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Prueba Subaru WRX STi: Introducción (I)

Nos ponemos al volante del radical Subaru WRX STi, un coche que para la última generación equipa un motor bóxer de 2.5 litros y 300CV de potencia máxima. Entre sus virtudes nos encontramos con una estética llamativa, un alerón de grandes dimensiones y una tracción integral con diferencial central ajustable por el usuario.

Prueba Subaru WRX STi: Introducción (I)

5 min. lectura

Publicado: 01/09/2014 09:15

Subaru ha lanzado recientemente al mercado una nueva generación del WRX STi, su buque insignia que además es un coche deportivo. Es de formato sedán y tiene 4 puertas y 5 plazas y tracción 4X4 con un diferencial central que puede ajustarse en varias posiciones por el usuario. Parte de su encanto es la radicalidad de su diseño y un motor de configuración especial en el mercado. En el primer caso encontramos una enorme entrada de aire para la refrigeración de intercooler y un alerón en la zaga de enormes dimensiones. En el segundo caso encontramos un motor bóxer (de cilindros opuestos de forma horizontal) y turbo que desarrolla 300CV en un bloque de 2.5 litros de cilindrada.

Puede parecer una berlina sin el alerón... pero muy muy rápida

Algunos siguen llamándole Subaru Impreza, aunque la terminología correcta es WRX STi, un nombre mucho más complicado de recordar para quienes no lo han escuchado nunca. Está a la venta en España desde 46.900 euros y sólo está disponible con una motorización, cambio y acabado, denominado Rally Edition. Actualmente se oferta el coche con 2.000 euros de promoción lo que situaría al vehículo en 44.900 euros. Si optamos por una pintura metalizada, el precio se eleva en 500 euros y sin duda recomendamos el de posicionamiento, que es azul (disponible en dos tonalidades similares). Nuestra unidad vestía el color blanco Crystal White Pearl, que como su nombre indica tiene remates perlados. Es un traje perfecto para un vehículo de orientación deportiva como este Subaru.

El alerón y los escapes son parte del atractivo en la zaga

Destaca un amplio equipamiento de serie como cámara de marcha atrás, tres pantallas repletas de información (dos en formato display y una pantalla central), climatizador bi-zona, faros con tecnología LED para la luz de cruce, asientos deportivos, volante multifuncional, control de crucero, navegador, arranque sin llave, entrada USB y otros elementos que hacen este coche más ‘amable’ para el día a día. Expresarlo así tiene sentido porque lo realmente importante es su tecnología para sacar el máximo rendimiento del vehículo.

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Un interior bien resuelto con muchos detalles en rojo

Como hemos dicho antes, tenemos un diferencial central denominado DCCD Multimodo. Con él, podemos ajustar en 6 posiciones el diferencial de forma manual, y en el modo automático podemos seleccionar mayor tracción delante o detrás. Las posibilidades son amplias en función del nivel de pilotaje que tengamos. También disponemos de tres modos de conducción en función de si queremos suavidad, una respuesta más progresiva o el mejor rendimiento general. Se denominan Intelligent, Sport y Sport Sharp respectivamente.

La gravilla es terreno natural de este coche

El chasis también ha sido revisado y mejorado usando entre los componentes, acero de alta resistencia para mejorar la rigidez torsional y aligerar el peso en conjunto, que por cierto es de 1.507 kilos en orden de marcha. Curioso es que el fabricante ofrece también la cifra sin el alerón, situándola en 7 kilos más ligera. También se ha reforzado la suspensión, y tiene un sistema de reparto de par que traslada la potencia a la rueda necesaria por ejemplo en un apoyo en curva, que permite mantener la trazada.

No te aburrirás de ver este anagrama. El de la foto se ilumina en rojo

Todo esto no ha hecho más que empezar y estamos emocionados porque va a ser una de las semanas más exigentes a nivel de conducción que hemos tenido hasta ahora en Motor.es. ¿Te apuntas?

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