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Coches RarunosHeinkel Kabine, el Isetta mejorado que no quería BMW

El Isetta es el microcoche más popular de la historia y el Heinkel Kabine se inspiró en él para ofrecer una alternativa más económica, ligera y eficiente pero con el mismo encanto. Se comercializaron miles de unidades en todo el mundo.

Heinkel Kabine, el Isetta mejorado que no quería BMW

8 min. lectura

Publicado: 17/10/2015 09:00

Fabricado inicialmente por Iso Rivolta, el Isetta se expuso en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1954 y llamó la atención de BMW. La gran firma bávara compró la licencia y el diamante en bruto que era el Iso Isetta se transformó en el microcoche más popular del mundo como BMW Isetta.

Desde luego, el Isetta no pasó desapercibido en Ginebra. En aquel mismo Salón el encantador coche burbuja también atrajo la mirada de Ernst Heinkel y su ojo experto vio un gran potencial en aquel pequeño automóvil con forma de huevo. Inmediatamente pensó en que él podía ofrecer un concepto aún mejor.

El pequeño motor se alojaba en la parte trasera

Heinkel tenía una amplia experiencia en el campo de la aviación y a través de su compañía Heinkel Flugzeugwerke se dedicó a la construcción de aviones militares durante la Segunda Guerra Mundial. Sus innovadores aeroplanos eran bien valorados y, entre otros logros, suyo es el primer avión a reacción de la historia.

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Tras el conflicto bélico se prohibió a la empresa alemana la fabricación de aviones y tuvo que reorientar su negocio. Desde entonces comenzó a desarrollar motores para otras compañías automovilísticas y a fabricar motocicletas con un éxito creciente. En los años 50 su moto Heinkel Tourist tenía una gran demanda comercial.

A pesar de la columna de dirección fija el acceso al habitáculo era sencillo

Adentrarse en la fabricación de microcoches tenía mucho interés debido a la gran demanda que había por este tipo de vehículos en toda Europa y especialmente en Alemania. Pero el Heinkel Kabine, el primer automóvil de la marca, no iba a ser una simple copia del Isetta: tenía que ser superior.

Eternos conflictos con BMW

En 1956 se presentó el Heinkel Kabine con tres ruedas y un aerodinámico diseño de tipo burbuja que lucía una puerta frontal, enormes superficies acristaladas y una extensión de la cabina en la que se alojaba el motor. Su imagen pintoresca parecía un híbrido entre dos de los microcoches más famosos al lucir la parte delantera del BMW Isetta y la trasera del Messerschmitt KR200. De hecho, el parecido del Kabine con el Isetta causó una serie de litigios entre Heinkel y BMW.

Al habitáculo se accedía por la gran puerta delantera que se abría frontalmente ante el conductor y el acompañante. En el Isetta la puerta también integraba el volante, donde pivotaba la columna de dirección, pero era una patente que el Kabine no podía utilizar y recurrió a una dirección anclada al suelo tradicional. Ernst Heinkel no quería más líos con BMW.

El Kabine contaba con marcha atrás a pesar de que la mayoría de los microcoches carecía de ella

Se recurrió al motor de un único cilindro procedente de la motocicleta Tourist. Aunque esta mecánica era más pequeña que la del diminuto BMW las prestaciones serían similares. A diferencia de su rival y fuente de inspiración, el Kabine recurrió a una liviana estructura monocasco. De esta manera el peso en vacío rondó los 250 kg, 100 kg menos que el Isetta.

La carrocería apenas tenía 2,6 metros de longitud y daba cabida en su interior a dos personas. Bajo el asiento se ocultaba una rueda de repuesto. El techo solar era de lona por motivos estéticos y también prácticos: en caso de choque frontal la puerta podría verse inutilizada y en ese caso el techo servía para salir del vehículo.

Con tres y cuatro ruedas

Se comercializaron tres versiones del coche, con tres motores diferentes que impulsaban el eje trasero aunque todos ellos de un cilindro. El Modelo 150 (1956-57) con 174 cc y 9 CV, el Modelo 153 (1956) con 204 cc y 10 CV y el Modelo 154 (1957-58) con 197 cc y 10 CV. Las modestas mecánicas resultaban suficientes para alcanzar los 90 km/h y el consumo rondaba los 4 l/100 km. El depósito de combustible de 13 litros permitía una autonomía de más de 300 km.

Las diminutas ruedas traseras del Kabine 154 estaban muy juntas

Otro detalle significativo es que el Modelo 154 tenía cuatro ruedas mientras que los 150 y 153 sólo contaban con tres. El diseño no se veía muy afectado por esta circunstancia ya que las dos ruedas del eje trasero del Heinkel Kabine 154 estaban muy juntas entre sí, pero permitían ofrecer una mayor estabilidad.

La transmisión se confiaba a un cambio manual de cuatro velocidades más la marcha atrás, un detalle importante puesto que muchos microcoches no tenían reversa. La palanca se situaba a la izquierda del conductor, cerca del paso de rueda interior, a diferencia del Isetta que contaba con una larga palanca tradicional que surgía del suelo.

El público respondió muy bien y las ventas fueron viento en popa. El Heinkel Kabine tenía un cierto encanto, el motor de la popular motocicleta Tourist tenía fama de fiable, costaba menos que un Isetta y, gracias a ser un peso pluma, era el coche que menos consumía de su clase. Pero a pesar del éxito las cosas cambiaron radicalmente en 1958.

La vista frontal recordaba al Isetta

En enero de aquel año Ernst Heinkel dejó este mundo y en junio se fabricó el último Kabine. Aún en juicios con BMW por los derechos del Isetta, la compañía decidió volver a sus orígenes aéreos tras ser abolida la prohibición de fabricar aviones. De hecho, tras varias fusiones, la compañía Heinkel forma parte actualmente del gran consorcio aeroespacial EADS.

El final del Heinkel Kabine en 1958 tuvo varias secuelas. La compañía irlandesa Dundalk Engineering compró la licencia y fabricó el automóvil durante aquel año. En 1960 la licencia fue para la británica Trojan Cars, que comercializó el coche como Trojan 200 hasta 1966 con versiones tanto con volante a la izquierda como a la derecha.

El coche burbuja alemán también llegó a Latinoamérica de la mano de la empresa argentina Los Cedros, que lo vendió entre 1960 y 1965 e incluso se atrevió a lanzar variantes pick-up y cabriolet. En total se vendieron unas 27.000 unidades en todo el mundo de las cuales 11.975 fueron realizadas por Heinkel para el mercado alemán y el resto fueron fabricadas bajo licencia.

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