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Ford Focus EcoBoost 1.6 150 cv. Un nuevo estándar

Ford Focus EcoBoost 1.6 150 cv. Un nuevo estándar

38 min. lectura

Publicado: 13/08/2011 19:26

Hay coches que sorprenden agradablemente desde el momento en el que nos sentamos al volante; sin duda, el nuevo Ford Focus es uno de ellos. En realidad, es suficiente con mirarlo desde lejos para que nos demos cuenta del salto de calidad respecto de la generación anterior. Pero su nuevo diseño, con mayor presencia y atractivo, es sólo una de las relucientes armas del renovado aspirante al trono de los compactos. El Ford Focus pretende destacar de entre sus competidores equipando una magnífica batería de sistemas electrónicos destinados a la seguridad y el confort de sus ocupantes. Muchas de estas características sólo podremos encontrarlas en marcas premium -generalmente con sobrecoste-, e incluso algunas de ellas son novedad en automóviles generalistas de este segmento. En motor.es ya os informamos anteriormente sobre estas tecnologías; podéis leer más aquí.

El corazón del Focus que condujimos durante nuestros días de prueba es un EcoBoost 1.6 de 150 cv, propulsor de gasolina perteneciente a la nueva generación de Ford, cuyo diseño responde a la tendencia actual de sobrepotenciar motores pequeños con idea de obtener buenas prestaciones sin sacrificar el consumo. Para lograr este objetivo digno de moderna alquimia, los motores Ecoboost combinan inyección directa de gasolina, turbocompresor y distribución variable.

Prueba

Diseño exterior

El nuevo Focus ha crecido en longitud respecto a la versión anterior. Sus 4.358 mm (+21 mm), superan a los de la mayoría de compactos del mercado. La batalla también es más larga: 2.648mm (+8 mm), circunstancia que confiere un mayor aplomo al vehículo en movimiento y, al mismo tiempo, mayor habitabilidad para sus ocupantes. La gran anchura de la carrocería (1.823 mm sin espejos) permite al Focus rivalizar en este aspecto con berlinas medias de longitud mucho mayor.

El refinamiento del diseño exterior se vislumbra a partir de la alargada silueta del capó y el parabrisas que va tornándose en suave caída desde el techo hacia la zaga, sección que resulta algo breve dada la gran distancia entre ejes de que hace gala el chasis de este compacto. El frontal, de aspecto elegantemente agresivo, ha ganado enteros adaptándose a la evolución de la línea de diseño de la marca. La configuración de la parte trasera ha variado en mayor medida, aunque haciendo uso de soluciones menos originales: los pilotos traseros (iluminados por LEDs en la versión Titanium) dejan de abrazar la luneta trasera para situarse en una posición más baja, invadiendo en parte las aletas posteriores de una manera que recuerda a los del Citröen C4. Los faros delanteros bi-xenon vienen acompañados de luces diurnas LED, lavafaros y faros antiniebla en el paragolpes.

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Nos ha gustado la sensación de ajuste y robustez del cierre de las puertas, con buen sonido aunque sin llegar a dar la sensación de hermetismo de vehículos de gama alta. Especialmente destacable es el cierre del maletero, que no requiere el menor esfuerzo para que el portón quede bien encajado. En cambio, sorprende la delicadísima pintura de la carrocería, que tiende a rayarse ante el menor descuido. Un buen detalle de diseño es la boca de repostaje sin tapón ‘Easy-Fuel’, que nos ayudará a mantener limpias las manos -y de camino evitarnos tener que averiguar dónde se cuelga el bendito tapón- cuando visitemos la gasolinera.

Nuestro Focus equipaba unas llantas de 17” con un discreto diseño de 15 radios; por su parte, la generosidad de las medidas de los neumáticos (215/50) prometía buenas sensaciones y un agarre a la altura del conjunto... pero hablaremos de ello más adelante.

Diseño interior

La unidad de pruebas que hemos conducido corresponde al nivel de equipamiento Titanium, plagado de funcionalidades orientadas al confort y la seguridad, perfectamente aparejadas por buenos detalles de diseño y acabados. Aún así, la mayoría de las características a las que haremos referencia están presentes en niveles de acabado inferiores, siendo muchas de ellas de serie.

