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Fórmula VintagePentacampeonato de Fangio tras la mayor exhibición jamás vista

El quinto y último entorchado de Fangio tuvo como como colofón una exhibición de pilotaje nunca antes visto en el circuito más exigente del mundo. Formula Vintage repasa 1957 y la última pelea del argentino con el cada vez más numeroso contingente británico.

21 min. lectura

Publicado: 31/05/2016 17:00

“Fangio no es leal a ninguna marca”. Las palabras de Enzo Ferrari describían a la perfección la actitud nómada del argentino, siempre envuelto en una perenne búsqueda del triunfo. Logró su cuarto título con Ferrari, pero nunca terminó de sentirse a gusto en el equipo. Rechazó ofertas de renovación y se fue de nuevo a Maserati, que mejoró notablemente su 250F. De la alineación del año anterior, el equipo italiano sólo retuvo a Jean Behra. El español Paco Godia fue reemplazado por el argentino Carlos Menditéguy, que había destacado en su GP local en años anteriores, y Cesare Perdisa se fue a Ferrari para competir en resistencia, siendo sustituido por Harry Schell, procedente de Vanwall. Sin Fangio, Ferrari apostó por el regreso de Mike Hawthorn, y mantuvo a sus otros pilotos: Peter Collins, Luigi Musso y Eugenio Castellotti, mientras Alfonso de Portago pasaba a ser piloto reserva. Para defender su título, modificaron ampliamente los Lancia D50 para convertirlos en el Ferrari 801.

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Enfrente, la armada británica lanzaba al fin su ataque en busca de dominar el Mundial. Stirling Moss logró cumplir su ambición de recalar en un equipo británico competitivo al ponerse al volante del competitivo VW5 de Vanwall. Maurice Trintignant se marchó del equipo y fue sustituido por Tony Brooks, procedente de una BRM que empezaría el año con el ganador de Le Mans Ron Flockhart y Roy Salvadori en el P25. Cooper, además, afrontaba su primer año completo con Jack Brabham y Les Leston al volante del T43. Durante el año, Salvadori y Leston terminaron por intercambiar equipos en operaciones separadas. Los privados ganaron algo de presencia este año. Además de las habituales iniciativas individuales en Maseratis (Luigi Piotti, Horace Gould, Bruce Halford), aumentó la presencia de la Scuderia Centro Sud, estrechamente relacionada con Maserati, que alineó ocasionalmente a dos novatos en Fórmula 1, el sueco Jo Bonnier y el estadounidense Masten Gregory. El calendario se mantuvo intacto, incluyendo las pruebas canceladas en 1956, por lo que la temporada empezó en Argentina.

Vanwall, como todos los equipos británicos, no viajó a Buenos Aires, dejando otra vez una parrilla 100% italiana. Por ello, Moss corrió con Maserati, junto a su rival Fangio. Se exhibió en el “Fangiódromo” batiendo al argentino por 1.1 segundos en clasificación pero, en la salida, el acelerador se le rompió y tardó 10 vueltas en volver a pista, donde hizo la vuelta rápida. Behra y Castellotti se alternaron en cabeza al principio con Fangio detrás, hasta que Collins los adelantó a todos. Por desgracia, su embrague se rompió en la vuelta 25. En esa misma vuelta, Fangio adelantó a Behra, y aunque el francés logró ponerse en cabeza un par de veces hacia el final de la prueba, el argentino pudo abrir algo de hueco para llevarse la victoria. Castellotti perdió una rueda a 25 vueltas del final, y el podio fue a parar a Menditéguy, tras mantener a raya a un Schell que competía con Centro Sud por lo de Moss, y que completó un top 4 de Maserati. Alfonso de Portago viajó a Argentina, se subió a mitad de prueba en el coche de González, que hizo su habitual aparición en casa, y aguantó a Wolfgang von Trips (otro reserva de Ferrari, en el coche de Cesare Perdisa) para acabar quinto.

