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Se cumplen cinco años del accidente que cambió a Robert Kubica

El 6 de febrero de 2011 en torno a la 8:30 horas de la mañana, Robert Kubica sufrió un grave accidente a los mandos de un Skoda Fabia en el Rally di Andora. Un brutal percance que cambió su vida.

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Publicado: 06/02/2016 12:00

El 6 de febrero de 2011 el mundo del motorsport despertó conmocionado. A las 8:30 horas y con el asfalto todavía mojado, Robert Kubica sufría un brutal accidente en la disputa del Rally di Andora, una de las citas que el piloto polaco disputaba durante la pretemporada de Fórmula 1 con el permios de Renault. Kubica perdía el control de su Skoda Fabia S2000 e impactaba contra uno de los guardarraíles de la carretera, con tan mala fortuna que este elemento atravesó la carrocería del vehículo, causando múltiples lesiones a Robert Kubica. La vida del polaco pendió de un hilo.

Tras una larga y muy complicada operación en la que el piloto polaco entró con coma inducido por la extrema pérdida de sangre, Robert Kubica fue estabilizado. La vida de Kubica no corría peligro, pero el polaco sufría graves lesiones en el lado derecho de su cuerpo, con especial incidencia en el codo, la muñeca y la mano. Lesiones que especialistas intentaron paliar ya que el antebrazo tenía dos fracturas, afectando a huesos, tendones y músculos. Sin embargo, la gravedad del accidente provocó que Robert Kubica perdiera movilidad y sensibilidad en la mano y en la articulación del codo.

A partir de ese momento, Robert Kubica vivió meses agónicos. Pronto se dio cuenta que su regreso a la Fórmula 1 era misión imposible, pero ese no hizo rendirse al polaco. A base de rehabilitación y de nuevas intervenciones, Kubica recuperó parte de la movilidad de su mano, lo que no le permitía volver a competir en monoplazas, pero si hacerlo en coches de rallies. La especialidad que le había llevado a vivir el momento más duro de su vida era su nueva forma de vivir la adrenalina de la competición. Todo un ejemplo de superación al máximo nivel.

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Robert Kubica regresó a la competición a finales de 2012 en el Rally Ronde Gomitolo di Lana, una prueba que ganó a los mandos de un World Rally Car. Un test que le dio ánimos al polaco y que le llevó a debutar en el Mundial de Rallies en 2013. Ese año compaginó su presencia en la categoría WRC2 con participaciones puntuales en el ERC, todas ellas a los mandos de un Citroën DS3 RRC de PH-Sport. Amparado por Citroën, Robert Kubica sumó el título de WRC2 tras conseguir cinco victorias. Como premio, pilotó un Citroën DS3 WRC en el Rally de Gales.

En 2014 se sumó al equipo M-Sport para competir a tiempo completo en el WRC a los mandos de un Fiesta RS WRC. Aunque su rendimiento fue de perfil bajo, con varios accidentes durante la temporada, el polaco dejó muestras de su velocidad con su sexto puesto en el Rally de Argentina. Una sensación que se confirmó durante 2015 con un Ford Fiesta RS WRC privado. Aunque Kubica se tuvo que perder dos pruebas para ajustar el presupuesto de su equipo privado, durante varios momentos puntuales fue de los pilotos más rápidos.

Para 2016, Robert Kubica parece tener nuevos planes. Robert disputó el Rally de Montecarlo, donde tuvo que abandonar a las primeras de cambio al tener una salida de pista por culpa del hielo. Fruto de ese accidente y de la falta de apoyos no estará en el Rally de Suecia, aunque la colaboración con Lotos y Pirelli pueden llevar a Robert Kubica a disputar las siete citas europeas que restan en el WRC. A la par, el polaco quiere emprender un programa deportivo en circuitos. Un paso más en la trayectoria de un Robert Kubica que hace cinco años vio como su universo se colocaba del revés.

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