Gente así nos pone en peligro a diario, atención a las burradas de este conductor novel

Un vídeo publicado en Instagram nos ha mostrado una vez más que aprobar el carnet de conducir no es sinónimo de saber conducir o de tener madurez suficiente para compartir carretera con los demás. El mejor ejemplo, este conductor novel.

Gente así nos pone en peligro a diario, atención a las burradas de este conductor novel
El conductor del Renault Clio siembra el caos en las rotondas

3 min. lectura

Publicado: 21/06/2025 14:00

Con el paso de los años, muchos conductores olvidamos ciertas normas o adquirimos ciertos vicios que no son recomendables. Pero cuando un conductor novel hace lo que vas a ver en el vídeo que te presentamos a continuación, entonces es una simple cuestión de no querer hacer las cosas bien.

Se trata de un conductor que todavía porta la L en su vehículo, un Renault Clio blanco, y que en un trayecto de pocos minutos nos ‘regala’ un vergonzoso repertorio de lo que no hay que hacer en las rotondas y, en general, en las carreteras.

Ni respeto ni dos dedos de frente

En primer lugar, este conductor considera que no tiene tiempo para esperar en la incorporación a una rotonda y decide utilizar el arcén derecho para saltarse la fila y meterse en la misma sin siquiera comprobar si debe ceder el paso. Por supuesto, ni oír hablar de utilizar los intermitentes a la salida de la misma.

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Llega el turno de la siguiente rotonda, y aquí vuelve a liarla. ¿Cómo? Entrando por el carril izquierdo, a pesar de que va a tomar la primera salida, para lo cual vuelve a cruzar el carril derecho sin prestar atención y, claro está, sin señalizar. Para qué, ¿y si se me gasta la palanca y la bombilla del intermitente? Pensaría este individuo.

Siguiente rotonda, misma operación, y no porque el tráfico le impida elegir carril precisamente. De nuevo, entra por el carril izquierdo, se coloca en el interior y, en la siguiente salida, se cruza sin señalizar para continuar su camino.

Ahora la traca final, la incorporación a una autovía. Este conductor debe tener prisa, o sencillamente no ha nacido con el don de la paciencia, e intenta adelantar al vehículo que circula delante de él por la derecha y utilizando el arcén. Sin embargo, en esta ocasión no puede completar la maniobra, ya que el conductor le cierra el paso.

Paradójicamente, ese conductor llevaba un coche de autoescuela

David Plaza

La opinión de David Plaza

Lo preocupante de todo esto no es solamente lo que hace este conductor, sino lo que representa. Porque cosas como esta y otras mucho más graves estamos cansados de verlas en las carreteras. ¿Cuántos conductores noveles están sueltos por ahí sin tener ni idea de lo que hacen al volante? ¿Y cuántos veteranos que van aún peor, pero sin L?

Da la sensación de que aprobar el examen práctico es más una cuestión de suerte y memoria que de aprendizaje real. Un par de vueltas con el examinador, no atropelles a nadie, señaliza una vez… y listo, ya puedes enfrentarte al tráfico real. Que Dios nos pille confesados.

Las autoescuelas hacen lo que pueden, pero no pueden corregir lo que algunos llevan de serie en su cabeza hueca: falta de respeto, nula empatía y ese cóctel molotov de «a mí no me digas lo que tengo que hacer». Y luego nos preguntamos por qué hay accidentes evitables cada día.

Este artículo trata sobre...

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