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De aquí a 2030 podrán perderse el 10% de empleos (o más) en automoción por la automatización

En pocos momentos de la historia el autómovil se ha enfrentado a tantos desafíos a la vez en tiempo de paz, la década de 2020-2029 será especialmente exigente y disruptiva, donde solo los más adaptados se mantendrán. En lo relativo al empleo, el automóvil reducirá su peso en la población activa.

De aquí a 2030 podrán perderse el 10% de empleos (o más) en automoción por la automatización
Producción del Volkswagen T-CROSS en Landaben (Navarra) - Volkswagen

6 min. lectura

Publicado: 17/07/2020 20:00

Según ANFAC, de cada 100 españoles de la población activa, 9 trabajan directa o indirectamente en el sector del automóvil. Se incluyen en esa cuenta fabricantes de vehículos, equipos y componentes, actividades complementarias a la fabricación, distribución y comercialización, posventa, servicios financieros y seguros, transporte, estaciones de servicio, empresas de alquiler y autoescuelas.

El dato es del 2019, y no ha cambiado significativamente respecto a 2010, cuando los empleos ligados al automóvil suponían el 8,7% de la población activa. España produjo el año pasado 2.822.632 vehículos (9º puesto mundial, 2º europeo), de los cuales 2.209.769 eran turismos. El 81,8% de la producción se exportó (87,1% en 2010), principalmente a Francia, Alemania y Reino Unido, la mitad del total.

A lo largo de la década que acaba de comenzar (y que ha empezado fuerte) muchos de esos empleos van a desaparecer. Lo dice la Guía Hays 2020 (PDF), cuya conclusión es que en 2030 más del 10% de los empleos se los habrá llevado por delante la automatización industrial: toda esa gente ya no hará falta.

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Planta de IVECO (Madrid)

La mencionada guía se ha basado en encuestas. Del lado empresarial, el 77% de las compañías consultadas creen que se perderá el 10% o más de los puestos de trabajo; de estas, el 41% apuesta por caídas del 10-20%, el 23% cree que se pueden perder hasta el 31% de los empleos.

La misma fuente, refiriéndose a los empleados encuestados, el 73% afirma que mantendrá su empleo durante la década, el 22% tiene dudas sobre si tendrá el mismo trabajo, y el 5% directamente cree que su empleo dejará de existir. Y esto ocurrirá por la transición hacia los vehículos eléctricos y el mayor peso de los procesos digitales.

Traducido a castellano, decir que los motores eléctricos tienen muchos menos componentes que los térmicos (gasolina, diésel, de gas...), son mucho más simples. Por otra parte, cada vez tiene más importancia el software en nuestras vidas, es decir, programas que solucionan problemas o hacen trabajos rutinarios.

Producción de SEAT en Martorell

De momento, con la hibridación, la complejidad mecánica de los vehículos no disminuye, se incrementa de forma muy ligera, pero es un paso intermedio. Los motores térmicos se irán suprimiendo de la ecuación y harán falta menos trabajadores para terminar un vehículo. Si se automatizan más procesos industriales también hace falta menos gente.

Por lo tanto, los empleos más prescindibles son aquellos susceptibles de ser reemplazados por máquinas. En cambio, tendrán cada vez mayor peso los perfiles asociados al desarrollo tecnológico, la gestión, adaptación y mantenimiento de esa tecnología, de acuerdo a Hays. Pero serán menos empleados en total.

En 2019 hubo una ligera contracción en el empleo por diversas razones: comportamiento de mercados de exportación (p.ej. el «Brexit» británico), materias primeras, guerras comerciales, los coletazos de la crisis de los motores diésel o la incertidumbre económica/política en un sentido más general.

Aprendices en SEAT

Pero 2020 ya está suponiendo un gran «shock», y eso que estamos a mitad de año. De momento tenemos el cierre de una gran fábrica de Nissan y dos de sus satélites en Barcelona, por no hablar del gran impacto que ha supuesto el COVID-19. El impacto en la producción será más notable que el del empleo, mantenido con los ERTE y un notable gasto público.

Contextualizando, este cierre se debe a que los números llevaban años sin salir en la fábrica, años por debajo de su 50% de capacidad era simplemente insostenible. No siempre se acierta asignando vehículos a una fábrica, de momento en el resto de plantas españolas las asignaciones han sido un éxito y los fantasmas de más cierres quedan lejos.

El automóvil es uno de los pilares de la economía española, en un nivel similar al turismo (sector especialmente castigado este año por la pandemia). Los gestores públicos deben pensar a largo plazo, y ya mismo, para mantener el mayor empleo posible en nuestras fábricas y que se vayan formando los profesionales necesarios para el trabajo que harán en el horizonte 2030.

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