La paradoja en el mercado estadounidense, los coches eléctricos son ahora más baratos que los de gasolina

Los clientes potenciales de coches eléctricos añoran el momento en el cual puedan hablar de una paridad de precios real entre estos y los de combustión. Con el paso de los años, la brecha se va cerrando, aunque a un ritmo diferente dependiendo de a donde mires.

En China, donde prácticamente la mitad de los coches que se venden allí son enchufables, están muy cerca de conseguirlo. Países europeos como Noruega muestran el camino a seguir: si los eléctricos consiguen estar a precios asequibles, muchos compradores optarán por ellos.

¿Y en Estados Unidos? Pues bien, en la tierra donde destacan los coches y camionetas grandes, especialmente las de gasolina, lo cierto es que los créditos fiscales que lanzó el ex presidente Joe Biden animaron bastante el mercado de eléctricos, que no obstante seguía siendo bastante limitado.

Ahora, con Donald Trump en plena cruzada contra el vehículo eléctrico, las previsiones apuntan a un bajón de sus ventas. Sin embargo, durante un breve período de tiempo, esto no ha sido así, y gracias en parte al presidente norteamericano. En unos días la situación, no obstante, debería volver a la “normalidad”.

¿Por qué los eléctricos son más baratos que los de gasolina?

Veamos las cifras, porque los gráficos con los datos de JD Power son muy claros: en julio y en agosto los precios de compra medios de coches eléctricos nuevos estuvieron por debajo de los vehículos de combustión.

Miremos agosto: el coste promedio para un coche eléctrico nuevo fue de 44.908 dólares, frente a los 45.521 dólares de los coches de combustión. Para más inri, fíjate: en enero de 2023, hace “dos días”, el precio medio de los eléctricos en Estados Unidos era de 62.500 euros.

Es decir, en menos de tres años, los coches eléctricos han pasado de ser de media 16.000 dólares más caros que los de gasolina, a ser 600 dólares más baratos. ¿Cómo se ha podido producir esta situación? La explicación es sencilla de entender.

El Gobierno de Donald Trump aprobó justo antes del verano su ley “One Big Beautiful Bill”, la cual marca que a partir del 30 de septiembre quedan eliminados los créditos fiscales de hasta 7.500 dólares que ayudaban a los norteamericanos a comprar un coche eléctrico nuevo.

Sabiendo que las ayudas estatales iban a desaparecer, las marcas se han lanzado al mercado adoptando generosos y agresivos descuentos para, en definitiva, liquidar su inventario. Y es que a partir del 1 de octubre, esos coches serán mucho más difíciles de vender. «Las ofertas que se pueden encontrar son realmente increíbles», afirman los analistas.

Ese es el principal motivo de que los precios medios de compra se hayan desplomado justo en los meses posteriores a la firma de la nueva ley y antes de la fecha de aplicación de la disposición que afectaba a los vehículos eléctricos.

La venta de coches eléctricos en Estados Unidos alcanzó un récord en agosto del 9,9 por ciento, según datos de Cox Automotive, cuando la tendencia en los últimos años era de que el ritmo de crecimiento se ralentizaba. «A corto plazo, los vehículos eléctricos probablemente, en el mejor de los casos, se mantendrán estables. Pero a largo plazo, seguimos siendo optimistas sobre los vehículos eléctricos. No creemos que este sea el final». Que el optimismo de los expertos no decaiga.

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Fuente: InsideEVs