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PruebaPeugeot 208 1.2 VTi, exterior (II)

Es hora de analizar el exterior del coche. Nos encontramos con ángulos muy trabajados, llantas de 16", un color de pintura gris muy elegante y un marco de acentuación en las ventanillas. El acabado Allure tiene mucho que ver aunque la parrilla delantera tiene un acabado que no acaba de convencer del todo y los frenos traseros son de tambor.

Peugeot 208 1.2 VTi, exterior (II)

3 min. lectura

Publicado: 22/11/2013 16:00

En su exterior sin duda encontramos un atractivo sin igual. Los seguidores de los ‘200’ de la marca recordarán los saltos de calidad entre modelos, con un 205 icónico, un 206 precioso estéticamente, un 207 algo más disimulado y ahora, un 208 que vuelve a trazar milimétricamente cada línea estética del automóvil. Es muy bonito por fuera con unas medidas contenidas.

Mide 3.962 mm de largo, 1.739 mm de ancho (2.004 mm con espejos) y 1.460 mm de alto. Pesa 1.035 kilos con conductor (es ligero) y tiene una habitabilidad interior aceptable. En el exterior tenemos un color grisáceo oscuro (Gris Shark) que le otorga carácter y luces diurnas LED que acentúan su agresividad.

Visto desde el frontal, encontramos unos faros con una estética agresiva y unos antiniebla con un embellecedor cromado y un diseño trabajado. La parrilla central tiene forma de ‘panal de abeja’ aunque el color seleccionado transmite suciedad. Quizá podrían haber encontrado un color más sólido. Lo que sí me gusta es que cada trazo del coche se ha dibujado de forma lógica y estéticamente te puede gusta más o menos, pero nunca se puede argumentar que el diseño es desorganizado.

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En el lateral, la esencia Peugeot se ve de forma clara y las llantas de 16” le dan presencia al coche… si no fuera porque el tren trasero tiene unos frenos de tambor. Sólo algunas opciones con más potencia equipan los discos de freno también detrás.

Las 5 puertas sí me parecen una buena opción para aquellos que necesiten transportar bultos o gente en las plazas traseras. Siempre es un plus de comodidad y siendo un coche sin orientación deportiva, creo que es más interesante apostar por el mayor número de puertas, aunque con el acabado Allure, sólo podremos optar por el motor de 120 caballos en gasolina o este.

En la zaga, el coche tiene claros rasgos de identidad nuevos en la marca, como los pilotos de LED que se extienden hasta ocupar parte del lateral del vehículo con una forma de ‘C’ y el nombre de la marca bajo la luna trasera. El paragolpes de gran tamaño tiene una forma redondeada y su marcada expresión se extiende hacia los pilotos traseros.

Una vez que miramos el coche con gran atención por fuera, es hora de subirnos. Abrimos la puerta y lo primero que nos encontramos son unos asientos cuyas aletas laterales prometen un agarre óptimo al conductor. El volante es de reducidas dimensiones (casi parece una broma) y la instumentación queda sobre elevada. Su interior recuerda mucho al Peugeot 2008 que pudimos probar con anterioridad.

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