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Prueba Mercedes C300 Bluetec Hybrid, el valor de la eficiencia

La Clase C de Mercedes representa el perfecto equilibrio en la gama. Justo en el medio de las unidades compactas y las berlinas más grandes. Entre todas las variantes que dispone el modelo hay una altamente eficaz, el Mercedes C300 Bluetec Hybrid que hemos tenido ocasión de probar.

Prueba Mercedes C300 Bluetec Hybrid, el valor de la eficiencia

19 min. lectura

Publicado: 30/12/2015 10:00

Durante muchos años la Clase C de Mercedes ha sido el modelo más barato y pequeño que comercializaba Mercedes, hasta la aparición del Clase A. Su nacimiento tuvo lugar en 1990 cuando la denominación 190 pasó a ser la Clase C. Desde entonces la berlina más pequeña de Mercedes, salvando actualmente al CLA, ha conquistados los mercados del mundo entero por su perfecto equilibrio entre calidad, comportamiento, espacio y precio.

Aunque siempre está disponible el acabado AMG, me gustan los tintes clásicos y sobrios del Clase C normal

Desde principios de año también podemos asociar al Clase C el término de eficiente, pues fue entonces cuando apareció el Mercedes C300 Bluetec Hybrid. Una variante que combina un motor diésel de cuatro cilindros Bluetec además de una batería un pequeño motor eléctrico de 27 CV. Una combinación de la que más adelante os hablaré y que es lo más destacable de esta berlina que tantas alegrías ha dado, y seguirá haciéndolo, a Mercedes.

En el año 2014 Mercedes introdujo una nueva generación del Clase C, la versión W205. Ésta llamó la atención por el drástico cambio de imagen que la acompañaba, tomando prestado, y adaptando, el estilo iniciado por el Mercedes Clase S un año antes. Hay que decir que el diseño es a partes iguales bonito y resultón. Sin lugar a duda estamos ante una de las berlinas más bonitas del segmento, un estilo muy superior al de sus principales rivales: el BMW Serie 3 y el Audi A4, que siguen mostrando un estilo muy continuista a pesar de haber sido renovados ambos recientemente.

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Las nuevas líneas conferidas a la Clase C le confieren ese toque extra de elegancia con solo ver el exterior, pero que se hace más evidente si nos adentramos en su interior. Hay que decir que el C300 Bluetec Hybrid no con cuenta con detalles propios. Es el mismo conjunto que podemos ver en el C220. Además la unidad probada carecía del paquete estético AMG, algo que solo es necesario si realmente buscamos un toque más "deportivo" desde el punto de vista estético, pero la verdad es que a mí me gusta tal y como está, pues siempre he pensado que un coche así debe ser sencillo y elegante a la vista.

En cuanto a su interior no te quepa duda que estas ante un coche premium, un coche que deja claro que está concebido para agradar a los clientes más exigentes. Bien es cierto que no es un Clase S o un Clase E, que por cierto hace poco nos ha dejado ver su nuevo interior y no deja de asombrarnos. El Clase C es más humilde en ese aspecto, pero no confundamos lo humilde con lo pobre, porque no es así. Todo está bien presentado, con toques minimalistas pero con un alto contenido de elementos y tecnología. Un espacio interior bien presentado y bien terminado.

Por dentro nos encontramos un ambiente sobrio, elegante, y bien acabado

Los materiales de calidad abundan. Aunque no optemos por un interior repleto de cuero, dispondremos de mucho de éste en varias zonas como el salpicadero, los paneles de las puertas, el volante, el pomo del cambio (si es manual), la consola central... Si como es el caso de nuestra unidad de pruebas, elevamos el nivel de lujo, el Clase C promete colmar todas las necesidades de refinamiento que podamos necesitar, aunque claro habrá que rascarse el bolsillo.

A esta calidad le acompaña, como no podía ser de otra manera, tecnología, mucha tecnología. Las novedades introducidas por la Clase S hace un par de años se hacen patentes en el Clase C, aunque presentadas de una manera, que como ya he dicho antes, más humilde. Lo más evidente es la posición de la pantalla central, que lejos de estar tan bien integrada como en la berlina de superlujo alemana, lo hace como si de un apéndice externo se tratase. Puede que sea lo que más desentone en el interior, pero es un sacrificio obligado, pues sino el precio subiría como la espuma.

Muchos lo podrán definir como sobrio, pero la verdad es que el diseño del Clase C es sumamente elegante

El Mercedes Clase C es capaz de equipar todo lo que podamos necesitar, y un poco más. Las últimas asistencias a la conducción como el control de crucero activo, el avisador de salida de carril, el detector del ángulo muerto, los sensores de aparcamiento, la cámara trasera, el Pre-Safe, todo está disponible para su elección, aunque hay que decir que en función del acabado seleccionado estos elementos pueden estar entre el listado de elementos de serie.