Nada más abrir las puertas del vehículo, llama nuestra atención por su diseño -e incluso por su aroma- la tapicería de cuero ‘Individual’ confeccionada en piel de color gris oscuro, casi negro, cosida con hilo blanco y con atractivos ribetes del mismo color. Las puertas están forradas parcialmente siguiendo el mismo estilo. Todos los revestimientos del habitáculo dan sensación de calidad, como ocurre cada vez más en este competido segmento. El ajuste de piezas está bien cuidado, a la altura de marcas más orientadas al lujo. De noche, el interior del vehículo queda agradablemente iluminado por los tonos azules del conjunto de LEDs hábilmente distribuidos por cada rincón del habitáculo.

El salpicadero, de diseño envolvente, está realizado con piezas y materiales de buena o muy buena calidad. El tacto de los mandos es firme y preciso, muy "alemán". Los botones y ruletas de la consola central también ofrecen buen tacto, aunque pierden sensibilidad respecto a, por ejemplo, los mandos de intermitentes y lavaparabrisas. La guantera está amortiguada, al igual que los colgadores situados sobre las ventanas y también el portagafas junto al retrovisor central. Los plásticos empleados en la parte baja del salpicadero y las puertas decrecen en calidad, pero no se trata en ningún caso de materiales bastos o mal rematados.

Destacan ante nuestros ojos las dos pantallas multifunción diseñadas para poner a nuestro alcance, y a todo color, la información relacionada con los muchos aspectos de seguridad y confort que provee el Focus. La pantalla de menor tamaño, situada entre el tacómetro y el velocímetro, sirve como ordenador de a bordo, informando no sólo de los acostumbrados kilometrajes, consumos y autonomía, sino también las próximas indicaciones del navegador, así como las limitaciones impuestas por las señales de tráfico reconocidas. Desde esta pantalla podremos también configurar los sistemas electrónicos del vehículo. La segunda pantalla, de mayor tamaño y situada en la parte superior del centro del salpicadero, muestra y permite controlar las funciones del navegador, el reproductor de música y el teléfono (conectado por Bluetooth). También sirve de apoyo gráfico a las operaciones de aparcamiento, ya sea manual o asistido.

El volante, forrado en piel como la palanca de cambios, ofrece tal profusión de mandos que al principio puede intimidar al conductor. A ambos lados del volante encontraremos un conjunto de cursores, destinado cada uno de ellos a controlar la correspondiente pantalla multifunción. En la parte inferior izquierda hallaremos los mandos del tempomat y el limitador de velocidad; a la derecha se sitúa el control del radio-CD y el teléfono móvil. Tras el volante y junto a la consola central está el pulsador de arranque del motor.

Llama la atención en un vehículo cargado de tecnología como éste encontrar un freno de mano de palanca y no eléctrico -en descargo de Ford debemos decir que esta decisión responde en realidad a los deseos de la mayoría de sus clientes-. La palanca de freno resulta algo aparatosa cuando está levantada, dando cierta sensación de fragilidad aunque su comportamiento sea correcto.

El sistema de audio (radio CD/MP3) de serie es muy completo. La conectividad está asegurada al disponer de tomas para jack estéreo, iPod y USB. Este último conector es ideal si disponemos de un pendrive: el sistema reconoce con rapidez y eficacia toda la discografía almacenada. Sus seis altavoces erogan un sonido de bastante calidad para tratarse de un equipo de serie, con muy buenos bajos y permitiendo volúmenes elevados sin distorsión. El principal problema está en el control de volumen, con saltos muy grandes entre cada nivel.

En la parte inferior de la consola central se encuentra el climatizador automático bi-zona, muy efectivo y con capacidad de enfriar rápidamente el habitáculo. Otros buenos detalles del interior son la toma de 12v disponible para los asientos traseros; el mando de los retrovisores -de tacto preciso aunque algo delicado-, y el retrovisor interior autocrómico que evitará posibles deslumbramientos. Situado tras aquél se encuentra el módulo de cámaras y sensores que, aunque cumple una importante función sobre la seguridad del Focus, resulta bastante aparatoso y resta visibilidad al parabrisas, sobre todo cuando nos detenemos en algún semáforo.

