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Difícil solución para el conflicto entre taxistas, Uber y Cabify

Después de la manifestación de ayer, 30 de mayo, continúan los interrogantes sobre cómo compaginar la actividad de los taxis tradicionales con las empresas tecnológicas. Algunas reivindicaciones de los taxistas simplemente no pueden ser satisfechas, mientras la sociedad pide cambios.

8 min. lectura

Publicado: 31/05/2017 18:00

Ayer se produjo la mayor protesta del gremio del taxi en nuestro país. Se manifestaron unos 30.000 profesionales, según un comunicado sectorial citando fuentes oficiales. Dependiendo de la zona, hubo un cierre patronal de hasta 24 horas (Barcelona), prestación del servicio gratuita o por la voluntad (Sevilla) y servicios mínimos para clientes con movilidad reducida, dependientes o con citas médicas.

Los taxistas quieren que la Administración se ponga seria y actúe contra las plataformas Cabify y Uber, que están operando vehículos de alquiler con conductor (VTC). Algunos medios han citado también a Blablacar, pero es una asociación absurda, comparación de tocino y velocidad. Por cierto, Uber y Cabify trabajan con empresas de VTC, no son sus coches ni sus conductores.

Ahora mismo hay 70.223 licencias de taxi y 5.654 de VTC (proporción 1/12)

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Una de las reivindicaciones de los taxistas es que se cumpla la limitación de licencias vigente de 1 VTC cada 30 taxis. No se está cumpliendo, cierto, pero el asunto tiene miga. Esa limitación data de 1987, cuando los VTC eran básicamente limusinas y no existía la situación actual ni de lejos.

Taxi en Barcelona

En 2009 se liberalizó la concesión de licencias mediante la polémica ley Ómnibus (Ley 25/2009, de 22 de diciembre), en la que se disparó la concesión de licencias VTC. A cambio de una concesión muy barata, se rompió la proporción 1/30, pero en ese momento no existían las plataformas citadas: Cabify llega en 2011, Uber en 2016 bajo modelo VTC.

Ya bajo con el Gobierno del PP, se reformó la Ley Orgánica de Transportes Terrestres (LOTT) en 2013 por la Ley 9/2013, de 4 de julio, que recuperó el límite de 1/30 de 1987. Dicha ley se desarrolló a finales de 2015 con el Real Decreto 1057/2015, de 20 de noviembre, es decir, toda ley necesita un reglamento (una norma jurídica de rango inferior) que la detalle.

Las CCAA con competencia en transportes pueden cambiar la proporción 1/30 a una menos restrictiva, si así lo desean

Si bien ahora está vigente la limitación 1/30, no se puede aplicar de forma retroactiva, y la Administración tiene pendiente conceder licencias que ya se habían solicitado antes del cambio legal. Algunas de esas licencias VTC se están revendiendo por unos 40.000-50.000 euros, mientras que las licencias de taxi se traspasan de unos a otros por hasta 220.000 euros según la CNMC. Hay taxistas que acumulan licencias y las explotan trabajadores asalariados a cambio de un porcentaje de la caja.

Tipo de licenciaRendimiento anual neto
Pago IRPF anualPago IVA anualTotal impuestos abonados
Taxi10.361,69 €
630 €
286,04 €916,04 € (sin deducción)
VTC33.326,44 €
5.998,75 €2.861,48 €8.860,23 € (con IVA deducido)

Ejemplo de fiscalidad en estimación objetiva vs estimación directa para 60.000 kilómetros al año

Por lo tanto, las licencias VTC no están cumpliendo la actual norma porque hubo varios años en los que sí se pudo. Por otro lado, el sector del taxi dice que Uber y Cabify no pagan impuestos en España, lo cual no es cierto. Los tenedores de las licencias VTC sí pagan impuestos por su actividad, los conductores cotizan, recaudan IVA y tienen retenciones de IRPF.

Con los VTC hay poco margen para el dinero negro, la mayoría de las transacciones son con tarjeta de crédito

En cambio, un taxista que tribute por el modelo de estimación objetiva (módulos) paga hasta 9 veces menos impuestos, de acuerdo a cálculos de la asociación de VTC Unauto, que representa 80 empresas. Otra cosa es cómo tributen Uber y Cabify, con sede en Delaware (Estados Unidos), un paraíso fiscal. Esto no es un delito, lo hacen empresas como Google, Facebook, Amazon, etc. Cabify defiende que paga todos sus impuestos en España a través de la empresa Maxi Mobility Spain SL. Uber no es transparente en ese sentido.

Sí es cierto que los VTC cometen infracciones administrativas, algo que tampoco es ajeno al sector del taxi. Entre las legítimas reclamaciones de los taxistas está un mayor control sobre el cumplimiento de la normativa. Según Fedetaxi, en el último año los VTC han aumentado un 875% sus infracciones administrativas. También tienen mucha más actividad, en cierto modo es lógico.

Muy difícil solución tiene este conflicto. Los taxistas se sienten desamparados y opinan que Uber y Cabify van a imponerse por hechos consumados ante la pasividad de las autoridades. Sin embargo, parte del argumentario de los taxistas no se sostiene. De forma idéntica no todo son bondades en la llamada "economía colaborativa".

Es ilegal que los VTC capten clientes en la calle, todo traslado debe ser pedido con antelación

Los VTC están ganando mucha popularidad por un servicio percibido como de gama superior sin que los precios sean mucho más altos (depende del trayecto): botellas de agua, WiFi, conductores con valoración y de traje, elección de temperatura y emisora de radio... Ojo, los taxistas están obligados a que el cliente decida sobre esas dos últimas cosas, entre otras.

El sector del transporte en vehículos pequeños está condenado a adaptarse, lo está demandando la sociedad. Cada vez hay más alternativas al taxi, como los vehículos de alquiler temporal sin conductor (eCooltra, Emov, Car2Go, Respiro, Bluemove...) y ahí la Administración no es culpable de nada.

Por todos es conocida la combatividad del sector del taxi ante cualquier alternativa, aunque se cumpla toda la legislación. Es un sector fuertemente regulado en el que la rentabilidad no está ni mucho menos garantizada. Y quienes peor lo tienen son los taxistas más jóvenes: las licencias no tendrán el mismo valor en el futuro.

Durante años se ha congelado la concesión de licencias (en Madrid desde los años 70), lo que ha creado el caldo de cultivo para su especulación con su traspaso. Su valor a futuro no es tanto, ya que hay más competencia, no es un negocio tan seguro. En los años de bonanza era difícil conseguir un taxi libre en ocasiones, pero ahora hay más alternativas.

La ley se tiene que cumplir, desde luego, eso no lo discutimos. Puede que haya más protestas y jornadas de cierre patronal (huelga de autónomos y empresarios), los taxistas han anunciado más movilizaciones si no se cumplen sus demandas. El Gobierno lo tiene complicado, no tiene tanto margen de actuación, tampoco las autonomías que tienen competencias en este asunto.

Fuente: Libre Mercado

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