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Personalización versus impersonalidad

  • Los fabricantes aumentan el grado de personalización en los modelos generalistas, antaño terreno Premium o de lujo
  • Algo más que una moda, se ponen en valor los coches de tamaños modestos
  • Una oportunidad de negocio para fabricantes, industria química y de terceros

6 min. lectura

Publicado: 22/10/2017 17:00

Hyundai Kona

En los últimos años los fabricantes han explorado diferentes formas de hacer sus modelos más atractivos. Segmentos que pocos años atrás eran de coches sencillos e impersonales ahora se convierten en algo más glamuroso, personalizado y con identidad propia. Podemos observarlo en las tendencias de diseño.

Además de los faros muy alargados, las carrocerías crossover o los neumáticos con perfiles bajos tenemos un gran aumento en colores disponibles y las famosas pinturas bitono en las gamas actuales. Los fabricantes ofrecen más colores de los típicos que van rotándose en tendencias cambiantes, como rojo, blanco, negro, plata, etc.

Cada vez más modelos recurren a una estrategia de personalización -normalmente en los modelos medios/altos de gama- con colores de contraste, sobre todo en el techo. El campeón en ese sentido es el Opel Adam, con 19 colores de carrocería y siete de techo para elegir, el Citroën C3 con nueve colores de carrocería y tres de techo, o el Renault Captur con 11 colores de carrocería y cuatro de techo.

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Este nivel de personalización se adapta muy bien para aquel que quiera diferenciarse y reducir el riesgo de encontrarse un coche exactamente igual que el suyo en un aparcamiento y tener que distinguirlo por la matrícula. Sin embargo, esta política también tiene algunas complicaciones, no sirve para cualquier modelo.

Por ejemplo, en el mercado estadounidense la gente está más acostumbrada a elegir coche de una campa y no tener que esperar meses a un pedido a fábrica con todas sus opciones. Al tener que comprar los concesionarios los coches por adelantado, deben ser extremadamente cuidadosos con las combinaciones que piden si no quieren tener estocaje durante mucho tiempo.

Por otro lado, los procesos de producción se encarecen porque es necesaria una segunda línea de pintado o recurrir a procesos manuales para aplicar la capa de contraste. Una alternativa más económica a la pintura bitono es ofrecer inserciones en distintos colores, que es lo que ocurre con modelos como el Nissan Micra o Juke. Las carrocerías no son bitono, pero los coches sí.

¿Cuál es mi coche?

A la hora de vender el coche, un color que se ha quedado fuera de tendencia puede afectar al precio de venta o el tiempo que tarda en encontrarse un segundo comprador, por no hablar de un mayor coste para reparar daños en las piezas coloreadas, especialmente dentro de unos cuantos años.

Los dueños de coches añejos conocen perfectamente esta problemática

Por ejemplo, en el segmento B fueron muy habituales las "series especiales" en las que cambiaba algún ornamento, la tapicería y poco más. Podemos citar el Peugeot 205 Lacoste, Opel Corsa Steffi Special o SEAT Ibiza Olimpiada 92. Si se estropea algún elemento cuesta mucho encontrar uno que vaya a juego.

En el caso de los interesados en tener un modelo durante muchos años, a ser posible en su condición original, como mínimo esto puede ser un problema. Afortunadamente la industria del vinilado puede lograr efectos muy parecidos con una mínima inversión en el caso de una restauración anticipada. Con logotipos y tapicerías la cosa se complica.

Opel Corsa Steffi Special

Tarde o temprano esta moda se irá, como otras antes. Las marcas en las que la personalización ha sido una seña de identidad, como el caso de MINI, la personalización aguantará lo que los clientes quieran y puede volver en cualquier momento sin que nadie se sorprenda por ello. En otras marcas se nota claramente que siguen una moda que no han empezado.

Sin embargo la tendencia puede durar una buena temporada en respuesta a la creciente tendencia a flotas de coches totalmente impersonalizadas. Por ejemplo, quien utiliza un coche de alquiler por minutos no se preocupa por el color, todos son iguales, no tienen nada de especial ni por lo que presumir.

Ahora los fabricantes son esclavos de lo que gusta y lo que la gente elige, no lo que les sale más barato

Según avance el tiempo será mucho más sencillo discriminar un coche privado de uno comprado por empresa/alquiladora. Los que decidan soportar todos los gastos de un coche tendrán más motivos para justificar esa decisión si va con su personalidad o sus gustos. Quién sabe, terceros pueden hallar un filón en modelos usados como ya ocurre en motocicletas, con un potente sector de personalizaciones en modelos de capricho.

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