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Ford y Mercedes-Benz abandonan también Rusia tras meses de inactividad

Otros dos fabricantes se deshacen de sus participaciones empresariales en Rusia después de haber estado meses sin poder fabricar ningún coche. Se sigue constatando el hundimiento de la industria del automóvil en Rusia, iniciado en febrero, cuando los tanques de la Z entraron en Ucrania.

Ford y Mercedes-Benz abandonan también Rusia tras meses de inactividad
Inicio de la producción de la Clase E de Mercedes-Benz en Rusia (2019) - Mercedes-Benz Group

6 min. lectura

Publicado: 27/10/2022 23:00

La industria rusa del motor se está quedando como un erial. Entre marzo y abril las fábricas fueron parando una detrás de la otra, por falta de componentes, debido a las interrupciones de piezas a causa de las sanciones y de cortes de rutas de transporte. Mantener la actividad fue imposible en un país que no producía todos los componentes necesarios.

Los últimos fabricantes en hacer las maletas con carácter prácticamente definitivo han sido Mercedes-Benz y Ford, que al igual que otros que han anunciado su salida, ya llevaban meses de brazos cruzados ante la imposibilidad de conseguir componentes. Ambos fabricantes cesan su actividad del todo.

Mercedes-Benz se deshace hasta de su red de concesionarios, que pasarán a estar controlados por el distribuidor local Avtodom. Pocos faltan por irse. Kia tiene todavía una fábrica en San Petersburgo, junto a Hyundai, Mazda se lo está pensando, Stellantis y Mitsubishi lo mismo, y Volkswagen todavía no ha encontrado un comprador para su parte.

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Fábrica de Ford Sollers en Jimki

Ford termina un proceso de abandono progresivo

En el caso del fabricante estadounidense, lo cierto es que se ha terminado un proceso que terminó allá por 2019. En aquel entonces Ford anunció que cesaba la producción de turismos. En San Petersburgo se estaban fabricando los Ford Focus y Mondeo, mientras que en Naberezhnye Chelny se fabricaban los Fiesta y Ecosport.

En aquel verano cesó la producción de turismos. No solo eso, cesó la producción de motores en otra fábrica situada en Elabuga, que es la que se acaba de cerrar y vender. El único modelo que se estaba haciendo hasta que empezó la guerra fue la furgoneta Transit. Durante un tiempo, fue el modelo líder en furgonetas en Rusia.

Ford mantenía una joint-venture con Sollers, 51% para los rusos y 49% para los americanos. La venta de la participación de Ford se ha hecho por un valor simbólico, 1 euro, y como ha ocurrido con otros fabricantes, tienen durante cinco años la opción de volver y recomprar su participación.

Fábrica de Mercedes-Benz en Moscú

Respecto a Mercedes-Benz, sus resultados financieros no van a ser afectados por este tachón de su balance porque ya se había provisionado antes. El daño en su contabilidad ya estaba hecho. La transacción está pendiente de la aprobación de las autoridades rusas y el cumplimiento de las condiciones contractuales.

En Rusia se está quedando una industria automovilística zombie. Por un lado, está AvtoVAZ, ahora controlado por las autoridades rusas, que pueden hacer coches a medio gas porque tienen mucho contenido local de piezas. Por otro lado, está la intención de revivir la vieja Moskvitch a partir de algún coche chino, seguramente GAC.

En el resto de fábricas que han ido abandonando los fabricantes occidentales y japoneses de momento no tienen nada que hacer. Podría ser una oportunidad de oro para fabricantes chinos que decidan implantarse en Rusia en condiciones muy ventajosas, pero la demanda del mercado ruso está tan mal, que no parece el mejor momento.

Fábrica de AvtoVAZ en Toliatti

Si hay algo que nos está demostrando este conflicto, es que la Federación Rusa es un estado fallido. Está perdiendo sus principales ingresos vía exportación de materias primas (sobre todo combustibles fósiles), su ejército ya combate con métodos y equipamiento de la Segunda Guerra Mundial (rifles, cascos, tácticas...), y los últimos reclutas se van al frente sin entrenar, sin cobrar, y sin equipamiento.

El que decida aprovecharse cual carroñero de esta situación, tardará tiempo en que su inversión merezca la pena. Rusia era un mercado muy prometedor a principios de la década pasada, pero a problemas económicos se sumaron los problemas a consecuencia de las primeras sanciones por la anexión de Ucrania, que al menos no fue un baño de sangre.

El capital occidental está haciendo las maletas y la industria del automóvil rusa se mantiene en los huesos. Ford y Mercedes-Benz solo han oficializado lo inevitable: si no pueden fabricar ni importar coches, no hay negocio, así que lo más sensato es decir adiós con las maletas ya cerradas.

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