Habitabilidad

Como dan a entender las dimensiones exteriores del Focus, el habitáculo es bastante generoso incluso para personas cuya estatura supere la media. Los asientos delanteros ofrecen gran libertad de desplazamiento longitudinal; ni el conductor ni el acompañante podrán sentirse encajonados. El asiento del conductor dispone de ajuste eléctrico de altura, profundidad e inclinación; lástima que no haya posibilidad de memorizar los ajustes para diferentes personas. Los dos asientos delanteros disponen además de una palanca de ajuste lumbar, característica que muchos agradecerán para largos trayectos. Entre ambos asientos encontraremos un reposabrazos abatible, bajo el cual se encuentra un amplio portaojbetos. A medio camino entre el reposabrazos y la palanca de cambios hallaremos otro hueco que puede servir para colocar la llave del coche (no existe un lugar reservado para ella), la cartera e incluso el teléfono móvil que queramos conectar al sistema de audio.

Viene sucediendo con frecuencia que los automóviles compactos procuran ofrecer una experiencia agradable para cuatro personas, pero ninguna más. La relativamente escasa anchura de la banqueta trasera hace que el asiento central sirva para poco más que un trayecto corto, o quizás para acomodar a un niño de poca edad que pueda viajar sin silla. Los pasajeros sentados en los asientos traseros podrán disfrutar de un acceso cómodo a sus plazas, que resultan además bastante confortables por diseño, almohadillado, distancia a los asientos delanteros e incluso altura libre al techo (excepto quizás para quienes superen los 1,90 m de estatura). Los reposacabezas ajustables y el apoyabrazos central abatible suavizarán el paso de los kilómetros.

El maletero es relativamente poco espacioso para las dimensiones aparentes de la carrocería del Focus. Si alcanza los 363 litros de volumen es a costa de sacrificar la rueda de repuesto en favor de un kit antipinchazos (la rueda de repuesto de tamaño reducido o normal está disponible como opción). Por fortuna, las formas del maletero permiten un buen aprovechamiento del espacio disponible, y la boca del portón trasero no complica las operaciones de carga y descarga. Si necesitamos aumentar la capacidad de transporte, los asientos traseros pueden ser abatidos de forma asimétrica y con gran facilidad. La superficie obtenida no es plana, pero servirá para la mayoría de situaciones.

Conducción

Llega el momento de ponernos en marcha. Comprobamos lo fácil que es encontrar una postura de conducción que nos resulte cómoda, gracias al volante regulable en altura y profundidad pero también y sobre todo al ajuste fino que nos conceden los mandos eléctricos del asiento del conductor. Para arrancar el motor sólo necesitamos pisar el embrague y pulsar el botón ‘Power’ situado tras el volante; notamos el efecto del motor de arranque pero dudamos de que el motor de gasolina esté encendido. No, no hay ningún problema: la insonorización del habitáculo es sencillamente fantástica. El Volkswagen Golf ya no es el único compacto que aísla del ruido del propulsor al nivel de un premium.

Nada más poner en movimiento el vehículo, percibimos la suavidad de los pedales y la dulce precisión del cambio de marchas. Continuamos pensando en el buen trabajo que han hecho en Ford también sobre estos aspectos. Sólo paseando por la ciudad, procurando emular un uso “cotidiano” del Focus, ya podemos disfrutar de la calidad de fabricación y el derroche tecnológico que forma parte de la gran apuesta de Ford para su nueva generación de automóviles. Desde luego también encontramos inconvenientes como el tacto y recorrido del freno de estacionamiento, y más notablemente el reducido ángulo de giro (11 metros de diámetro) que nos obligará a maniobrar más de lo deseable en cambios de sentido o aparcamientos en paralelo. En cuanto a la visibilidad desde el puesto de conducción, podemos decir que es bastante buena en general, destacando la amplia superficie del parabrisas -a pesar de la incómoda presencia del mencionado módulo de sensores tras el retrovisor central- junto con unos muy acertados retrovisores exteriores. La gran inclinación de la luneta hace que el montante del parabrisas pueda molestarnos en curvas pronunciadas. La visibilidad hacia atrás es algo escasa, pero aún así podemos situarla dentro de la media de otros vehículos de similar configuración.

