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Tesla, contra el Gobierno de España

Tesla pretende poner patas arriba el mercado doméstico de la electricidad con sus baterías Powerwall, pero con el Gobierno de España ha topado. Algunos partidos políticos no permitirán que se estropee su relación con las empresas eléctricas, y pondrán obstáculos

8 min. lectura

Publicado: 04/08/2015 17:00

Tesla continua evaluando el potencial del mercado español, tanto por las ventas de sus coches eléctricos como por las baterías domésticas de acumulación de energía

En otras partes del mundo, se cree que lo más eficiente y ecológico para el sistema eléctrico es que algunos consumidores generen parte de la energía que consumen, toda, o que incluso viertan a la red sus excedentes a cambio de una mínima compensación. Esto último se conoce como balance neto, y se lo cargó el Gobierno del Partido Popular, abriendo una enorme inseguridad jurídica.

Estos vertidos o energía que se deja de consumir en el sistema, como es de origen renovable, reduce las emisiones contaminantes y también frena la dependencia energética de nuestro país, que tiene que importar prácticamente todo del exterior: petróleo, gas natural, uranio, etc. En España solo se puede beneficiar uno claramente de la energía autoproducida si no tiene conexión a la red eléctrica, un desenchufe total.

Las baterías de Tesla permiten al consumidor comprar energía más barata en horarios valle, para utilizarla luego en horarios punta. También permiten a los consumidores almacenar su energía fotovoltaica para reducir el impacto en su factura. Hay quien ve en esto un perjuicio para el resto de usuarios del sistema, o en castellano, un perjuicio para las empresas productoras de electricidad.

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Las baterías Tesla Powerwall pueden funcionar en paralelo o aisladamente

Actualmente, el Real Decreto 1699/2011 prohíbe colocar un sistema de almacenamiento entre un equipo de generación -como placas solares- y los contadores de consumo. La legislación española ya dificulta el uso de acumuladores, y el Gobierno estudia penalizarlo más para evitar que la gente adopte estos sistemas.

En otras palabras, la intención del Gobierno actual es que quien quiera consumir su propia electricidad, se desenchufe de la red eléctrica del todo, o que permanezca en la red sin incentivos para mejorar su instalación. Y lo de cobrar por verter electricidad a la red, mejor de eso nos vamos olvidando.

Difícil encaje tienen las baterías de Tesla en este embrollo

No obstante, los planes del fabricante americano siguen en pie para Europa y nuestro país, según revela Crónica Global. Las baterías llegarán primero al mercado estadounidense y posteriormente irán llegando a los hogares europeos. También siguen adelante los planes de implantar a todos los efectos la marca automovilística Tesla, con una red comercial, servicios postventa y la red de supercargadores.

Los supercargadores Tesla permitirán a los dueños de los actuales Model S y futuros Model X realizar viajes largos sin preocupaciones por la autonomía, en los corredores principales que atraviesan la Península Ibérica

Recientemente os informamos que se inauguró oficialmente el primer supercargador Tesla en España, concretamente en Gerona, y ya está operativo un segundo punto en Tarragona. El objetivo de Tesla es ofrecer también varios corredores en los que los dueños de los Model S y X puedan hacer viajes largos gracias a la recarga rápida de 120 kW, con mínimas pausas en el trayecto.

Las baterías domésticas se esperan para 2016, y ciertamente ayudaría a su implantación que haya un cambio de signo en el Gobierno español. Las elecciones generales están próximas, y es complicado que el PP, el partido gobernante, gane con mayoría absoluta. Muy probablemente tendrá que pactar con otros partidos que frenen sus políticas pro-eléctricas, o puede salir una coalición de partidos de la oposición.

Ahora mismo el ciudadano está amenazado por un borrador de ley, no algo vigente

Está un sector entero, el de la energía renovable, paralizado ante el temor de que haya que pagar por la energía que uno mismo produce y consume. Dicho de otra forma, la gente no quiere pagar dos veces por lo mismo, contribuir al sostenimiento del sistema eléctrico. Se baraja un gravamen sobre la potencia generada, de 8,9 a 15,3 €/kW para usuarios domésticos en baja tensión. Efectivamente, es pagar por la energía que uno genera o un "impuesto al sol".

Las pocas unidades de Tesla Model S que han llegado a España han sido a través de importadores, a falta de una red comercial como tal. Son más prioritarios países como Noruega, Holanda o Reino Unido

Todo usuario conectado a la red paga por un lado lo que consume, y por otro lado, el mantenimiento de la red, distribución, compensaciones al sector del carbón, gestión de los residuos nucleares de las centrales de fisión, etc. La gente que esté "medio enchufada" no dejará de pagar por esos conceptos, simplemente reducirá su consumo.

Pero aquellos que ahora están esperando a tener un buen sillón y un opulento sueldo de una empresa energética, cuando dejen la política, no pueden ir en contra de sus futuros jefes. Si los votos no lo impiden, el PP seguirá haciendo y deshaciendo para beneficiar a las empresas eléctricas.

Lo que puede parecer opinión es una realidad que cualquiera puede constatar al margen de sus ideas políticas

Sí, es justo que los usuarios que utilicen la red eléctrica, parcial o totalmente, contribuyan a su mantenimiento para no provocar el agravio del resto de usuarios. También es justo que ese mantenimiento no se pague dos veces. Y más justo aún sería que la electricidad que los pequeños productores viertan a la red sea remunerada, porque redunda en el beneficio colectivo.

La legislación que se quiere implantar es completamente contra natura, especialmente en un país con tantas horas de sol y que tiene que comprar su energía a países del entorno, con el coste que implica para todos. La Unión Europea no ve con buenos ojos estas propuestas legislativas, ojalá se implante una visión sensata para este problema, y no sea solo un beneficio para un sector industrial concreto pese al perjuicio de más de 40 millones de personas.

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