Los siguientes meses resultaron tremendamente trágicos, sobre todo para Ferrari. El 14 de marzo, Castellotti perdió la vida probando un nuevo Ferrari en Módena, y el 12 de mayo, en la prestigiosa y peligrosa Mille Miglia, Alfonso de Portago sufrió una espantosa muerte junto a su copiloto al acabar literalmente aplastados y desfigurados bajo su coche. Un neumático que él mismo se había negado a cambiar explotó, el coche volcó y se dirigió contra un grupo de espectadores, matando a 13, entre ellos cinco niños. En Mónaco, Trintignant ocupó el lugar de Castellotti, y von Trips, el de Musso, que tuvo que ausentarse por enfermedad. Fangio se impuso en clasificación, pero el piloto de Maserati fue superado por Moss en la salida, y por Collins un giro después.

La carrera quedó marcada por un accidente en la cuarta vuelta. Moss se pasó de frenada en la chicane del puerto y chocó con las barreras. Collins se topó con los restos del accidente y también acabó en el muro, y Hawthorn chocó con Brooks, perdiendo la rueda derecha e impactando con el coche de Collins. Fangio redujo la velocidad y pasó de largo, lo que fue decisivo para acabar llevándose la victoria. Brooks logró su primer podio al acabar segundo, tras ser incapaz de reducir diferencias por los daños en su coche. Menditéguy y von Trips pelearon por el podio, pero un trompo del primero y una rotura de motor a 10 vueltas del final del segundo brindaron la oportunidad a Jack Brabham, al volante de un modesto Cooper de motor trasero que también se rompió cuando faltaban 5 vueltas. El podio fue a parar, por tanto, a manos del debutante Masten Gregory con el Maserati de Centro Sud. Detrás, otro debutante, el británico Stuart Lewis-Evans, cuarto con un mediocre Connaught sobre Trintignant. Su magnífica actuación no pasó desapercibida, y poco después firmó con Vanwall para pilotar un tercer coche gracias a la pericia de su manager, un joven de 27 años llamado Bernie Ecclestone.

Giuseppe Farina volvió a inscribirse para correr en Indianápolis, pero la muerte de su piloto reserva Keith Andrews en los libres le llevó a tomar la decisión de retirarse por completo del mundo del motor. Antes del Gran Premio de Francia, las carreras de Bélgica, Holanda y (por tercer año consecutivo) España tuvieron que ser canceladas debido al encarecimiento del precio de los combustibles, causado por la invasión de Egipto por parte de Israel, Reino Unido y Francia, en lo que se conoció como la Crisis de Suez. Esta vez el GP francés se disputó en el circuito de Rouen, que regresaba tras 5 años con un trazado más largo y rápido, aunque más técnico que Reims.

Vanwall no pudo contar con Moss debido a una sinusitis, ni con Brooks, accidentado en las 24 horas de Le Mans, y tuvo que tirar de Salvadori, despedido de BRM tras no clasificar en Mónaco, para llevar un segundo coche. Fangio impuso sus galones de nuevo, logrando la pole con más de un segundo de ventaja, neutralizando la gran salida de Musso en la vuelta 5 y ganando con cierta facilidad. Collins llegó a ser segundo, pero perdió una marcha y tuvo que conformarse con el tercer escalón del podio sobre Hawthorn y Schell. Herbert Mackay-Fraser, sustituto de Salvadori en BRM, fue una de las sensaciones, al aguantar a Hawthorn en el séptimo puesto hasta que le falló la transmisión. Por desgracia, su trayectoria fue efímera, al fallecer una semana después en una carrera de Fórmula 2 en Reims, convirtiéndose en el tercer piloto del campeonato en perder la vida ese año.

En Aintree, que volvió a acoger la prueba del Reino Unido en lugar de Silverstone, Fangio no fue un factor en ningún momento. El piloto argentino teníaproblemas gástricos, y su coche padecía un manejo irregular por daños en una prueba no puntuable. Clasificó cuarto, cayó al octavo lugar en carrera y abandonó siendo séptimo. Behra se puso lider en la salida, pero el poleman Moss recuperó el liderato pocas curvas después. En la vuelta 22, Moss paró en boxes por un pequeño problema en el motor que resultó ser mayor. Se decidió que Brooks, que aún tenía secuelas de su accidente en Le Mans y era sexto, cambiase su coche con él. Pronto Moss empezó a adelantar: Fangio, Musso…

