Shell avisa en Holanda que la transición verde la pagarán los conductores en los precios de los combustibles, una clara advertencia de lo que se avecina
Hace cinco años que la petrolera británica Shell fue demandada en el país de los molinos de viento por incumplir los objetivos de reducción de emisiones de carbono para 2030. La empresa ya ha avisado de que si se limitan alguna de sus actividades, el precio de los combustibles será más caro. El coste de la electrificación que, una vez más, pagaremos los ciudadanos.
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Publicado: 04/04/2024 06:00
El caso de Shell en Holanda es solamente uno entre muchos otros que se sucederán en los próximos años si la Unión Europea no rebaja sus pretensiones de imponer los coches eléctricos a partir de 2035. En la teoría, porque hay elecciones europeas a finales de primavera y ya hay voces que apuestan por eliminar esta imposición obligada para no perjudicar a la inmensa población europea, desde este año 2024 los gobiernos deberían comenzar la instalación de puntos de recarga en las principales arterias viales en su territorio.
Un primer paso de instalaciones de carga públicas, a las que se sumarán las de los grandes operadores eléctricos y los de las petroleras, que también deberán contar con puntos en sus estaciones de servicio. Hoy, la infraestructura es demasiado pobre, tanto en número como en disponibilidad por funcionamiento; pero lo que está claro es que los planes europeos no contemplan otras vías secundarias, y eso no es suficiente para abastecer a los cientos de miles de coches eléctricos que planean.
Convertir gasolineras en electrolineras lleva tiempo y dinero
Sin embargo, los pagaremos por doble. Los públicos a través de los impuestos, y los de las estaciones de servicio con lo que pagamos en combustible. Shell ya ha avisado al gobierno holandés de que aumentará los precios de la gasolina, el queroseno o el gas si se limitan sus operaciones en otros campos como la extracción de petróleo y gas en el país de los molinos de viento y los tulipanes. Hace cinco años que la petrolera fue denunciada por no contar con una política de sostenibilidad más concreta relacionada con el acuerdo climático de París.
La empresa, como muchas otras, está obligada a reducir sus emisiones de carbono en un 45 por ciento desde 2019 hasta 2030, por lo que las actividades para conseguir el objetivo debían realizarse en un plazo de once años. Sin embargo, a unos cuantos les parecía que debía hacerlo con más rapidez. Está claro que una transformación tan radical no se puede hacer de la noche a la mañana, como también lo es que la transición verde a la que, por ahora, estamos abocados, se la pagaremos a las petroleras al repostar.
El primer aviso de Shell es el anticipo de una realidad que se avecina
La gran mayoría de empresas de carburantes no se ha manifestado al respecto, su red de cargadores eléctricos de alta potencia no es comparable al número de surtidores en las estaciones de servicio aunque algún día deberá serlo. El caso de Shell en Holanda se extenderá como una plaga, las posibles pérdidas se hará notar en otros países y buscarán la forma de compensarse. Si en unos años pagas el litro de gasolina o diésel por encima de los dos euros, en cualquier estación de servicio, no te extrañe que entre todos los impuestos haya un cargo extra para pagar los cargadores que tendrán que instalar en toda su red de estaciones de servicio.
