La era del malestar del Siglo XXI, ¿a que esto te suena familiar?

Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla. Si nos vamos en un breve viaje a través del tiempo hasta principios de los años 70 en EEUU, encontraremos procupantes paralelismos con lo que vivimos hoy día. Lo que se acabó llamando la «malaise era», o «era del malestar», ya es una realidad en Europa.

Los acontecimientos que se sucedieron a principios de aquella década influyeron de forma decisiva en el mundo del automóvil, aunque especialmente a los fabricantes tradicionales de EEUU. Más de un fabricante europeo debería tomar nota de lo que pasó, no vaya a ser que el desenlace acabe siendo similar, aunque más digital.

Gran parte de la carga tecnológica de los coches modernos está encaminada a mejorar la seguridad mediante avisos e intervenciones en los mandos

1) Normativas que encarecen los coches

Los últimos designios de la Unión Europea han contribuido a encarecer los coches, de la misma forma que lo hicieron las primeras normativas de seguridad en EEUU. Entonces fueron los paragolpes funcionales, habitáculos deformables o cinturones obligatorios. Hoy la cosa va más por asistentes de seguridad activa, la llamada de emergencia automática o el limitador de velocidad automático.

Las normas antipolución también se cobraron su peaje, obligando a los motores a perder potencia y atractivo comercial, empeorando su fiabilidad y aumentando costes. En Europa hemos visto una invasión de tricilíndricos y microhíbridos, la decadencia de los diésel y la desaparición de muchos modelos interesantes. Hay que reducir consumos como sea. Nuevas tecnologías van retirando a las antiguas.

¿No te gustan los SUv? Pues mala suerte...

2) Diseño en crisis

En los 70 los diseños en EEUU se convirtieron en algo absolutamente abominable, con un predominante estilo boxy que hacía los coches como si se hubiesen diseñado con hachas. Tendencias más frescas llegaron de Europa y Japón, y se empezaron a comer el mercado. Hoy día, la plaga visual son los SUV, pero algunos fabricantes lo van disimulando con turismos disfrazados de crossover (que a su vez, parecen SUV) para mejorar la autonomía.

El que hoy día quiere un coche bonito y diferente, no tiene tanto donde elegir de primera mano

Aunque hasta los asiáticos han apostado fuertemente por los SUV, empezamos a ver diseños más frescos de berlinas y sedanes eléctricos, aunque muchos se parecen unos a otros de forma preocupante. No en el mismo fabricante, en general. En ambos periodos se observa aquello de hacer parecer a los coches más deportivos, en vez de hacerlos más deportivos. ¿Y qué me decís de que todo tenga que ser Premium, y a cualquier cosa se le llame lujo?

¿Os acordáis de cuando llenar el depósito del coche costaba más de 100 euros?

3) Precios elevados del combustible

La crisis del petróleo de 1973 golpeó muy duro a los países acostumbrados al petróleo barato e «inagotable». Se impusieron racionamientos al repostar, días sin coches, límites de velocidad de 100 km/h o menos, campañas de concienciación... A lo largo de 2022 vimos unos precios tan altos en los surtidores que se destruyó demanda de forma permanente. No todo fue culpa de Vladímir Putin, pero gran parte sí, le dio por guerrear contra otro país.

El movimiento ecologista no es un invento tan moderno, de hecho, explotó hace más de 50 años

A diferencia de los años 70, esta vez los coches eléctricos no son juguetes experimentales ni vehículos de escasa utilidad. Ahora sí son una alternativa, y cada vez para más gente. El motor de combustión interna ya tiene sentenciado su futuro en países occidentales para 10-15-20 años, según el lugar. También tenemos una mentalidad diferente a la hora de movernos y la tecnología permite más cosas que hace 50 años.

Si quieres gastarte poco dinero en un coche nuevo en 2023, igual tienes que renunciar a algo...

4) Inflación y coches más caros

Por razones bien distintas, hemos visto cómo el dinero en nuestro bolsillo o cuenta corriente pierde poder adquisitivo, y que lo que antes era el precio de un coche caro, ahora es algo normal. La asequibilidad en muchos segmentos se ha desvanecido y los menos pudientes se ven apurando la vida útil de sus coches hasta que la cosa mejore.

Hemos visto auténticas barbaridades en los últimos meses, como coches usados que costaban más que nuevos, esperas interminables, desaparición de incentivos comerciales y unas subidas de parra con los precios simplemente demenciales. En su momento, los japoneses sacaron buena tajada del clima revuelto en los años 70, porque no solamente hacían coches buenos, los hacían baratos. Eso hila con el último punto.

Que el escudo no os confunda, es un coche chino y se va colando entre los modelos más vendidos poco a poco

5) Invasión de producto extranjero

De forma lenta, pero inexorable, algunas marcas chinas están empezando a ganar cuota de mercado en un contexto desfavorable para los demás. Al igual que hicieron los japoneses en su día, la oferta va mejorando y dando a la clientela cada vez mejor relación valor/precio. En Europa, japoneses y surcoreanos recogen la cosecha de varios años, los siguientes serán los chinos.

De momento no se nos incita a comprar coches europeos por patriotismo o eurocentrismo, pero hay voces avisando de que si se venden y fabrican menos coches, pues hará falta menos gente. Los chinos de momento tiran de importaciones desde China, pero se les puede obligar a pasar por el mismo aro que a los japoneses: si usted quiere vender masivamente en Europa, fabrique usted en Europa. En EEUU ya han lanzado ese mensaje con la Ley de Reducción de la Inflación. Europa, ¿va usted a mover ficha o cede el turno?