Recomiendo y mucho optar por los LED de alto rendimiento, marcan la diferencia

Aun así podemos completarlo con casi cualquier elemento que se nos ocurra, como el Head-Up Display, el sistema de navegación COMAND, el asistente de aparcamiento automático, el techo solar, la cámara de 360º, el acceso y arranque sin llave, el equipo de sonido de alta calidad firmado por Burmester, y algo que yo os aconsejo personalmente: los faros de LED de alto rendimiento (786 euros). Es un detalle de seguridad en el que muchos no caen y que realmente se nota, pues si lo combinamos con las luces automáticas, podremos circular en todo momento con la máxima iluminación posible.

Si hay algo que acompaña al Clase C desde sus orígenes en la década de los 90, es que siempre ha sabido mostrar una habitabilidad muy grande. Mercedes sabe que los potenciales compradores de este modelo son familias con uno o dos hijos que buscan tanto espacio como calidad. Y la verdad es que la marca siempre ha sabido corresponderles. En esta ocasión también. El Clase C está pensado para que cinco ocupantes viajen de forma cómoda y segura durante una buena tajada de kilómetros.

El espacio es la tónica más habitual del Clase C, habiendo por todos lados, tanto para los ocupantes delanteros como los traseros, aunque estos últimos deben saber que debido a la línea descendente del techo no dispondrán de mucho hueco para las cabezas. Es más un ocupante de más de 1,85 de estatura podría llegar a tocar en el techo, debiendo ocupar alguna plaza delantera para ir más cómodo. Es el único pero que le pongo al interior, pues el resto no presenta tacha alguna. Tampoco el maletero que cuenta como mínimo con 435 litros.

El espacio está muy bien aprovechado y se ha cuidado hasta el más mínimo detalle del interior

Prueba dinámica Mercedes C300 Bluetec Hybrid

Dejando a un lado los temas de diseño, calidad, espacio y tecnología, es hora de que os hable del comportamiento de esta unidad híbrida. Lo primero que llama la atención es que Mercedes haya optado por un motor diésel como base para el sistema híbrido. Todos sabemos que la marca eliminará gradualmente sus diésel por propulsores híbridos, y que estos usarán los bloques de gasolina como base, incluidos los más deportivos de la familia, los todopoderosos AMG.

También hay que decir que el C 300 no es la única variante híbrida de la familia, ni la más eficiente, pues ese honor lo presenta para sí el Mercedes C 350 Plug-In Hybrid, aunque hay que decir que en este caso presenta un sistema de recarga enchufable, algo a lo que no todo el mundo tiene acceso. Es por ello que el único híbrido realmente viable en la actualidad es el C 300, el cual sobre el papel cuenta con argumentos de peso para ser la variante elegida por encima de otras mecánicas más convencionales.

El bloque diésel de cuatro cilindros con 2.143 cc es el mismo que tenemos en el C 220d, salvo, que como ya he mencionado, en esta ocasión se acompaña por un conjunto de baterías y un pequeño motor eléctrico que incrementa la potencia en 27 CV, llegando a un total máximo de 231 CV. Toda la potencia es transferida en esta ocasión hacia el eje trasero, no hay posibilidad de incorporar tracción 4MATIC, y de ello se encarga siempre, no hay opción de cambio manual, una transmisión automática de siete velocidades.

La rumorosidad del motor diésel no es todo lo buena que cabría esperar. No se filtran muchos ruidos al interior, pero en el exterior no suena del todo agradable

Como ya decimos sobre el papel es una apuesta segura, más si tenemos en cuenta que Mercedes homologa unas prestaciones de 0 a 100 Km/h en 6,4 segundos, una velocidad punta de 244 Km/h y un consumo mixto a los 100 kilómetros de 3,9 litros, 1,1 litros por debajo del 220d. Ahora bien, ¿cómo se comportan esos 231 CV en el mundo real? ¿Es tan eficiente como Mercedes afirma? ¿Es la versión que deberíamos comprar? Vamos a resolver estas dudas.

Empezando por el comportamiento, vuelvo a mencionar el carácter premium innato del Clase C. Si se nota en su estilo y calidad, más lo hace en cuanto a su andar. Es suave, es cómodo y es sumamente confortable. Es un coche ideal para el día a día y para viajar, pues devora los kilómetros sin inmutarse. A pesar de que la unidad de pruebas equipaba unas llantas de 19 pulgadas, algo que nunca beneficia al tema confort, hay que reconocer que el trabajo realizado por Mercedes es sencillamente excelente.

