Acusan a la ITV de realizar una prueba que rompe los coches y un empleado responde de esta manera
Un trabajador de la ITV responde a las críticas a una prueba que muchos conductores creen que daña sus coches. Esta prueba se hace a todo tipo de vehículos y es responsable de muchas inspecciones desfavorables.

En los últimos años, se ha disparado una sospecha muy extendida entre algunos conductores: ¿la prueba de holguras de la ITV puede dañar tu coche? Como si fuera una prueba de tortura para vehículos viejos, este procedimiento se ha ganado cierta mala fama en redes sociales.
Pero un empleado de una estación ITV ha decidido dar la cara… y lo ha hecho con argumentos y hechos que, sin embargo, no convencen a todo el mundo. En un vídeo que se ha viralizado en Instagram, el técnico desmonta las críticas a esta prueba mostrando cómo funciona en realidad.
Y, para sorpresa de pocos, su respuesta es clara: no, la prueba no rompe tu coche. Lo que hace es detectar lo que ya está roto.
Si realmente se provoca una avería durante la inspección, en ese caso hay un procedimiento administrativo establecido
¿Qué es la temida prueba de holguras?
Para quien no esté familiarizado, se trata de una prueba obligatoria en la inspección técnica en España. El coche se sitúa con las ruedas sobre unas placas móviles que simulan movimientos longitudinales y transversales. Básicamente, se mueve el eje para comprobar si hay componentes sueltos o dañados en la suspensión o dirección.
Muchos conductores, sobre todo aquellos con vehículos de cierta edad, han salido de la ITV con una rótula floja, un silent block hecho polvo o un neumático tocado… y la sospecha se siembra: «¡Antes de entrar todo iba bien!».
El trabajador que protagoniza el vídeo da una respuesta contundente a esta acusación. Explica que las tensiones que se aplican durante esta prueba son muy inferiores a las que soporta el coche en condiciones normales de circulación. Es decir, pasar por un badén mal diseñado, tragarse un bache a 50 km/h o hacer una curva a alta velocidad es mucho más agresivo para las suspensiones, rótulas y neumáticos que las placas móviles de la ITV.
La diferencia está en que la prueba está pensada para detectar fallos invisibles al ojo humano. Fallos que podrían acabar en un accidente si no se corrigen a tiempo.
Lo que realmente revela la prueba de holgura
Tal y como señala el técnico, gracias a este test se pueden detectar holguras en rótulas, brazos de suspensión, amortiguadores y hasta neumáticos con defectos estructurales. Todos ellos elementos clave en la estabilidad del coche.
Es, en cierto modo, una radiografía en movimiento que delata lo que el conductor quizás no notaba… o no quería notar.
Y aquí viene el verdadero problema: si algo se rompe durante la prueba, lo más probable es que ya estuviera a punto de fallar antes de entrar. La ITV no rompe coches, la ITV los delata, afirma este empleado de la ITV.
¿Y si realmente se rompe algo en la ITV?
Ahora bien, ¿qué pasa si realmente se provoca una avería durante la inspección? Aunque es poco común, sí puede ocurrir, y en ese caso hay un procedimiento administrativo establecido.
Si se sospecha que el daño ha sido causado directamente por una maniobra o prueba dentro de la ITV, la propia estación debe certificar la avería y hacerse cargo de la reparación. El problema es que, si no lo reconocen, la situación puede complicarse.

En esos casos, el siguiente paso sería acudir a Consumo, y para ello es crucial contar con el informe de un perito independiente que certifique el estado del vehículo antes y después de la inspección. Sin ese informe, la reclamación puede quedar en nada.
Entonces, ¿es peligrosa la prueba de holgura de la ITV?
En absoluto. De hecho, si algo se rompe, puede que te haya salvado de un susto más adelante. Es como ir al médico y que te descubra una hernia que tú pensabas que era sólo «una molestia al agacharte». Te duele el diagnóstico, pero te está salvando de una operación de urgencia.
El vídeo se ha convertido en un inesperado alegato en defensa del trabajo que realizan los técnicos de ITV. Un trabajo muchas veces poco agradecido, pero esencial para que todos —sí, también los que protestan— circulen más seguros. Eso sí, muchos siguen en sus trece y ni el vídeo ni ningún otro argumento les harán cambiar de opinión.