas de recambio. Las gasolineras del país sirven -en teoría- el mismo combustible que en España, gasolina de 95 octanos o más, y gasóleo con 50 ppm de azufre.

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