Una vez en carretera, pasamos a comprobar las cualidades dinámicas del coche. El motor EcoBoost 1.6 turboalimentado de 150 cv resulta algo perezoso por debajo de las 2.000 revoluciones -nada fuera de lo normal para un gasolina-, pero acelera con fuerza a partir de las 3.500 vueltas hasta más allá de las 6.000. No hace falta llegar al corte de inyección para disfrutar del empuje lleno y progresivo de esta joya mecánica pensada para hacer nuestro día a día un poco más divertido. La capacidad de recuperación es notable sólo en marchas cortas; para realizar adelantamientos con garantías será preferible reducir con anterioridad. Nos ha gustado mucho de este motor su “doble personalidad”: para el uso cotidiano, por debajo de 3.000 vueltas, resulta muy silencioso y suave; una vez superado ese umbral, comenzamos a percibir un agradable rugido que va aumentando con el régimen de giro -y transmitiendo inevitablemente algunas vibraciones al volante-. Mientras recorremos carreteras de características muy variadas, nos damos cuenta de que quizás hayamos encontrado en este gasolina de 150 caballos el motor todoterreno que la mayoría de mortales andan buscando para su coche. Como si se tratase de un Dr. Jekyll / Mr. Hyde de nuestros días, la apacible apariencia de nuestro Focus esconde un comportamiento radicalmente distinto... si le permitimos que nos lo muestre.

La tecnología EcoBoost combina inyección directa de gasolina, turbocompresor y distribución variable; características que, asociadas a un cubicaje reducido, tienen como objetivo conseguir prestaciones relativamente brillantes manteniendo un consumo de combustible moderado. Aunque, como suele ocurrir con el downsizing de motores, el ahorro dependerá mucho del “peso de nuestro pie derecho”. Los consumos obtenidos en nuestra prueba han estado siempre por encima de los oficiales. En ciudad es difícil quedar por debajo de la horquilla de 9-11 l/100km; en carretera estaremos entre 7-9 litros en función de sus características y el tráfico; mientras que en autopista, a velocidades estrictamente legales y haciendo uso del control de crucero podemos permanecer por debajo de los 7 litros a los 100 kilómetros. Como decíamos, la cosa cambiará mucho en cuanto busquemos las cosquillas al Focus, subiendo con facilidad por encima de los 15 l/100 km sin que lleguemos a ser demasiado exigentes. En cualquier caso, es todo un logro que un motor de semejante potencia pueda necesitar consumos bastante contenidos si lo tratamos con suavidad. Podremos ahorrar aún más carburante si en ciudad mantenemos activo el sistema start/stop, muy práctico y de arranque silencioso con este motor.

La caja de cambios manual de seis velocidades del Focus es todo un acierto para quienes no acabamos de disfrutar de los sistemas automáticos. Los cambios entre marchas son suaves y precisos; quizás los recorridos longitudinales puedan ser un poco largos, pero nunca molestos. Las relaciones han sido escalonadas con acierto, bien ajustadas a las características del propulsor. La sexta marcha queda como desahogo del motor en autopista para quienes viajen a velocidades legales (todos nosotros, por supuesto ;) Así, cuando nos desplazamos a 120 km/h el motor gira a sólo 2.500 revoluciones, contribuyendo al ahorro de combustible y miestras se evita al mismo tiempo esfuerzos innecesarios.

La dirección es suficientemente precisa, aunque resulte para nuestro gusto algo blanda y “sobreasistida”. Esto no significa en absoluto que se niegue a obedecer nuestras órdenes; más bien evita en parte que sintamos el asfalto, lo que hubiese sido de agradecer para quienes de verdad disfrutamos del placer de la conducción. Tampoco es una cuestión preocupante, pues por un lado otros compactos superventas han presentado una dirección menos sensible; y, por otro, la resistencia de la dirección electrohidráulica aumenta gradualmente con la velocidad del vehículo. A cambio, esta suavidad en la dirección permite conducir por ciudad y carretera de forma relajada y con poco esfuerzo.

Es difícil encontrar en esta competida categoría un chasis como el del Focus. Ya sabemos que éste ha sido hasta ahora y para muchos el punto fuerte del compacto de Ford. Y damos fe de que lo sigue siendo. La estabilidad que ya conocíamos de anteriores versiones se mantiene en el nuevo modelo. La mayor distancia entre ejes ayuda a manejar los más de 1.300 kilos de peso del conjunto; el resultado es un vehículo muy ágil y estable, que siempre mantiene el tipo ante nuestras exigencias y permite que lo empleemos tanto para uso turístico como relativamente deportivo. Estamos convencidos de que nuestra instintiva sensación de “este chasis aguanta lo que le echen” se verá corroborada cuando el próximo -y esperado- Focus RS esté en nuestras manos.

