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Nuevas medidas urgentes para reducir la siniestralidad en 2017

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha presentado una batería de 16 medidas de aplicación urgente para corregir la tendencia ascendente en siniestralidad. Al haber aumentado el número de desplazamientos, la exposición ante siniestros viales se ha incrementado, por lo que se pretende compensar.

8 min. lectura

Publicado: 31/01/2017 20:00

Juan Ignacio Zoido, fotografiado hoy en la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso de los Diputados

Los nuevos altos cargos de los que depende la DGT tras la dimisión de María Seguí y los meses de Gobierno en funciones están trabajando para bajar las cifras de accidentes de tráfico este año. La DGT, dependiente del Ministerio del Interior, llevará a cabo varias actuaciones este año, que desglosamos a continuación:

  • Refuerzo de seguridad en zonas de adelantamiento con mayor siniestralidad: se van a corregir 1.000 kilómetros de zonas de adelantamiento, con una inversión de 800.000 euros. Cambiando la señalización esperan que los conductores adelanten con más seguridad, o que desistan de intentarlo.
  • Cruces inteligentes: 45 cruces van a recibir una señalización inteligente que avisa a los conductores de la presencia de vehículos en otros ramales del mismo, invitándoles a circular con más prudencia y menor velocidad. Esta medida costará 2,4 millones de euros.
  • Avisadores de velocidad: en algunos tramos críticos -como puntos negros- la señalización variable de LED avisará a los conductores que circulen por encima del límite, pero no les sancionará. Se colocarán en 250 puntos, con 1 millón de euros de coste.

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  • Nueva metodología para determinación de puntos negros: la DGT analizará de forma más pormenorizada los criterios por los cuales un tramo se considera un punto negro, de cara a tener un censo más realista de zonas delicadas de la red de carreteras. Por ejemplo, se considerará más de un año entre accidentes graves.
  • Nueva instrucción de vigilancia a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) y Plan Operativo: los agentes de tráfico estarán más pendientes de las conductas peligrosas, en los momentos en que son más frecuentes, de acuerdo a criterios objetivos. Parece que se cumple una vieja demanda de los conductores, que se fijen más en lo realmente peligroso.
  • Nuevos criterios para la ubicación y gestión de radares: la DGT se asegurará de que los radares están colocados en lugares donde se produzcan más accidentes, para ser más eficaces en su función preventiva, y donde hay muchas sanciones tendrán una señalización más llamativa. Aleluya.
  • Puesta en funcionamiento de las cámaras de control de cinturón: Más de 200 cámaras ya están vigilando el uso del cinturón de seguridad, pero no han estado sancionando. La tecnología ya se considera lista para sancionar a ese grupo de rebeldes que aún no valoran su seguridad con un sistema inventado hace 60 años.

  • Tramos con avisadores de velocidad mostrando matrícula: son avisos de exceso de velocidad "personalizados", en los que el infractor ve su matrícula en un panel para que aminore. No sancionan, pero si se detecta un gran exceso de velocidad, se avisará automáticamente a los agentes de tráfico. Se implantarán en 15 tramos -como este de Sevilla- con un coste de 100.000 euros.
  • Instalación de puntos de control de velocidad y de cinturón de seguridad en tramos de especial peligrosidad: van a instalarse 60 nuevos puntos en los que se controlará velocidad y uso del cinturón, principalmente en carreteras convencionales, y con señalización visible. Esta medida costará 1,5 millones de euros.
  • Refuerzo de la señalización de los tramos INVIVE: 1.200 tramos de carretera convencional en los que sea frecuente alta velocidad y siniestralidad estarán mejor vigilados por radares móviles. Trescientos tramos ya se encuentran señalizados con un fondo naranja, la DGT avisa que en cualquier punto puede haber un control móvil durante X kilómetros.

  • Guía de buenas prácticas en travesías y tramos urbanos: esta medida está destinada a distintas administraciones, como ayuntamientos, con el objetivo de reducir la siniestralidad y la velocidad, pero con criterios comunes.
  • Señalización de nuevas rutas ciclistas seguras: van a señalizarse 49 tramos de carretera en los que sea frecuente la circulación de ciclistas, contando con la federación ciclista de cada provincia. Esta medida supondrá 200.000 euros de inversión.
  • Guías sonoras longitudinales: a lo largo de 3.000 kilómetros de tramos peligrosos se van a colocar bandas sonoras sobre la pintura para alertar a los conductores distraídos de que están abandonando su carril. Esto lo hacen muchos modelos nuevos, pero la gran mayoría del parque no da tales avisos. Esta tecnología es válida para cualquier vehículo. La medida costará 5 millones de euros.

  • Medidas de comunicación sobre distracciones: la DGT hará campañas de concienciación para hacerle llegar a la gente un mensaje simple: los teléfonos móviles son una peligrosa fuente de distracción que está socialmente aceptada, y no debería estarlo.
  • Testimonios reales de víctimas de accidentes de tráfico: se dará visibilidad a víctimas reales de accidentes de tráfico, en vez de recurrir a campañas de agencia con actores profesionales. La medida cuenta con un presupuesto de 150.000 euros.
  • Nuevo Plan Estatal de Educación Vial: la DGT colaborará con distintos sectores sociales para dar lugar a políticas de seguridad vial más eficaces, tratando de aumentar la colaboración entre instituciones públicas y privadas. En otras palabras, se persigue un pacto de Estado en materia de seguridad vial.

La inversión total alcanza 11,7 millones de euros

Como podemos ver, estas medidas son ciertamente distintas de las de la era Seguí, muy concentrada en la persecución de la velocidad y en estigmatizar los coches de más de 10 años. Parece que los nuevos responsables de la entidad van a centrarse más en causas objetivas, y no tanto en el rendimiento recaudatorio de dichas medidas. Las medidas que se demuestren ineficaces serán rechazadas más adelante, y las que sirvan para reducir la siniestralidad se irán extendiendo a otros tramos.

Por cierto, aunque la DGT no tiene competencias en mantenimiento de carreteras, esta vez se ha conseguido una mayor colaboración de comunidades autónomas, provincias y corporaciones locales, que son los auténticos responsables de mantener unas vías seguras para todos. Por otra parte, la inversión anunciada en total supone muy poco dinero comparado con el coste meramente económico de los accidentes de tráfico. Parece un dinero bien gastado.

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