Polonia anuncia la primera demanda judicial contra la UE para evitar el cese de la combustión en 2035 e imponer los coches eléctricos

Las cuestiones relacionadas con el transporte en la Unión Europea se están complicando cada vez más. La Comisión encargada de este área ya se las está viendo más que negras para aprobar la nueva norma de emisiones Euro 7 debido a la oposición de casi una decena de países que, aunque son minoría, tienen la suficiente fuerza como para tumbar la entrada en vigor de la exigente norma prevista para 2025.

Aunque esta cuestión se dirimirá en los próximos meses, al plan «Fit for 55» también le ha salido un oponente: Anna Moskwa, ministra de Medio Ambiente de Polonia ha anunciado que llevará la imposición de los coches eléctricos en todo el territorio de la Unión Europea a partir de 2035 y, por ende, el cese de los coches de combustión tradicional, al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La ministra polaca ha tomado esta decisión tras no ser atendida en sus demandas, siendo la única representante de un país europeo que ha votado reiteradamente no a todas las propuestas.

Polonia pone la primera demanda judicial al plan europeo «Fit for 55»

Moskwa siempre ha señalado que «Polonia no está acuerdo con este y otros documentos del paquete «Fit for 55» y lo estamos llevando al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, por lo que acudimos al Tribunal de Justicia de la UE», deseando que haya más países que se sumen a esta iniciativa, que los hay y han sido muy críticos con la decisión, pero que no se han atrevido a dar semejante paso.

La ministra polaca tiene sus propios fundamentos, y perfectamente basados, solicitando a los comisarios implicados, especialmente al líder de esta propuesta, Frans Timmermans, la realización de un análisis adecuado del mercado y las consecuencias que ocasionará tal prohibición a nivel social. Son muchos los países del centro, sur y Este de Europa cuyo nivel adquisitivo no se acerca a los del norte de Europa, lo que hace completamente inviable que sus ciudadanos puedan permitirse un coche eléctrico del mismo nivel, segmento o categoría del que ahora disfrutan.

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Las cuentas se resumen fácilmente: los parques automovilísticos alargarán mucho más tiempo su renovación, lo que impedirá aumentar la carga tecnológica de protección ante accidentes, además de los miles de puestos de trabajo que se perderán si se cumplen las amenazas de los fabricantes de que los eléctricos, al necesitar menos componentes y piezas, también reducirán la mano de obra tanto de las fábricas como de las empresas de componentes a la calle.

Alemania logró sacar adelante su moción de los combustibles sintéticos, amagando con tumbar la propuesta, pero a Italia se le denegó el uso de los biocombustibles. Ahora, la demanda que Polonia interpondrá en el TJUE puede abrir la puerta a que la UE reconsidere una estrategia que, para muchos, ha sido impuesta sin realizar ningún estudio previo.