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¿Es buen momento para comprar un coche eléctrico en EEUU?

Datos de la consultora J.D. Power avisan de que hay factores que pueden espantar a los consumidores, creando una incertidumbre que ralentice la transición de los gasolina a los eléctricos. En poco tiempo ha aumentado el escepticismo tras meses muy estable.

¿Es buen momento para comprar un coche eléctrico en EEUU?
2023 Chevrolet Bolt EUV - Chevrolet US

5 min. lectura

Publicado: 28/04/2023 21:15

Aparentemente, las ventas de coches eléctricos van solamente hacia arriba y van conquistando cuota de mercado un mes tras otro. Aunque a medio y largo plazo eso va a ser así, hay que afrontar que puede haber algún freno puntual, y cabe preguntarse por qué sucede. Por ejemplo, fijémonos en el caso de EEUU.

La gama de coches eléctricos que puede elegir el consumidor está creciendo hasta 50 modelos 2023/2024, desde el pequeño Chevrolet Bolt EV/EUV (aunque se despedirá a finales de año) hasta las opciones más exclusivas de Mercedes-Benz, Lucid, etc. Unos cuantos están incluso subvencionados con hasta 7.500 dólares de créditos federales.

Sin embargo, pese a la creciente oferta, puede que la demanda se esté enfriando en el sector mayoritario de población, el que no tiene todavía un coche eléctrico y tiene que hacer la transición. Y hay que echar un vistazo a las últimas cifras publicadas por la consultora J.D. Power en su E-Vision Intelligence Report.

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Partiendo de una población muestral de unas 2.000 personas, de las cuales el 97% no tienen coches eléctricos, el porcentaje de encuestados que valoraría la compra de un enchufable ha aumentado en el lado de los escépticos. A lo largo del último semestre de 2022, los del «muy poco probable» se movían en la horquilla del 17,7% al 18,9%.

Pero en el último trimestre, el primero de 2023, su escepticismo ha aumentado, pasando del 17,8% de enero al 18,9% en febrero, y al 21% en marzo. Es un repunte significativo. Por otro lado, los del «muy probable», de media, han bajado desde casi el 30% a casi el 27%. Aunque no hay que hacer una montaña de esto, hay que analizar esa diferencia.

¿Qué factores pueden echar hacia atrás a los consumidores de coches eléctricos? Por un lado, los aumentos de precios que han ido observándose de forma generalizada, aunque Tesla haya recogido cable en los últimos meses y haya rebajado precios (porque podía). Por otro, las dudas sobre la infraestructura de recarga, que la gasolina ha vuelto a bajar, y que financiar es más caro.

De acuerdo a la misma consultora, los coches eléctricos supusieron el 7,3% del mercado en marzo (frente al 5,5% de marzo de 2022), pero en febrero fue más, el 8,5%. No hay que olvidar que Tesla, principal responsable de esas cifras, no entrega sus coches de forma estable, sino a trompicones trimestrales, así que ahí tendríamos parte de la respuesta.

Pero sí, adquirir coches cada vez más caros en un contexto de dificultades para financiar, ya que la FED ha estado elevando tipos para contener la inflación, tiene sus consecuencias. Ya os contamos que el crédito fácil a raíz de la pandemia también tuvo efectos adversos como reposesión de vehículos que se han dejado de pagar.

Las redes de recarga se están impulsando por iniciativas públicas y privadas, incluso desde el Gobierno Federal, pero presentan problemas de inmadurez. La misma consultora dijo que en 2022 uno de cada cinco intentos de recargar en redes abiertas al público fracasaron. Una mala experiencia puede contribuir no solo a espantar nuevos clientes, sino a que alguno se arrepienta y vuelva a la combustión.

Aunque estas microtendencias no vayan a suponer un problema para la transición, insistimos en que deben ser consideradas, porque es preferible que el mercado transicione convencido y voluntariamente, no que sea mediante imposición y que los fabricantes dejen de ofrecer coches con demanda.

Por ejemplo, es un poco lioso el nuevo sistema de subvenciones a raíz de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que solo se aplica a coches con un contenido creciente de producción norteamericana y deja fuera a los que se fabricaron en el extranjero. Es una medida proteccionista que espera fomentar el buy american, en detrimento de las importaciones.

Habrá que seguir pendiente de los informes de J.D. Power y demás consultoras que ofrezcan una foto nítida de las intenciones del consumidor. Si hay incertidumbre, habrá que aplacarla. Deben tomar buena nota los fabricantes, operadores de redes de recarga, concesionarios... en definitiva, la industria debe estar al loro.

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