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Vacilan a la Policía simulando carreras ilegales en sus narices

Roman Atwood es famoso por cometer bromas con los coches como protagonistas. La última consiste en vacilar a la Policía simulando carreras ilegales en sus narices. A cuadros y completamente locos es como se quedan los Policías que sufren esta particular broma que simula carreras ilegales ante sus propias narices. Sin desperdicio.

2 min. lectura

Publicado: 27/08/2014 13:30

La broma no puede ser más sencilla, vacilar a los Policías simulando carreras ilegales en sus narices. La cara de las víctimas no tiene desperdicio, al igual que no lo tienen los comentarios y las risas de los protagonistas.

Roman Atwood se caracteriza por hacer vídeos de bromas donde los coches son los principales protagonistas. De una u otra forma este americano de 31 años consigue provocar las risas de aquellos que ven sus vídeos, aunque en alguna ocasión él mismo ha sufrido las consecuencias de sus propias bromas, ya que una vez fue atropellado por un Ferrari del que su dueño estaba siendo víctima de otra de sus típicas bromas.

Sin embargo en esta ocasión la gracia consiste en simular carreras ilegales ante las narices de la Policía. La metodología es de lo más sencillo. Entre dos y cuatro coches se colocan en disposición de salida, una señorita ligera de ropa y con la correspondiente bandera a cuadros se encarga de realizar esta peculiar salida.

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En el momento que baja la bandera a cuadros todo el mundo espera una salida al más puro estilo drag race, pero nada más lejos de la realidad, ya que la salida se realiza de la forma más tranquila y poco rápida que te puedas imaginar.

Las consecuencias llegan cuando las patrullas dan el alto al propio Roman, es aquí cuando empieza el momento de desconcierto por parte de los Policías, ya que ellos pretenden denunciar por carrera ilegal donde no se ha cometido ninguna irregularidad. Las risas de los autores de la broma distan mucho de la seriedad con lo que se lo toman los agentes, sin embargo alguno que otro se lo toma de mejor manera. Lo dicho, sin desperdicio.

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