No quepa duda que el comportamiento del Clase C es intachable. Es todo lo que se pide de una berlina así. Gran trabajo de puesta a punto

Las suspensiones y el chasis filtran perfectamente cada irregularidad del terreno, permitiéndonos viajar en una alfombra imperturbable. Hay que decir que el C 300 no es así todo el rato, pues se le han conferido variaspersonalidades diferentes (modos de conducción): Eco, Confort, Sport, Sport + e Individual. En cada uno de ellos podremos seleccionar la forma en la que se comporta el coche, desde la dureza de la suspensión, la respuesta del motor, hasta el comportamiento del climatizador. Hay que decir que en ningún caso la suspensión varía su estado, siendo ella misma la que controla en todo momento el balanceo y la dureza.

Varios indicadores nos avisarán de cuán eficientes estamos siendo en nuestra conducción

En función del modo seleccionado, los motores se combinarán entre sí para ofrecer una respuesta más o menos deportiva. En el modo ECO el motor eléctrico tomará el control de la impulsión siempre que la carga de la batería lo permita, y si vamos elevando el nivel de exigencia dinámica hasta el modo Sport + obtendremos una respuesta conjunta de ambos motores que trabajarán al unísono para disponer siempre de la máxima potencia posible. Repito que todo ello depende del estado de la carga de la batería.

He de reconocer que me ha sorprendido el comportamiento. Realmente esperaba un coche más pesado y menos ágil, pero nada más lejos de la realidad. No importa el ángulo de la curva, el Clase C se tira a por ella y la aborda sin problemas, e incluso en la sucesión de las mismas se nota lo bien aprovechado y la excelente puesta a punto del chasis, que por mucho que intentemos retorcerlo, siempre responde. Hay que decir también que a diferencia de otros modelos, los diferentes modos de conducción realmente se notan.

Ahora bien, es aquí cuando llega el problema con los híbridos. El comprador de un híbrido busca eficiencia en todo momento, por lo que si circulamos a un ritmo alto entrarán en conflicto la cabeza y el corazón. Si queremos correr recomiendo no escoger esta variante, no porque no pueda hacerlo, sino porque realmente nos hará sentirnos mal estar en un híbrido y estar pisando el acelerador a tope. Repito es un problema de mentalidad, no del coche, pues sea cual sea la situación responde a las mil maravillas.

El hecho de que el cambio esté en la columna de dirección permite un mayor espacio para el manejo del sistema COMAND del túnel central

Ahora bien, hay algo de lo que por ahora no he hablado: consumos. Es sin lugar a dudas el aspecto principal de un híbrido, no cabe duda y en este caso el C 300 me ha dejado con un sabor de boca agridulce. Consumir consume poco. Durante los muchos trayectos que hice con el coche lo más habitual es que el ordenador marcara un consumo medio aproximado de 4,5-4,7 litros, elevándose a los 5,3-5,5 si apretaba el acelerador a tope durante un rato. Es decir datos realmente sensacionales, pero no muy lejanos a los de otra variante diésel, aunque sí que es cierto que ésta no tendrá el mismo nivel de potencia.

En ningún momento es posible acercarse a las cifras homologadas por Mercedes, en ningún caso real quiero decir. Es por esto que me hace pensar la necesidad de un híbrido si nuestros trayectos no van a situarse en ciudad, donde más podemos beneficiarnos de la hibridación. No me cabe duda que un Mercedes C 220 d con 170 CV es capaz de conseguir las mismas cifras sin despeinarse, y este es 10.000 euros más barato que el híbrido. Mucha diferencia que habrá que compensarla con una gran cantidad de kilómetros al año.

Conclusión

Me gusta el Mercedes C 300 Hybrid, es un gran coche. Me gusta su diseño, su tecnología, su interior, su calidad, su espacio y su comportamiento. Son muchas las cualidades que presenta la berlina media de Mercedes. Aunque lo que no termina de convencerme es la variante híbrida C 300 Bluetec Hybrid. Mercedes nos pide como mínimo 49.750 euros por él, 10.000 más que por su variante diésel correspondiente, el C 220d. Este sobrecoste podría fácilmente compensarse con un menor consumo de carburante, pero la verdad es que no hay tanta diferencia cómo podríamos imaginar. Por lo tanto he de concluir que si buscas un buen coche, con un buen consumo, con el mismo nivel de confort, diseño, lujo y tecnología, lo mejor es optar por el diésel. Aunque por el otro lado si queremos un híbrido premium mi recomendación es que optes por el C 350 e, que en ese caso sí está justificada la diferencia económica.

Una pena que el precio resulte tan excesivo, porque la verdad es que el C300 Hybrid es un gran coche

Opiniones del Experto
Nos ha gustado
  • Comportamiento
  • Calidad
  • Confort
Nos ha gustado menos
  • Precios
  • Rumorosidad motor diésel
  • Consumos no tan bajos
ValoraciónNota8.1
Comportamiento9
Habitabiilidad8
Confort9
Consumo 7
Seguridad8
Equipamiento8
Prestaciones8

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