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IndyCarIowa Speedway, el ruedo más veloz del planeta

  • El pequeño óvalo de 1.4 kilómetros acoge la décima cita de la temporada.
  • Andretti y Ryan Hunter-Reay han dominado en la década de existencia de la carrera.
  • Velocidades de cerca de 300 kilómetros por hora, con vueltas por debajo de los 20 segundos.

8 min. lectura

Publicado: 08/07/2017 15:40

Las carreras en óvalos son una de las formas de automovilismo más tradicionales y primigenias, un estilo de entender la competición que Estados Unidos ha preservado muchas décadas después de que Europa lo abandonase. Su facilidad para atraer espectadores, la gran visibilidad de la que estos gozan, las altas velocidades y el contenido tamaño, que reduce los costes de construcción y mantenimiento y facilita su proximidad a núcleos urbanos... permitió su eclosión, en superficies de madera, tierra y asfalto, alternándose a día de hoy estos dos últimos.

Según un estudio realizado en 2013, existen aproximadamente 900 óvalos en funcionamiento en Estados Unidos. De todos ellos, hoy en día, 175 están asfaltados. Pese a la concepción general, existen óvalos de diferente índole, desde los superspeedways, que oscilan entre las 2 y las 2.6 millas (de 3.2 a 4.1 kilómetros) hasta los más pequeños, de apenas un cuarto de milla (400 metros). Existen varias categorizaciones en base al tamaño del circuito, la forma del mismo y el peralte; la más extendida separa los speedways (óvalos de una milla o más) de los óvalos cortos, conocidos como 'short tracks' o 'bullrings' (ruedos).

19 de los 23 speedways del país acogen carreras al más alto nivel, pero el número de short tracks que reciben a las grandes categorías es muy reducido por su menor capacidad, física y económica. De los 22 óvalos que visita la NASCAR Cup Series, sólo tres (Richmond, Bristol y Martinsville) son cortos. Entre sus seis óvalos, la IndyCar cuenta con su propio 'short track', y en él corre este fin de semana. Situado en el corazón de las plantaciones de maíz del país, el Iowa Speedway acoge a la IndyCar por undécima vez, desde su debut en 2007 estando recién construído. Se inauguró un año antes, cinco años después de que se construyese por última vez un óvalo de alto nivel en Estados Unidos (Kansas y Chicagoland en 2001). No se ha vuelto a construir otro desde entonces.

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El de Iowa es un óvalo atípico, con una longitud de 7/8 de milla (0.894 millas, 1.439 kilómetros) similar a la del defunto tri-óvalo de Nazareth y que no utiliza ningún otro, siendo construido como una versión algo más grande de Richmond (3/4 de milla, 1.2 kilómetros). Gran parte del circuito cuenta con un peralte medio, de 10º en la "recta" principal y uno progresivo de entre 12 y 14º en las curvas, siendo de apenas 4º en la recta trasera. El ángulo de las curvas, eso sí, es lo suficientemente cerrado para que éste sea uno de los tres óvalos, junto a Phoenix y Gateway, en los que se usa el kit aerodínamico de óvalo corto del DW12, que es muy similar al de circuito, con pequeños cambios. Pese a ello, las velocidad media en qualy ronda las 185 millas por hora (295 kilómetros por hora), unos registros que ningún otro 'bullring' alcanza con ninguna otra competición.

Dos nombres son sinónimo de éxito en esta prueba: Andretti Autosport y Ryan Hunter-Reay. El equipo de Michael Andretti ha ganado siete de las diez pruebas disputadas: la inaugural y una racha de seis triunfos consecutivos entre 2010 y 2015. El más beneficiado de esa racha fue Hunter-Reay, vencedor en tres ocasiones. En las dos últimas, dejó en segundo lugar a un Josef Newgarden que terminó por romper la racha de Andretti el año pasado, con una actuación absolutamente dominante en la que lideró 282 vueltas de 300 y estuvo cerca de doblar a toda la parrilla, pese a pilotar con una férula en una muñeca lesionada. Este año, compite para el único equipo que le pudo plantar cara ese fin de semana, Penske.

Este circuito ha visto también algunos resultados particulares. El nipón Hideki Mutoh, en dos ocasiones, el venezolano E.J. Viso y el estadounidense Sage Karam lograron aquí sus únicos podios en IndyCar, y tanto James Hinchcliffe como Newgarden han obtenido aquí su único triunfo en óvalos. Pocos, sin embargo, tienen más predilección por Iowa que Marco Andretti. Tras rozar la victoria en 2007 y 2008, rompió una racha de casi cinco años sin victoria en 2011, logrando su segundo y, hasta la fecha, último triunfo. Al año siguiente, sólo Hunter-Reay le impidió repetirlo. Desde entonces, ni siquiera aquí le ha ido demasiado bien, pero en pocos circuitos ha sido tan constante como en este, y su crisis de resultados, que va camino de cumplir dos años, bien podría voltearse.

Curiosamente, este es uno de los pocos circuitos, junto a Barber, Fontana y St. Petersburg, en los que el líder Scott Dixon no ha dejado su impronta con una victoria. En ninguno de ellos le ha ido tan mal como aquí: dos terceros puestos en 2011 y 2016 como mejor resultado. Igual de desafortunadas han sido las cosas para Hélio Castroneves, que ha liderado más de 400 vueltas en siete carreras, pero que sólo ha logrado un segundo puesto en 2010, o Will Power, quien el año pasado logró al fin un buena segunda posición tras múltiples infortunios a lo largo de los años. Iowa suele alterar el orden establecido, y Penske sigue esperando poder estrenarse en un trazado que les ha esquivado numerosas veces.

La carrera, que inicialmente consistía de 250 vueltas, se disputa a 300 giros desde 2014, y así será esta noche, cubriendo poco más de 260 millas. A las 17:00 de hoy sábado (hora española) tendrá lugar la única sesión de entrenamientos libres previa a la sesión de clasificación de las 21:00, en la que cada piloto dará dos vueltas en solitario. La carrera tendrá lugar el domingo por la noche, siendo emitida en directo por Movistar Deportes 2 a partir de las 23:20, y en diferido el lunes desde las 10:00.

Fotos: IndyCar Media

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