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La guerra comercial con Europa no ayudará al automóvil en Estados Unidos

Donald Trump sigue erre que erre, amenazando con aumentar los aranceles a los automóviles europeos. Lo único que conseguirá, aparte de perjudicar a su propio mercado, es ahondar en la menor competitividad de los tres fabricantes domésticos, FCA, Ford y GM.

6 min. lectura

Publicado: 28/10/2019 21:30

2020 Buick Enclave

Desde que empezó la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos (enero de 2018) el dirigente se ha empeñado en tener una guerra comercial con sus vecinos norteamericanos, los chinos y la Unión Europea. En lo que respecta a nosotros, el autómóvil puede salir perjudicado, y a ambos lados del Atlántico.

El mes que viene EEUU decidirá su aplica nuevos aranceles a productos europeos. Ya lo ha hecho con algunos bienes que salen de España, como productos agrícolas (aceite, quesos, vinos y licores), entre el 10 y el 25%. La Organización Mundial del Comercio (OMC/WTO) autorizó a EEUU a subir aranceles en respuesta a los subsidios de Europa a Airbus, que perjudicó a Boeing.

Entre los productos que Trump quiere gravar están los coches europeos. Dejando al margen la anécdota sobre Renault del otro día, lo cierto es que no es una relación igual, y para entenderlo vamos a ver unos gráficos recientemente publicados por JATO Dynamics en su cuenta de Twitter.

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Empecemos por este. Hace 18 años dos tercios de los vehículos que se vendían en Estados Unidos habían sido producidos localmente. El año pasado habían perdido 10 puntos, aumentando el peso de las importaciones desde la Unión Europea, Corea del Sur y Japón, y los países del NAFTA/TLCAN, es decir, Canadá y Méjico.

Esto significa, a grandes rasgos, que más consumidores se han decantado por productos europeos, principalmente marcas Premium alemanas, además de Alfa Romeo, Jaguar, Volvo o Volkswagen. La industria americana sigue sin recuperarse de su pérdida de liderazgo, con varios cierres de marcas, culminando en el rescate del año 2009 a General Motors y Chrysler.

Mordieron el polvo Plymouth (2001), Oldsmobile (2004), Pontiac (2010), Mercury (2011), Hummer (2010), Saturn (2010)...

Para los tres principales fabricantes de EEUU, que son Fiat Chrysler, Ford y General Motors, no es una buena época. Sus productos son poco competitivos en Europa, y seguirían siéndolo aunque los aranceles bajen del 10% al 2% aquí, los europeos se importan en EEUU con un 2% de aranceles. Es que ni por esas.

Este gráfico es más revelador. Ciñéndonos a turismos (passenger cars), la UE importó 207.000 coche americanos, frente a los 1.345.000 que exportamos allí. Fijaos que el 86% de lo americano que nos llega son SUV, y no precisamente de los pequeños. No tienen el producto que más demandamos aquí: compactos, subcompactos, SUV compactos...

La segunda lectura es que los fabricantes europeos han estado más pendientes de adecuarse a los gustos del mercado americano, e incluso de acostumbrar a ese público a demandar otros estándares. Los coches europeos se suelen diferenciar por su dinamismo y exclusividad. Atrás quedaron los tiempos en que los coches europeos eran baratos y simples (véase el Beetle).

De hecho, uno de los productos estrella de las marcas Premium europeas, los SUV X3/X4 o los Mercedes-Benz GLC y GLE, se fabrican en Estados Unidos, y de ahí se exportan a Europa. En el siguiente gráfico podemos ver el porcentaje de ventas de marcas europeas de producción local y su comparación con el origen europeo.

Aumentar los aranceles a los coches europeos no va a cambiar de golpe los gustos de quienes prefieren esos coches. Lo que tiene que hacer la industria americana es fijarse en qué hace que los europeos aumenten cuota en su país. Y por analogía, que tomen nota de los asiáticos, que están llevándose un cacho de tarta más grande.

Entonces, y solo entonces, serán más competitivos. Los aranceles, como medida proteccionista que son, solo retrasarán el desastre. En Europa hay mucha más competitividad y el producto es bueno por ello. En Norteamérica hubo décadas con un dominio aplastante de los de siempre, pero hasta marcas como Pontiac, del top3, acabaron desapareciendo por no corregir errores.

Tesla es la excepción. Pasó de ser una marca de nicho en EEUU a mediana, siendo tratada con respeto por gigantes como Volkswagen por el tirón de su Model 3

Hay que tomar nota de la guerra comercial con China. Una de las consecuencias ha sido que Tesla ha empezado a fabricar los Model 3 allí para el mercado doméstico, y que se han resentido las importaciones de coches americanos a China por la respuesta de sus dirigentes. Vamos, un éxito rotundo...

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