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Técnica F1Análisis técnico del Mercedes W08: el rey quiere mantener el trono

  • El nivel de innovación de los monoplazas va creciendo a medida que se suceden las presentaciones y el equipo campeón no ha decepcionado.
  • El Mercedes W08 ha sorprendido con su nivel de atención al detalle y presenta detalles no vistos hasta el momento.

7 min. lectura

Publicado: 23/02/2017 19:30

El equipo campeón ha presentado un monoplaza que hace honor al título que debe defender o, al menos, así lo parece por su atención al detalle y complejidad aerodinámica. El Mercedes W08 da toda la sensación de ser un prodigio a la hora de tratar el viento a su paso y, aunque su decoración es muy similar a la de años anteriores, en las distancias cortas ofrece cosas interesantes a cada paso.

Efecto Coanda

En esta ocasión vamos a obviar el alerón delantero porque, si bien presenta cambios respecto a 2016, lo cierto es que en general en todos los monoplazas son modificaciones irrelevantes desde el punto de vista de la innovación y suelen ser versiones previas a las que posteriormente se probarán en los test. El morro tampoco presenta novedades, pero merece la pena resaltar el bulbo (3) que tiene en la parte inferior y que pretende mejorar la calidad del flujo aerodinámico que circula bajo el mismo aprovechando su suave curvatura para crear el efecto Coanda.

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Dicho efecto, que se hizo muy conocido en la Fórmula 1 gracias a los escapes sopladores, afirma que una corriente -en este caso gaseosa- tiende a ser atraída por una superficie cercana a su trayectoria. Es el mismo efecto que conseguimos cuando colocamos la superficie convexa de una cuchara junto al chorro de agua de un grifo. De ese modo, el aire que circula por debajo del bulbo se ‘pega’ al mismo y circula de manera más controlada y eficiente. Obviamente, este efecto sólo es posible si la superficie cuenta con formas suaves, como era el caso de los pontones en los tiempos de los escapes sopladores ya nombrados, que con dicho efecto Coanda potenciaban el efecto del difusor.

Suspensiones rediseñadas

Llegando a las suspensiones delanteras, podemos observar que han sido modificadas de manera sustancial. Los dos brazos del triángulo inferior han sido separados y los superiores han sido elevados. De este modo, la sujeción (1) del que conecta con la rueda ha pasado a incorporar una pieza pivotante en lugar de hacerlo directamente.

También cabe destacar en esta parte delantera un pequeño detalle que da idea de lo trabajado que está el coche: los soportes de la cámara de televisión (2) permiten una ligera separación del morro para aprovecharlos, aunque sea mínimamente, como elemento aerodinámico.

Orfebrería en los pontones

Pero si hay una zona en la que hay que detenerse para prestar atención, es en las inmediaciones del cockpit, algo que está empezando a ser la norma habitual con los bargeboards (4) como estrellas. Dichos elementos han sido en cierto modo liberados por el reglamento este año y, por tanto, los equipos están aprovechando para dar rienda suelta a la imaginación.

En el caso de Mercedes, podemos ver una aleta superior independiente situada por encima del bargeboard de varios elementos y con base dentada. Por su parte, el conjunto de deflectores laterales (6) convierte el arte del tratamiento del flujo aerodinámico en todo un arte al contar con nada menos que tres elementos verticales que nacen muy cerca de la base del pontón, abrazando el tercero de ellos a dicho pontón por la parte superior.

Para terminar, los retrovisores (7) -más grandes que en 2016- ven como justo delante nace un aletín (5) de tamaño considerable teniendo en cuenta la zona. En la parte superior vemos como la toma de aire del motor y los sistemas adyacentes está dividida en tres y cuenta con varios sensores (8) de medición.

Sin aleta de tiburón… más o menos

Ya en la parte trasera del coche, lo primero que podemos ver es que el monoplaza no cuenta con aleta de tiburón (9), aunque con matices. En la sesión de tarde del shakedown realizado por Mercedes y ya con Valtteri Bottas al volante, se montó una T justo delante de la base del soporte del mecanismo DRS que pretende emular el efecto de la aleta de tiburón, pero sin los inconvenientes propios de la misma en días de viento. En cualquier caso, el equipo ha confirmado que probará la tradicional aleta de tiburón en Barcelona.

“Hemos visto muchas fotos de los otros coches, pero desde ahora hasta la primera carrera, tendremos un programa continuo de desarrollo. Como habéis visto, el coche de la presentación no tenía el pequeño ‘T-Wing’ y luego lo hemos probado y, en Barcelona, probaremos distintas configuraciones. También tendremos la versión larga de la aleta en los test junto con nuevos alerones traseros para Melbourne. En esencia, el coche cambiará toda su superficie aerodinámica de aquí a Melbourne”. Aldo Costa - Director de Ingeniería

Cintura delgada

Terminando con el suelo del coche -y obviando el alerón trasero por cuestiones similares a las del delantero-, destacar el gran espacio libre (11) que Mercedes ha conseguido en el mismo como consecuencia de un empaquetado más que ajustado de los elementos internos del coche que recuerdan a las mejores obras de Adrian Newey. También destaca la interpretación de las ranuras (10) anteriores al neumático, que tienen como misión controlar las turbulencias provocadas por el mismo para evitar interferencias indeseadas.

Una vez más Mercedes ha demostrado que es mucho más que motor y que la constante evolución e innovación de temporadas anteriores va a seguir siendo la tónica habitual en 2017. Queda por ver el aspecto del resto de monoplazas que pretender optar al título, pero sin duda el monoplaza alemán marcará tendencia en algunos aspectos.

Fotos: Mercedes AMG F1

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