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IluminaciónLos antiniebla delanteros a debate: ¿Condenados a desaparecer?

Ponemos sobre la mesa la situación actual de las luces antiniebla delanteras. ¿Están condenadas a desaparecer? Siguen ofreciéndose en muchos modelos e incluso a veces equipan tecnología LED. En otra ocasiones y en versiones deportivas o súper deportivas, ya no se ofrecen. ¿Toma el LED del faro principal toda la responsabilidad?

7 min. lectura

Publicado: 06/06/2016 14:00

Por extraño que parezca, los antiniebla delanteros son un tipo de iluminación que podría tener los días contados. Tal vez como los conocemos ahora; redondos, en la zona media o inferior del paragolpes, y obligando a los fabricantes a desarrollar diseños donde este elemento encaje (o no lo haga) de forma armoniosa.

Algunos coches modernos han cambiado los antiniebla por LED DLR

Como ejemplo, podemos exponer el caso de un Mazda MX-5 de tercera y cuarta generación. En el de tercera generación, hubo tres diseños diferentes gracias a los restyling que mantuvieron vivo el modelo durante una década. No es raro ver un Mazda MX-5 de esta generación con el clásico paragolpes delantero en forma de sonrisa y en los laterales, un hueco destinado a alojar los antiniebla. Existen versiones equipadas con la iluminación y otras versiones con un plástico en vez de con la lámpara, que a mi entender no es la mejor solución. En el de cuarta generación, se ha sustituido este elemento por LED DRL (para la iluminación diurna).

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Otra posible causa de su desaparición entra en un plano técnico. En coches deportivos o súper deportivos, es posible que no encontremos iluminación antiniebla. En versiones radicales de algunos compactos, esto ocurre. Un ejemplo es el BMW M135i (y no se pueden equipar ni en opción). Precisamente en el hueco natural del antiniebla no hay absolutamente nada más que rejilla (no pasa en una versión convencional con paquete deportivo).

Los antiniebla del MX-5 ahora son LED DLR en la nueva generación

En un Nissan GT-R, hay luces LED DRL, en el León Cupra no hay nada salvo rejilla, en el Ford Focus RS, sí hay antiniebla, en un Golf R sólo hay rejilla, en un Jaguar F-Type hay unas branquias (siendo sus faros principales bi-xenón) y podríamos estudiar uno a unos los modelos para comprobar que a día de hoy es una iluminación que no parece no ser determinante. Y sobre todo, no hay un criterio común. En el caso de los gigantes, el peso puede influir, o la mayor necesidad de ventilación, o simplemente que el diseño puede quedar comprometido y no hay necesidad para esta iluminación. Pienso que un poco de todos estos motivos influyen.

De hecho, la utilización del antiniebla delantero es opcional y solo se puede bajo circunstancias muy específicas de poca visibilidad como niebla intensa, nevada, polvo o vías que no superen una anchura de 6,50 metros donde venga una sucesión de curvas y éstas estén señalizadas. Se deben usar con las luces de posición y luces de corto y/o largo alcance. También hay muchos coches que equipan luces para curvas que a veces se colocan en la posición de los antiniebla y otras, en el faro principal. En el primer caso, se trata de un sistema independiente a la luz antiniebla que no puede activarse a más de 40 km/h.

Igual que con el Jaguar F-Type, un Porsche 718 prefiere rejilla a antiniebla

Donde, por el momento parece poco frecuente el uso de los antiniebla pero está permitido, es en las motocicletas. Sí que hay ciertas marcas que los equipan de forma opcional y en este caso sí tiene más sentido por la limitada iluminación delantera.

En vías de menos de 6,5 metros y curvas señalizadas se pueden usar los antiniebla delanteros

Pero, ¿por qué podrían desaparecer los antiniebla delanteros en los coches convencionales? En principio, su uso está destinado a maximizar la fuente lumínica y mejorar la visibilidad. Vivimos en una época de transición; el xenón tiene sus días contados frente al moderno y potente LED y LED adaptativo (sin hablar del láser, reservado a un pequeño y afortunado nicho de clientes de BMW i8, Audi R8 o BMW Serie 7 por el momento). Los faros LED son espectacularmente potentes, tanto si se usan a través de un faro con proyector, como en un Peugeot 308 o de un sistema de espejos, como en un Seat León. La calidad puede variar, como en su día lo hacía el halógeno, condenado a coexistir como alternativa de serie en los modelos de entrada de muchos automóviles.

A veces, el antiniebla delantero, formando parte esencial del diseño del automóvil puede equipar una lámpara convencional o de LED como en un MINI de tercera generación (se ofrecen ambos tipos en función del equipamiento). Lo que es cierto es que parece ser un elemento que poco a poco tiende a tener menos importancia, al menos en el plano práctico.

En el caso de MINI, el antiniebla forma parte indiscutible de su diseño frontal

Donde no hay discusión es en la obligatoriedad del antiniebla trasero, que sirve para ser visto y su efectividad es elevada. Y aunque también se le puede sacar partido en el plano estético, sigue siendo, ante condiciones muy adversas, la lámpara importante a usar. Es mejor ser visto que tratar de ver.

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