En carreteras lentas, el Focus es más divertido de conducir de lo que parecería en un principio. Tiene muy buena capacidad para enlazar curvas sin balancearse en exceso; es más, nos ha encantado la sensación de agilidad que ofrece, cambiando de dirección como si el peso del vehículo fuese inferior. Al circular por autovía, nuestro Ford se siente como pez en el agua gracias a su aplomo y capacidad para absorber juntas de dilatación y otras irregularidades; cuando el asfalto es suficientemente bueno, parece que viajemos sobre una alfombra mágica, sensación que -salvo en el caso del Golf y hasta cierta medida el Peugeot 308- no es fácil reproducir en vehículos de la competencia. El tarado de la amortiguación es ideal para la potencia de la versión probada, encontrando, en combinación con las virtudes del bastidor, aquel deseado y a la vez tan manido “compromiso entre estabilidad y deportividad”. Las suspensiones son firmes pero no lo bastante como para afectar a la comodidad; en ningún momento hacen tope ni propinan molestos rebotes. Las medidas de llantas y neumáticos (215/50 R17) contribuyen sin duda al equilibrio general de este Focus; en asfalto húmedo, los Goodyear EfficientGrip que montaba nuestra unidad mostraron un agarre impecable.

Sorprende, para bien, lo finamente ajustados que están los sistemas electrónicos que afectan a la conducción, como la frenada asistida ABS, la distribución de fuerza de frenada EBD y el control de estabilidad ESP. Ninguno de estos sistemas da sensación de entrometerse más de la cuenta. Desconectar el control de tracción ASR hace la conducción más divertida en carreteras reviradas -aunque en un tracción delantera como éste tampoco haya una gran diferencia entre usarlo o no con el asfalto seco-. Lástima que el resto de controles no sean desconectables; aunque, en realidad, tampoco estamos hablando de un coche para hacer tandas en circuito...

Añadiremos que los asientos delanteros, de corte deportivo pero no radical, resultan bastante cómodos para trayectos largos y a la vez brindan buena sujeción lateral cuando llega la hora de conducir rápido. La suavidad del cuero elegido se agradece para conducir de forma relajada, pero da poco agarre en las piernas cuando aumentamos el ritmo de la marcha.

Tecnologías de seguridad y confort

Como ya hemos comentado -y Ford nos presentó en el Tour de la Seguridad- el nuevo Focus incorpora un generoso lote de características dirigidas a aumentar la seguridad activa. Sistemas como el Active City Stop, el aviso de cambio involuntario de carril y asistencia de mantenimiento de carril, monitor de conducción segura, detector de ángulos muertos (BLIS) y reconocimiento de señales de tráfico, anteriormente reservados a vehículos de alta gama, llegan por fin al gran público.

De entre estos sistemas, hemos podido probar con frecuencia el reconocimiento de señales de tráfico (limitaciones de velocidad y prohibición de adelantar) y el detector de ángulos muertos. En el primer caso, cada vez que la cámara situada en el parabrisas detecta una señal, la pantalla multifunción situada tras el volante indica gráficamente la señal específica detectada. En el segundo, cada vez que algún vehículo se sitúa en nuestro ángulo muerto se ilumina una luz LED de color amarillo en el propio retrovisor lateral. Dos sistemas útiles y que funcionan. La seguridad de los ocupantes del vehículo se ve reforzada por airbags frontales y laterales para conductor y acompañante, y airbags de cortina para todos los asientos.

Cuando nos referimos al confort, efectivamente la línea que separa los vehículos premium del resto es cada vez más fina. El Focus viene cargado de pequeños detalles que harán más agradables y cómodos nuestros viajes, como el encendido y apagado automático de luces, activación automática del limpiaparabrisas, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, asistencia de arranque en pendientes, control de crucero y limitador de velocidad -todo un acierto este último ante el acoso de los radares- e indicador de cambio de marcha recomendado (demasiado conservador, aconsejándonos subir de marcha apenas alcanzadas las 2.000 revoluciones, cuando el motor casi no ha cobrado vida).

