Confirmado, la DGT trabaja en un nuevo examen de conducir
La DGT prepara una reforma del examen teórico de conducir para dejar atrás la memorización clásica e incorporar vídeos con situaciones reales de riesgo. El objetivo: evaluar más que conocimientos, también reflejos y capacidad de reacción.

El examen teórico para sacarse el carnet de conducir va a cambiar. Y no, no será más fácil. La Dirección General de Tráfico (DGT) quiere dejar atrás el clásico test de memoria con preguntas capciosas y avanzar hacia un modelo más práctico, más realista y, sobre todo, más útil.
Así lo ha confirmado su director general, Pere Navarro, en una entrevista concedida al programa El Intermedio, de La Sexta. «Vamos a incorporar vídeos con situaciones de riesgo para ver la percepción de riesgo que tú tienes», explicó Navarro.
Con esta frase, el máximo responsable de la DGT deja claro que los días del test tipo trivial —de 30 preguntas, tres opciones y una sola válida— podrían estar contados. La nueva propuesta apunta a evaluar no solamente lo que sabes, sino cómo lo aplicarías cuando la carretera se pone complicada.
«A veces tenemos la impresión de que la multa no es tanto por el exceso de velocidad sino por tonto»
Más allá de la memoria, hacia un examen con reflejos
Hasta ahora, el examen teórico ha sido una prueba de resistencia mental frente a preguntas como cuál es el significado de determinada señal o quién tiene prioridad de paso en una situación concreta. Pero el formato, que apenas ha variado en décadas, ya no convence a nadie. Ni a los alumnos, ni a los examinadores… ni a la propia DGT.
El nuevo modelo tomará nota de lo que ya hacen otros países europeos. Por ejemplo, en el Reino Unido se utiliza el Hazard Perception Test, una sección del examen en la que los aspirantes deben identificar, en tiempo real, situaciones de riesgo a partir de vídeos de tráfico real.
La clave está en detectar el peligro antes de que sea evidente, lo que permite medir la capacidad de reacción del futuro conductor. Y eso es justo lo que quiere imitar la DGT, confirma Navarro, subrayando que el objetivo es evaluar la percepción del peligro, una habilidad tan o más importante que saber cuál es la velocidad máxima en una vía convencional sin arcén.
El teórico actual es rígido y está desfasado
Actualmente, el examen teórico sigue un esquema fijo: 30 preguntas tipo test, tres respuestas posibles, una correcta. El alumno tiene 30 minutos para responder y puede fallar, como mucho, tres. Superado ese trámite, toca enfrentarse al examen práctico, donde el aspirante debe demostrar que sabe circular según las normas (aunque no necesariamente según la lógica).
Este sistema se ha mantenido casi intacto desde hace décadas, pese a que la conducción y los vehículos han cambiado radicalmente. Por eso, la DGT considera urgente una puesta al día: más situaciones reales, más vídeos y menos papeles con preguntas del estilo «¿Qué significa esta señal con forma de trapecio invertido?».

Alcohol y velocidad, viejos enemigos con nuevos recordatorios
Durante su intervención en El Intermedio, Pere Navarro no se limitó a hablar del examen. También aprovechó para repasar algunos de sus clásicos: el alcohol y la velocidad, dos de los grandes enemigos de la seguridad vial.
Al ser preguntado por la cantidad de alcohol que se puede consumir sin afectar a la conducción, Navarro lo dejó meridianamente claro: «Bebe lo que quieras, pero no conduzcas. El efecto del alcohol no depende de lo que hayas comido, en esto hay que ser tajante: si has bebido no conduzcas».
Sobre la velocidad, tampoco se anduvo con rodeos. Y sí, también hubo palo para los conductores. «Cuando hay un radar ponemos un cartel muy grande que pone: “Atención, velocidad controlada por radar”. A veces tenemos la impresión de que la multa no es tanto por el exceso de velocidad sino por tonto».
«Si te han avisado de que hay un radar, con un cartel inmenso, qué menos que frenar mientras pasas el radar. Luego, ya tú mismo…», sentenció el director. ¿Exagerado? Quizá. ¿Sincero? Desde luego.
Fotos: DGT