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Tener coche eléctrico en Madrid, ¿un chollo?

  • Cerca de la mitad de los coches eléctricos vendidos en España se han matriculado en Madrid
  • El aumento de las autonomías está haciendo estos vehículos más interesantes
  • Son ideales para familias de clase media/alta con capacidad para recargar en casa

10 min. lectura

Publicado: 11/02/2017 20:00

Las ventas de coches eléctricos siguen creciendo en España, especialmente en términos relativos, ya que aún representan un volumen minoritario frente a las motorizaciones convencionales. Sin duda su sobreprecio son un motivo que echa hacia atrás a los que necesitan un coche para todo, pero la autonomía está siendo cada vez menos un problema.

Varias novedades aparecidas recientemente tienen 30 kWh o más de capacidad de baterías: Opel Ampera-e (próximamente), Renault ZOE z.e. 40, BMW i3 94Ah, Nissan Leaf, Volkswagen e-Golf, etc. En lenguaje llano, las autonomías reales de 200 kilómetros o más están ya muy cerca, por lo que se puede circular a velocidades de autopista sin preocupaciones, con climatización, y con algún extra para realizar recados.

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Estos vehículos se están matriculando principalmente por empresas y particulares con un nivel adquisitivo medio/alto. Encontraremos pocos casos en los que un particular justito de ingresos se compre un coche eléctrico. A pesar de que moverlos y mantenerlo es más barato, la inversión inicial está lejos del alcance del español medio a día de hoy. Hay modelos accesibles, sí, pero hay que pagar aparte una cuota mensual por las baterías (ya que sigue siendo del fabricante).

Esta infografía era válida a mediados del año pasado. Ya ha quedado obsoleta, varios modelos han aumentado sus autonomías homologadas (y reales)

Pero tal y como se están poniendo las cosas en la Comunidad de Madrid y la capital, tener un eléctrico puede resolver importantes papeletas en movilidad, ya que ahora mismo tienen un estatus privilegiado. En el carril Bus VAO de la A-6 pueden circular aunque no haya dos o más ocupantes, ya que son vehículos de cero emisiones locales.

Cuando se limita la circulación por episodios de alta contaminación en la capital, los eléctricos no tienen problema, da igual que su matrícula sea par o impar. Este beneficio también lo tienen los híbridos y los convertidos a gas, además de las excepciones como vehículos de servicio público, de mudanza (servicio ya concertado), etc. Para mucha gente de cuenta corriente holgada esta es una importante ventaja.

Por otro lado, los eléctricos tienen el aparcamiento en superficie gratuito en zona azul o verde, aunque el interesado tiene que hacer algo de papeleo para que su vehículo sea reconocido como tal por el Ayuntamiento de Madrid. No basta con el distintivo "0 emisiones" al que tienen derecho. Dependiendo de dónde se registre, pagará un IVTM muy reducido o puede llegar a estar exento.

Con la progresiva implantación de redes públicas de recarga rápida, los viajes serán una realidad, eso sí, haciendo alguna que otra pausa en el camino

Los puntos de recarga públicos ahora mismo se encuentran en un estado lamentable de mantenimiento y disponibilidad, en parte por la crisis, en parte por problemas burocráticos entre la Administración y los gestores de carga, y por el vandalismo. Resulta muy atractivo para algunos tanto cobre concentrado. A día de hoy no diría que esto es una ventaja.

No obstante, con el tiempo esto irá mejorando, y se podrá estacionar y recargar a la vez en determinadas plazas reservadas, durante un tiempo determinado para que pueda haber rotación para más usuarios. La recarga puede ser gratuita durante una temporada, pero hay que hacerse a la idea de que no será así siempre, y que recargar en casa saldrá más barato en cualquier caso.

Los cargadores domésticos son lentos, con 16 amperios y corriente monofásica hablamos de 3,68 kilovatios cada hora, y hay que considerar inevitables pérdidas en el proceso. Una noche completa no da para cargar las baterías de un coche último modelo si se encontraba en "reserva", pero desde luego se consigue autonomía para funcionar al día siguiente. Los que puedan cargar en destino, no muchos, son en cierto modo unos privilegiados. Se puede poner como ejemplo a empleados de Endesa con puntos de recarga y plazas propias.

Los peatones tendrán que prestar más atención al tráfico, ya que la presencia de un coche eléctrico no implica ruido, aunque se hacen notar algunos modelos con un tenue sonido

Tener un coche eléctrico para todo es posible, si hablamos de gente que tiene una vida muy previsible y rutinaria, como es el caso de funcionarios. Las necesidades "extra" de movilidad se pueden suplir con otros medios, como coches convencionales de alquiler. Cada caso conviene estudiarlo por separado. Hay que recordar que por debajo de 5.000 kilómetros al año no tiene sentido tener un coche en propiedad a efectos económicos.

Hay que decir que la progresiva llegada de más y más modelos eléctricos está presionando los precios a la baja. Por las existencias de litio no hay que preocuparse, hay suficiente para todos los vehículos que van a salir en una buena temporada, y se están investigando baterías con otros materiales, con más autonomía, menos peso, menos volumen y precio aún más bajo. Las cosas se van poniendo cada vez más feas para gasolina y diésel, especialmente estos últimos.

¿Y para quien no tiene plaza de garaje? Es posible instalar un punto de carga en un aparcamiento colectivo, asumiendo todo el coste e informando a la comunidad. No tardaremos en ver anuncios de plazas de aparcamiento de alquiler con la ventaja añadida de tener un enchufe para eléctricos. Lo mismo podemos decir para la compra. En los aparcamientos privados empiezan a verse puntos de recarga, tanto con el coste desglosado, como de tarificación aparte.

Recientemente vimos que también habrá carriles de circulación preferente en la A-2 y A-5, previsiblemente habrá ventajas también para propietarios de vehículos de cero emisiones, por lo que los habitantes de esos corredores tendrán más motivos para pasarse al eléctrico. Hablando de los motivos, Nissan está haciendo una oferta muy agresiva con el Leaf, probar el coche durante tres meses días con posibilidad de devolverlo, disponibilidad de 14 días al año de un modelo convencional para vacaciones, y 1.000 euros de subvención para el cargador doméstico.

Es un buen ejemplo, porque Nissan y otros fabricantes saben que contra el coche eléctrico hay muchas recitencias que pueden desaparecer si el cliente prueba el coche y comprueba que se amolda a su estilo de vida. Total, los demás nos hemos acostumbrado a la incomodidad de repostar combustible siempre fuera de casa, a que pagamos casi un 50% de impuestos por litro, que nos estamos cargando la atmósfera, las ciudades se están inundando de aire cancerígeno, etc.

Las ciudades modernas no podrán vivir sin el coche eléctrico. Van a reducir la contaminación, el ruido e incluso problemas inherentes del sistema eléctrico. La energía que "sobre" de los coches eléctricos se puede inyectar a la red en momentos de gran demanda, y acumular los excedentes de las renovables, cuando la energía es más barata. La historia nos recuerda que hubo una vez en que los vehículos de combustión fueron minoritarios, y los eléctricos eran los más numerosos. Eso puede volver a suceder.

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