Hemos puesto a prueba el sistema de aparcamiento asistido, que consideramos interesante para quienes encuentran dificultades a la hora de maniobrar. Si bien se trata de un sistema que puede resultar práctico en zonas residenciales de poco tráfico, lo cierto es que la búsqueda de aparcamiento tiende a fallar a poco que superemos los 10 km/h. Si el Focus encuentra aparcamiento, basta con seguir las instrucciones que dicta la pantalla del navegador, engranando la marcha atrás o la primera según corresponda. El sistema solicitará tantas maniobras como sea necesario. El resultado del aparcamiento asistido es bueno en general, con pocos errores aunque a veces se deje confundir por otros vehículos mal aparcados.

No queremos terminar sin hacer especial mención del navegador integrado, que aprovecha la pantalla de 5” situada en la parte superior del salpicadero. Ha demostrado ser fiable en sus indicaciones, recalcula rápidamente y tarda poco en conectarse a la red GPS. La descripción por voz es particularmente últil pues enuncia incluso el código de la carretera a la que debemos incorporarnos. TomTom, Garmin y demás tendrán que ponerse al día.

En resumen

Ford, como marca, parece haber encontrado su rasgo diferencial, su propio valor añadido, acercando las nuevas tecnologías de seguridad y confort al público medio. Afortunadamente lo consigue sin olvidar los aspectos mecánico y dinámico, ofreciendo en cada nueva generación productos de mejor calidad de fabricación, diseño y acabado. Y todo ello, caminando a paso de equilibrista entre la calidad y el precio.

Queda patente que la batalla de las marcas generalistas está cada vez más igualada. Pesos pesados como Volkswagen deberán encontrar nuevas vías para seducir a sus potenciales clientes. El Golf, hasta hace poco el rey de la relación calidad/precio (cuando el presupuesto es moderadamente generoso, se entiende), debe enfrentarse ahora a competidores que ofrecen incluso más por menos. Bienvenida sea la competencia.

Datos y Equipamiento

Motor

1.6 EcoBoost (150 CV (110 kW)) Euro 5
Par máximo (Nm): 240
Emisiones de CO2 (g/km): 139

Caja de cambios

Manual, 6 velocidades

Dimensiones

Longitud total (mm): 4358
Anchura total con/sin retrovisores (mm): 2010/1823
Anchura total con retrovisores plegados (mm): 1858
Altura total sin barras de techo (sin carga) (mm): 1484
Diámetro de giro – De bordillo a bordillo (m): 11.0

Capacidad de carga (l)

5 asientos (cargado hasta la bandeja) (con kit repara pinchazos): 363
5 asientos (cargado hasta la bandeja) (con rueda de repuesto mini): 316
5 asientos (cargado hasta la bandeja) (con rueda de repuesto convencional): 277
2 asientos (Cargado hasta el techo) (Con kit repara pinchazos): 1148
2 asientos (Cargado hasta el techo) (Con rueda de repuesto convencional): 1062
Capacidad del depósito de combustible (l): 55

Masas

Masa en orden de marcha (kg): 1333
Masa máxima autorizada (kg): 1900
Masa máxima del conjunto (kg): 3400
Masa máxima remolcable - Remolque con freno (kg): 1500
Masa máxima remolcable - Remolque sin freno (kg): 665

Suspensiones

Suspensión delantera: Independiente con columnas MacPherson y barra estabilizadora
Suspensión trasera: Sistema independiente multibrazo Control Blade y barra estabilizadora

Ruedas

Llantas de leación – 17"x7", 15 radios
Neumáticos 215/50

Luces

Faros – Bi-Xenon, con ajuste automático y lavafaros (incluye luces diurnas tipo LED y función cornering); autoencendido de luces
Luces traseras tipo LED