Mientras, Behra lideraba cómodamente cuando, a 20 vueltas del final, su embrague explotó, dejando restos en la pista que causaron un pinchazo a Hawthorn, que iba detrás. Lewis-Evans y Moss habían adelantado con anterioridad a Collins, y Moss tardó pocos segundos en ponerse en cabeza, consiguiendo junto a Brooks la última victoria compartida en Fórmula 1. Vanwall logró también la primera victoria de un fabricante británico, nada menos que en el GP de casa y con pilotos británicos, pero no pudo cerrar el doblete, porque a Lewis-Evans se le rompió el cable del acelerador. Pese al pinchazo, Hawthorn acabó tercero, entre Musso y Trintignant (cuyo coche pilotó en las tres últimas vueltas un Collins que había abandonado), completando los puntos Salvadori.

De cara a Nürburgring, Menditéguy abandonó Maserati y volvió a Argentina, considerando que no había dado la talla al abandonar en todas las pruebas europeas, por lo que fue reemplazado por Giorgio Scarlatti; y BRM decidió irse a casa y prepararse para 1958. La escasa parrilla de Formulas 1 fue rellenada con varios Fórmula 2 de Cooper, entre ellos sus 2 pilotos de fábrica, y Porsche, aunque no podían puntuar y se omiten de muchos registros históricos. Fangio, que podía ser campeón, batió a Hawthorn por 3 segundos en clasificación, mientras sus más inmediatos perseguidores, Musso y Brooks, clasificaron en 8ª y 5ª posición. El británico tendría un día para el olvido y acabó en noveno lugar. En esta carrera, Paco Godia regresó a la parrilla con un Maserati de su propiedad que no era gran cosa: clasificó 21º en una parrilla de 24, de largo el peor de los 15 Formula 1 (a 1 minuto de Fangio) y abandonó por un problema en la dirección en la vuelta 11. Antes de la carrera, Fangio supo que Ferrari planeaba hacer toda la carrera sin parar, y decidió poner neumáticos más blandos y menos gasolina para empezar.

Hawthorn y Collins pasaron al argentino al comienzo, pero éste ya era líder en la 3. Los 3 estaban a otro nivel, y ni Behra, Musso o Moss supusieron una amenaza. En la vuelta 13 de 22, Fangio paró en boxes, donde un error del mecánico de la rueda trasera izquierda le hizo perder casi minuto y medio. Volvió a pista a 55 segundos de Hawthorn y a 50 de Collins. En una de las demostraciones de pilotaje más recordadas de la historia, Fangio rompió el récord del circuito hasta en nueve ocasiones, recortando entre siete y quince segundos por vuelta, a pesar de que su asiento se movía, lo que le obligaba a hacer fuerza con las rodillas para no moverse. En la penúltima vuelta, llegó hasta Collins. Aprovechó una recta para ponerse a su lado en una estrecha curva a izquierdas bajo un puente, en la que Collins acabó cediendo. En esa misma vuelta, dio caza a Hawthorn, y logró adelantarle en otra curva a izquierdas, metiendo medio coche en la hierba. Hawthorn no se rindió e intentó pasarle varias veces en la última vuelta, sin éxito.

Fangio había conseguido que su victoria número 24, la que sería la última de su carrera, la que le valió para conseguir su quinto título, fuese también la más asombrosa. Confesó que había alcanzado el límite de su concentración y ambición, que nunca había pilotado tan rápido en su vida y que estaba convencido de que jamás sería capaz de volver a pilotar así. Hawthorn y Collins declararon disfrutar la batalla a pesar de ser derrotados. Moss, quinto en meta tras Musso, comentó que había sido un pilotaje increíble por parte del que era, “quizás, el más grande de la historia”.

Para compensar los Grandes Premios cancelados, la FIA incluyó en el calendario el Gran Premio de Pescara, que hasta entonces sólo se había disputado como prueba no puntuable o carrera de resistencia. Se celebró en el circuito más largo de la historia de la F1, 25 kilómetros de carreteras con dos largas rectas de más de 5 kilómetros de longitud. La pírrica seguridad del trazado, la decisión del gobierno italiano de prohibir correr en carreteras públicas y el hecho de que el campeonato estaba decidido fueron los motivos que Ferrari alegó para ausentarse, aunque la mayor preocupación estaba en las complicaciones legales, ya que la Scuderia estaba inmersa en un pleito por el accidente de Alfonso de Portago. Aun así, Musso les convenció para que le dejaran un coche.

