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Las subastas de coches no están cayendo durante la crisis del coronavirus

Las grandes casas de apuestas no están dejando de hacer negocio por la cancelación de los grandes eventos. El dinero no está huyendo del mercado de los clásicos, más bien parece gozar de muy buena salud, pese a todo lo que está pasando.

Las subastas de coches no están cayendo durante la crisis del coronavirus
Ferrari 250 GTO Scaglietti (1962), subastado en 2018 por 48,4 millones de dólares - RM Sotheby's

6 min. lectura

Publicado: 20/04/2020 22:00

En los tiempos de la pandemia por el coronavirus hay muchas cosas que se han parado en seco. Cómo no, tampoco se han librado aquellos eventos en los que unos pocos afortunados en lo económico intercambiaban clásicos de lujo. El Concours d’Elegance de Pebble Beach, Goodwood, Top Marques de Mónaco... o se han cancelado o se han pospuesto.

Por otro lado, la inminente recesión económica podría haber hecho que algunos viesen el momento ideal para deshacerse de ciertos activos, mientras aún mantengan cierto valor, aunque tuviesen que hacer recortes en los precios. Quien dice ciertos activos dice coches, terrenos, etc.

Pues no, el dinero no está huyendo de las subastas de alto copete como ha ocurrido en la bolsa. Es la conclusión que se desprende en un artículo publicado en Automotive News por Hannah Elliott. Es más, es un mercado que se está animando a pesar de la adversidad, los confinamientos y las consecuencias de la crisis en lo humano y lo económico.

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Para cada roto hay un descosido

Por un lado, tenemos que hay un mercado en el que el factor especulativo está empezando a desaparecer, por lo que empezará a ser más difícil ver la constante revalorización de ciertos coches o que los récords de subastas previas sean pulverizados en el orden de los millones o las decenas de millones.

Durante los años 2015-2018 se vio una escalada en los precios que tenía patrones similares a los de las grandes burbujas, como las de activos inmobiliarios o la famosa crisis de los tulipanes en Holanda. Ciertos coches se contabilizaban como activos que nunca iban a bajar de precio (como los pisos, vamos), y los precios se inflaban de una venta a otra.

Pero el efecto especulativo está escampando, por lo que empiezan a aparecer precios más razonables. Aumenta la proporción de compradores que realmente quieren disfrutar de los coches o poseerlos, no simplemente acumular activos potencialmente revalorizables para sacarles un jugoso beneficio.

Los Ferrari clásicos alcanzan sumas de escándalo, sobre todo si son pocas unidades y tienen pedigrí en competición

Pese a la cancelación de los grandes eventos, las casas de apuestas más selectas están haciendo la transición hacia Internet, en detrimento de las tradicionales subastas con su martillo y la gente gritando o haciendo gestos con las manos. Total, no les queda otra... Y su volumen de negocio se está manteniendo -o aumentando- respecto a niveles propios de esta época del año-.

David Gooding, fundador de Gooding & Co., cree que la transición a lo digital no va a tener un impacto apreciable en el sector. A fin de cuentas, en las subastas físicas suele haber representantes que hacen la gestión en favor de sus clientes (y se llevan sus buenas comisiones), que tampoco están in situ.

Por otra parte, también podemos considerar el efecto psicológico del coronavirus y que más gente se anime a hacer realidad sus sueños, teniendo el dinero, compensando el que otros decidan deshacerse a un buen precio (aunque la ganancia no sea espectacular) de ciertos activos. El mercado se acaba equilibrando solo.

Un cuentakilómetros casi virgen siempre es un objeto de deseo

A las puertas de una recesión está claro que los coches clásicos no son precisamente necesarios, pero si algo hemos aprendido de las últimas grandes crisis es que ahondan en las desigualdades... quien ya era rico puede ser más rico, y quien ya era pobre o iba ahí ahí, puede ver empeorar su situación. Golpea más a los de abajo que a los de arriba.

Todavía no se ha tocado techo en cuanto a cotizaciones como para decir que se han alcanzado picos históricos. Es más, me aventuro a vaticinar que los precios se mantendrán o seguirán subiendo, solo que a un ritmo más sano, ya que hablamos de coches que son literalmente irrepetibles. A este paso lo será cualquier coche del Siglo XX.

El futuro está plagado de tecnología, de coches con aristas por todas partes, conducción semiautomática, SUVs, motores eléctricos, y cada vez menor transmisión de sensaciones. Quien busque eso al conductor valorará cada vez más los coches del pasado, sobre todo si son escasos, irrepetibles y están bien cotizados. De pinchazo en la burbuja no podemos hablar, todavía.

Fuente: Automotive News

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