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Los coches eléctricos tendrán menos emisiones indirectas en España desde 2020

A partir del año que viene empezaremos a ver varios cierres de centrales eléctricas de carbón, ya que están dejando de ser rentables, y su producción irá siendo reemplazada por más renovables. Eso reducirá en la práctica las emisiones ligadas a los eléctricos.

7 min. lectura

Publicado: 07/10/2019 21:00

Central térmica de Compostilla

Cualquier vehículo, tenga el motor que tenga, produce emisiones al moverse, incluso los eléctricos. El desgaste de los neumáticos y los frenos cuenta, así como la reemisión de partículas del asfalto al aire producido por la rodadura. Esto último se ha de entender como machacar algo con un mortero y esparcir el producto por el aire.

Empeora cuanto más grande es el neumático y más carga soporta. También es cierto que los neumáticos suelen durar más en un coche eléctrico, dado que el par se entrega de forma más suave, y que los frenos tienen una utilización muy escasa si el conductor es mínimamente previsor con la retención eléctrica.

Lo que sí que no tienen son emisiones directas, porque no tienen escape. En el caso de los híbridos enchufables y los eléctricos de autonomía extendida solo contaminan de forma local cuando el motor térmico o el generador están funcionando para alargar la autonomía o hacer un aporte extra de potencia.

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Cuando hablamos de 0 emisiones, queremos decir 0 emisiones de escape (locales) y no contabilizar las emisiones inherentes a la rodadura que todo vehículo tiene

Los detractores de los coches eléctricos suelen tirar del argumento de que la electricidad que consumen los coches eléctricos no sale de la nada -así lo dicen las leyes de la termodinámica- y que eso también contamina. Eso es cierto solo a medias. A menos que se use mucho carbón en el mix energético eso no es discutible.

¿Y en el caso de España? El sector energético va camino de descarbonizarse rápidamente por el cierre de prácticamente todas las centrales térmicas de carbón. Estas centrales se han mantenido en activo tras modernizarse para reducir su nivel de contaminación y por razones políticas: algunas dan trabajo a regiones rurales enteras o son fundamentales para sus economías.

Pudimos comprobarlo en nuestra visita a la central de As Pontes (A Coruña) en 2017, donde las emisiones contaminantes son muy bajas, pero lo que es imposible de evitar cuando se quema carbón es precisamente la liberación de dióxido de carbono (CO2), ya que este gas es el producto de cualquier reacción química de combustión. Como su nombre indica, el carbón es un producto muy denso en cuanto a partículas de carbono (C).

Central térmica de As Pontes - La chimenea -edificio más alto- prácticamente solo suelta CO2, eso sí, en cantidades industriales

Para compensar el daño medioambiental que causan estas centrales se inventó una cosa llamada "derechos de emisión", o lo que es lo mismo: usted no contamine, pero si lo tiene que hacer, entonces pague 25 euros por tonelada de CO2. Estos derechos de emisión están haciendo que no merezca la pena mantener las centrales funcionando mucho más.

Endesa anunció el cierre de As Pontes y de Litoral (Almería), también las de Andorra (Teruel) y Compostilla (Léon). Esos cierres se suman a los ya anunciados por otras empresas energéticas, Iberdrola y Naturgy. El carbón aporta en torno al 15% del consumo de energía de España, a cambio de otro 15% en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de todo el país.

Ahora mismo el carbón es el tercer mayor aporte energético a la red, primero van la nuclear (20,6%) y la eólica (19%), según datos de REE para el 2018

¿Cómo se va a compensar lo que dejen de producir las centrales térmicas, que pasarán de 15 a 3 en el plazo de dos años? Con más renovables. Se supone que en 2020 entrarán en el sistema 8.000 megavatios de renovables, pero no van a llegar a tiempo por razones técnicas, administrativas o de otra índole. Según datos de APPA, estarán listos para año nuevo 1.500 MW de fotovoltaica y 550 MW de eólica, casi la cuarta parte de lo planeado.

El uso intensivo de renovables implica que los coches eléctricos prácticamente no producen contaminación, tanto donde se genera la energía como por donde circulan

En consecuencia, las recargas de coches eléctricos desde el año que viene tendrán un impacto aún más bajo en las emisiones, por no decir que, respecto a un vehículo térmico convencional, ya las bajan considerablemente. Es más, es una cuestión de números, los coches eléctricos NO van a aumentar la contaminación ni las emisiones de CO2 del país.

Lo complicado será gestionar los excedentes de producción de energía y hacer frente a la escasez de producción, ya que no siempre el viento sopla, ni el sol luce siempre igual, ni las hidroeléctricas pueden producir todo lo necesario. Las nucleares se van a ir apagando a lo largo de la década que viene y la que la sigue, así que cada vez habrá más renovables. Ya aportan casi el 40% de nuestra producción de electricidad.

En un futuro no muy lejano, las emisiones indirectas de los coches eléctricos en España serán muy bajas, comparables a las del caso francés, donde el gran peso de las nucleares hace que en término de CO2 sean emisiones ridículas. Los detractores del coche eléctrico tendrán que buscar otros argumentos para ponerse en contra de algo que es ya imparable.

Fuente: Hipertextual

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