Moss acabó segundo en clasificación a diez segundos de Fangio, pero pasó al argentino en la salida, superó a Musso en la vuelta 2 y ganó la carrera con 3 minutos de ventaja. Musso le siguió de cerca antes de romper motor en la vuelta 9 por las altas temperaturas. Fangio trompeó por el aceite derramado, pero tuvo tiempo de parar en boxes y beber algo mientras reparaban la rueda dañada sin perder el segundo lugar con Harry Schell, que obtuvo su primer podio sobre Gregory y Lewis-Evans. Godia clasificó en 12º lugar en una parrilla de 16, y llegó a ponerse sexto antes de romper el motor en la vuelta 10.

La temporada culminaría en Monza, que decidió prescindir de las curvas peraltadas para usar sólo el circuito principal, muy parecido al actual pero sin chicanes. En juego, el subcampeonato, entre Moss, Musso y Hawthorn. Ferrari, tras varias negociaciones, volvió a la parrilla y puso un cuarto coche para Wolfgang von Trips. Vanwall destrozó a las marcas italianas con un top 3 en clasificación, y Lewis-Evans se hizo con una sorprendente pole, sobre Moss, Brooks y Fangio. En carrera, se les unió Jean Behra, y los 5 pilotos intercambiaron posiciones constantemente durante 20 vueltas, aunque paradas lentas en boxes hicieron desaparecer de la batalla a Lewis-Evans y Brooks, que hizo la vuelta rápida. Moss logró escaparse sin que Fangio pudiese hacer nada, e incluso llegó a doblarle antes de una lenta parada, pero ganó con comodidad para ser, por tercer año seguido, subcampeón tras el argentino, toda vez que Musso terminó un gris fin de semana en octavo lugar. Schell y Collins dieron caza a Behra, pero eventualmente los 3 abandonaron, y problemas para Hawthorn a 10 vueltas del final permitieron a Von Trips obtener su primer podio, sobre Gregory y el Maserati compartido de Scarlatti y Schell. Godia, por su parte, clasificó 15º de 18, y terminó en noveno lugar, a 6 vueltas de Moss.

Vanwall dio un serio aviso a las potencias italianas en 1957, y fue la primera alternativa británica seria al título. De haber existido campeonato de constructores, habría acabado segunda, a seis puntos de Maserati y ocho por delante de Ferrari. Sólo pequeños detalles (el acelerador en Argentina, el motor en Reino Unido, su poca competitividad en Alemania y la sinusitis de Moss) les impidieron plantar más batalla a un Fangio que, con 47 años, encontró un coche equilibrado y notable para imponerse con autoridad en su último año al máximo nivel. Su exhibición en Nürburgring pasó a los anales de la historia como su canto del cisne, la mejor forma de poner fin a su reinado. Era el ocaso de una era, y el amanecer de otra, en la que la Union Jack prometía ondear alto en el cielo.

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CLASIFICACIÓN DEL CAMPEONATO DE PILOTOS (excluyendo resultados de las 500 millas de Indianápolis):

Juan Manuel FangioMaserati40
Stirling Moss Vanwall / Maserati 25
Luigi Musso Ferrari 16
Mike Hawthorn Ferrari 13
Tony Brooks Vanwall 11
Masten Gregory Maserati 10
- Harry Schell Maserati 10
Peter Collins Ferrari 8
Jean Behra Maserati 6
10º Stuart Lewis-Evans Vanwall / Connaught 5
- Maurice Trintignant Ferrari 5
12º Wolfgang von Trips Ferrari 4
- Carlos Menditéguy Maserati 4
14º Roy Salvadori Cooper / BRM / Vanwall 2
15º Giorgio Scarlatti Maserati 1
- ALFONSO DE PORTAGO Ferrari 1
- José Froilán González Ferrari 1

Sin puntos (con, al menos, dos Grandes Premios disputados): Jack Brabham (Cooper), Jo Bonnier (Maserati), Ivor Bueb (Maserati / Connaught), PACO GODIA (Maserati), Luigi Piotti (Maserati), Horace Gould (Maserati), Bruce Halford (Maserati) y Ron Flockhart (BRM).

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