Previo y horarios de la IndyCar 2019 en Iowa

Los óvalos corren el peligro de ser una especie en peligro de extinción en IndyCar. Pese a ofrecer algunos de los mejores shows de la temporada, la asistencia de espectadores a los mismos fuera de Indianápolis no ha sido satisfactoria durante la última década, una tendencia que también se ha notado en NASCAR, y los números rojos han hecho que muchos hayan abandonado el calendario de los monoplazas americanos, dejando solo cinco en el calendario de 2019 tras la marcha de Phoenix. La categoría negocia en la actualidad con Richmond, una entrada que podría venir a suplir una posible baja de Pocono, y el óvalo de Iowa, en el que IndyCar corre este fin de semana, podría correr la misma suerte si la apuesta de este fin de semana no convence.

El Iowa Speedway es uno de los dos óvalos, junto al de Gateway, en el que se utiliza la configuración de óvalo corto, con sutiles modificaciones respecto a la de circuito rutero, y es el más pequeño de los dos, con una longitud de apenas 1.439 kilómetros, el equivalente a 0.894 millas (7/8 de milla). Una vuelta en Iowa apenas supera los 17 segundos, y la velocidad promedio de la pole (dos vueltas por piloto) ha superado siempre las 180 millas por hora, siendo el récord las 186.256 mph (299 km/h) que Hélio Castroneves alcanzó en 2014.

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Este óvalo fue inaugurado a finales de 2006 como una versión ligeramente más larga y veloz de Richmond, histórico óvalo de NASCAR en el que IndyCar corrió también entre 2001 y 2009. Debido a esa referencia, sus dos curvas principales comparten el mismo peralte de 14 grados, aunque ambas están notablemente bacheadas debido al paso de los stock cars y los duros inviernos de Des Moines, la capital de Iowa. La curvada zona de meta tiene un peralte de 10 grados, que se reduce a 4 en la corta recta trasera, siendo ambos dos grados más pronunciados que su equivalente en Richmond, y produciendo en líneas generales elevadas fuerzas G a los pilotos durante el transcurso de la carrera.

Iowa inauguró su reputación como el 'ruedo' más veloz del planeta ('bullring', denominación casual para los óvalos menores de una milla) con su primera carrera de IndyCar en 2007, el año en el que la categoría adoptó un combustible 100% etanol, que es a su vez producido en masa en los cercanos campos de máiz iowanos. Dario Franchitti mantuvo a raya a Marco Andretti para lograr la primera victoria, y Dan Wheldon, que en 2007 se estrelló en la primera vuelta, se vengaría ganando en 2008 el día de su 30 cumpleaños, gracias a una arriesgada estrategia de ahorro de combustible. Franchitti repitió con autoridad en 2009, y Tony Kanaan batió a Hélio Castroneves a 10 vueltas del final en 2010.

2011 fue el año de Marco Andretti, tras una intensísima pelea con Kanaan para la que sería su segunda y última victoria hasta la fecha, y la primera desde 2006. A aquello le siguió el inicio del dominio de Ryan Hunter-Reay, el maestro de los óvalos cortos, que ganó en tres de las siguientes cuatro carreras, incluyendo un 2014 en el que pasó a Kanaan a dos vueltas del final, siendo interrumpido solo por James Hinchcliffe en 2013, la última carrera antes de ampliarse la distancia de 250 a 300 vueltas. De todos modos, ninguna de las tres últimas victorias han ido para Hunter-Reay, siendo estas para Josef Newgarden, Hélio Castroneves, en su emotivo último triunfo en IndyCar, y Hinchcliffe de nuevo en la pasada edición.

Iowa ha sido especialmente duro en sus 12 ediciones para los pilotos de las antípodas. Para Scott Dixon, siendo el segundo circuito en el que más carreras ha disputado sin triunfos tras las 15 de St. Petersburg, y el único en el que, habiendo corrido más de seis veces, solo ha obtenido dos podios (terceros puestos). Peor aún le ha ido a Will Power, quien solo ha subido al podio en 2016 en segundo lugar, siendo este el único circuito habitual junto a Mid-Ohio en el que nunca ha vencido. Todo ello, pese a que entre los dos han salido en la pole en la mitad de las carreras disputadas aquí (tres cada uno).

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Los dos pilotos que están por delante de ellos en la general, y detrás del líder Newgarden, tienen incluso peores números. Habiéndose situado solo a cuatro puntos del líderato, Alexander Rossi todavía no ha emulado a su compañero Hunter-Reay, al acabar sus tres carreras fuera del top 5, y el mejor resultado de Simon Pagenaud, ganador en Toronto la semana pasada, en siete participaciones es un cuarto lugar. Quien sí subió al podio de Iowa, en un 2015 con un top-4 americano, fue Sage Karam, quien repite este fin de semana al volante del segundo coche de Carlin, acompañado de un Conor Daly que vuelve a ocupar el lugar de Max Chilton en óvalo. Karam, de hecho, nunca se ha bajado del podio en las cinco carreras que ha disputado en Iowa sumando las categorías del Road to Indy.

Tras tres ediciones disputándose la prueba por completo en condiciones diurnas, una de las causas a las que se atribuía la caída en asistencia, las 268 millas de carrera tendrán lugar este año en un horario más tardío, buscando volver al clásico formato de sábado noche, lo cual ha permitido un ligero aumento de ventas. No obstante, lo tardío del anochecer hará que solo las últimas vueltas se disputen en condiciones nocturnas, y se espera un calor muy intenso durante los dos días de competición, aunque un frente lluvioso amenaza con atemperar el clima y/o retrasar la carrera lo suficiente para que todo encaje. De ello dependerá que el agarre de las gomas y el paquete aerodinámico permitan o no una carrera entretenida.

* Horario peninsular. Las horas de madrugada corresponden al día recientemente terminado. La carrera se emitirá en directo a través de Movistar Fórmula 1.

Fotos: IndyCar Media