Seguridad y confort

Sistema de Protección Inteligente (IPS)
Frenos antibloqueo (ABS) – con distribución electrónica de frenada (EBD)
Programa Electrónico de Estabilidad (ESP) – con Control de Tracción (TCS) y Asistente a la Frenada de Emergencia (EBA)
Control de Reparto de Par (TVC)
Control de Frenada en Curva (CBC)
Asistencia al arranque en pendiente (HLA)
City Safe Mode
Avisador de cambio involuntario de carril
Asistencia de mantenimiento de carril
Detector de ángulos muertos
Sistema de reconocimiento de señales de tráfico
Control automático de luces largas
Monitor de conducción segura
Retrovisores exteriores térmicos y plegables eléctricamente
Luces de frenada de emergencia – Activación automática de los intermitentes en caso de frenada de emergencia
Airbags – Frontales conductor y pasajero, laterales conductor y pasajero, de cortina para plazas delanteras y traseras
Detector de presión de neumáticos (DDS)
Sistema de repostaje Ford Easy-Fuel
Limpiaparabrisas – Automático con sensor de lluvia
Sensor de parking delanterio y trasero
Asistente de aparcamiento activo

Confort y habitabilidad

Control de crucero + Limitador de velocidad
Botón de arranque ‘Ford Power’
Consola Central Premium – Con reposabrazos, toma de corriente de 12V delantera y trasera, portaobjetos, freno de mano en forma de Z
Luces de cortesía – Delanteras, traseras y en maletero
Iluminación ambiental interior con tecnología LED
Retrovisor interior autocrómico
Ventanillas – Elevalunas eléctricos delanteros y traseros de un solo toque

Sistemas de audio y comunicaciones

Sistema de Navegación SD - Pantalla TFT de 5.0", mandos en el volante, entrada auxiliar, puerto USB/iPod, manos libres Bluetooth con V2C y 6 altavoces

Climatización

Climatizador Bizona (DEATC)

Paquete interior ‘Individual’

Asientos deportivos de cuero en color negro "Charcoal"
Asientos delanteros calefactables
Ajuste eléctrico del asiento del conductor en cuatro posiciones
Paneles de puertas en cuero
Reposabrazos central delantero de cuero
Alfombrillas delanteras y traseras de terciopelo grueso

Rivales

El Ford Focus Titanium EcoBoost 1.6 150 cv empleado en nuestra prueba tiene un precio de 24.640 euros (el precio base del acabado Titanium, sin equipamiento opcional, es de 19.200 euros; en ambos casos se aplica una campaña promocional de 2.500 euros). Los principales rivales del Focus por categoría, potencia y motorización similares (todos ellos de gasolina turboalimentados) son los siguientes:

  • Volkswagen Golf Sport 1.4 TSI 160 cv: El Golf es el verdadero enemigo a batir. Un automóvil muy bien construido y acabado; cómodo para viajar, silencioso, duradero y bien valorado en reventa. Quizás el mejor compacto en calidad/precio cuando la calidad es el factor primordial. El motor TSI exprime su pequeña cilindrada con aceleraciones brillantes, buenas recuperaciones y un consumo similar al del Ford. Dinámica y tecnológicamente está casi a la altura del Focus. Su carrocería es 16 cm más corta, pero su habitabilidad es similar. Su prestigio conlleva un precio bastante más elevado: a partir de 25.370 euros.
  • Peugeot 308 Allure 1.6 THP 156 cv: Su diseño, pese al último restyling, queda algo desfasado. Su carrocería es 9 cm más corta que la del Focus, aunque sus plazas traseras son más espaciosas. Su puesto de conducción se acerca al de un monovolumen. Sus cualidades dinámicas no son muy destacables; por peso y chasis está más orientado al confort. Ofrece buen equipamiento y acabados de calidad. Su precio de partida se acerca al del Golf: 23.310 euros.
  • Opel Astra Sport 1.4 Turbo 140 cv: Ligeramente más deportivo que el Focus; su conducción es ágil y estable. Por longitud, supera al Focus en 7 cm. Su interior es de buena calidad, aunque menos refinado y espacioso. Está bien equipado en seguridad activa. Su motor no está a la altura de que impulsan a sus rivales, aunque cuenta a su favor con un agradable silencio de marcha. Su precio base es de 20.100 euros.
  • Fiat Bravo Emotion 1.4 MultiAir 140 cv: Destaca por la potencia y buena respuesta de su propulsor en relación con su cilindrada. Una vez en movimiento es el menos ágil de entre sus rivales; su orientación es más calmada. El interior del habitáculo es algo estrecho en comparación con el resto. La calidad de los acabados ha mejorado bastante en la última versión, aunque continúa por debajo de la media. Estos sacrificios se compensan con un buen precio: el Fiat Bravo es con diferencia el modelo más económico (a partir de 18.900 euros).

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