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Evita robos y destrozosCoches, objetos de deseo para ladrones

Imagina que te roban el coche ó cualquier objeto de su interior, además de la pérdida los perjuicios pueden ser impensables. Evitarlo, en cierta medida, está en tus manos. Los coches son una fuente inagotable de riqueza para ladrones, tanto para robar artículos de su interior como para sustraer el coche en sí. Quizás no puedas evitarlo, pero sí ponerlo lo más difícil posible.

Coches, objetos de deseo para ladrones

7 min. lectura

Publicado: 11/12/2012 11:00

Entre la situación de crisis en la que nos encontramos y la existencia de mafias organizadas en nuestro país, los robos de coches (sobre todo de gama alta) han crecido de una manera desorbitada. Tampoco es difícil ver por la calle pedacitos de cristal templado que revelan actuaciones vandálicas sobre los vehículos para robar cualquier cosa de su interior. Quizá por eso no esté de más recopilar una serie de consejos encaminados a evitar o a dificultar al máximo los robos de coches.

En la medida de lo posible, aparcar en lugares vigilados. De acuerdo, esta primera medida es tan de cajón como imposible de realizar en algunas ocasiones, pero por lo general y como tendencia deberíamos buscar el mejor lugar posible para dejar nuestro coche y desconfiar bastante si cuando vamos a aparcar observamos que todos los coches de nuestro alrededor presentan signos de haber sido forzados o si en vez de asfalto encontramos una alfombra de cristalitos verdes.

Cerrar siempre el coche y guardar las llaves. Si el vehículo tiene puertas y ventanas, es por algo. Antes de abandonar el coche, comprobar incluso accionando alguna maneta que tanto puertas como ventanas han quedado efectivamente cerradas y guardar las llaves inmediatamente y de forma discreta en un lugar seguro, mejor en el bolsillo del pantalón que en la chaqueta o el bolso. Y sobre todo, hacerlo siempre, ya que por breve que sea nuestra ausencia, un ladrón bien entrenado nos puede robar el coche en cuestión de segundos.

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Mantener la documentación a buen recaudo. Dejar los papeles dentro del coche es casi como regalar nuestro vehículo al primero que pase por ahí. En ese sentido, vale la pena recordar que es legal circular con fotocopias de toda la documentación (permiso de conducir, permiso de circulación y tarjeta técnica del vehículo) siempre que estén debidamente cotejadas por un notario o por algún organismo oficial como Tráfico, por ejemplo.

Viajar siempre con las puertas bloqueadas. Los semáforos son lugares perfectos en los que cualquier chorizo puede abrir una puerta de nuestro coche y hacerse con bolsos y maletines en cuestión de segundos sin que tengamos tiempo de reaccionar. Si nos acostumbramos a viajar con las puertas bloqueadas, se lo pondremos más difícil a quienes pretendan robarnos en el camino.

Hacer caso omiso de “gente que nos avisa”. Claro, que de nada servirá viajar con las puertas bloqueadas si las abrimos a la primera ocasión que se presente. Es un truco muy típico ese de llamarnos la atención con cualquier excusa (desde un elaborado “llevas una rueda pinchada” hasta un simple “oye, oye”) para que mientras desviamos la mirada alguien nos desvalije. Otro truco muy utilizado consiste en poner una hoja de papel en la luneta posterior para provocar que salgamos a quitarla y en el descuido nos vuelen el coche.

Alerta cuando cargamos y descargamos. Hay ladrones que operan en muchos parkings de hipermercados, cuando estamos batallando con el carro de la compra, las bolsas y otras distracciones. En estos casos, conviene estar alerta y si alguien entabla conversación con nosotros y no podemos hacernos los suecos, más vale cerrar el maletero y el coche entero hasta que el riesgo haya pasado. Si nuestro desconocido interlocutor no era más que una persona con ganas de cháchara, se le quitarán las ganas de hablar. Y si llevaba otras intenciones, irá a buscar a otro conductor más incauto que nosotros.

No dejar nada a la vista. Ni siquiera una triste chaqueta ni mucho menos una bolsa con un misterioso contenido en su interior. Lo que para nosotros es un artículo de poco valor puede parecer un suculento botín a cualquiera que lo vea desde el exterior, así que lo mejor es dejar el coche sin nada a la vista que pueda llamar la atención. Y si hay que dejarlo, una buena manera es prever esa circunstancia y pasar lo que sea al maletero antes de llegar a nuestro punto de destino. Lo mismo se podría aplicar a aquellos casos en los que, por ejemplo en un centro comercial, hemos cargado el coche pero queremos volver a las tiendas. Más vale mover el vehículo hasta una plaza lejana que dejarlo con un cartelito que diga: “coche acabado de cargar: róbenme”.

Montar tornillos antirrobo en las ruedas. Para hacer más difícil que nuestro coche amanezca asentado sobre cuatro ladrillos, puede ser una buena medida montar un tornillo antirrobo en cada rueda. Al fin y al cabo, quienes quieran robarle los zapatos a nuestro coche tendrán que operar con rapidez, por lo que no les interesará demasiado un coche que les opone dificultad. Y sí, el adaptador del tornillo deberá ocupar un lugar algo más pensado que la guantera del coche. Elegir un escondrijo es una buena ocasión para poner a trabajar la imaginación.

Grabar las lunas del coche. Esta fue una técnica que se estiló muchísimo durante varios años y que luego cayó en desuso, pero puede ser útil para disuadir a los ladrones de coches en el momento en que les resulta inútil poner placas de matrícula falsas si en cada cristal aparece grabada la matrícula original del vehículo.

Instalar un localizador GPS. De acuerdo, un localizador por GPS no va a evitar que nos desaparezca el coche, pero sí que nos puede servir para gestionar con mayor celeridad la recuperación de nuestro vehículo. Lógicamente, el localizador tiene que estar conectado permanentemente y ubicado de forma estratégica para evitar que cualquiera pueda deshacerse de él.

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