Desde el pasado uno de febrero los radares de tramo instalados en el túnel de Guadarrama de la AP-6 y en el túnel de Torrox de la A-7 han empezado a multar a los infractores que recorran el espacio controlado en un tiempo menor del fijado. Este nuevo sistema implantado por la Dirección General de Tráfico asegura que nadie pueda escapar de ellos, ya que están interconectados y no hay lugar para la picaresca.
Estos nuevos radares se componen de dos cámaras y dos sensores, unos situados a la entrada del túnel y otros a la salida. Estos se encargan de medir el tiempo que le ha costado a un vehículo recorrer el túnel, y con este dato determina si su velocidad no ha sido la adecuada. Frenar antes de ellos o cambiarse de carril ya no serán formas de evitar multas con estos nuevos mecanismos.
El Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, señaló que este es un sistema de control más justo y que evita la "pillería" de quienes intentan evitar ser sancionados por los radares. Está previsto que en un principio estos radares sólo sean instalados en túneles considerados puntos negros.