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MotoGP 2023 ValenciaBagnaia, victoria y tricampeonato

El Circuit de la Comunitat Valenciana Ricardo Tormo de Cheste cerró este domingo la temporada 2023 de MotoGP, decidiendo en su asfalto por séptima vez en quién sería el campeón del mundo de la categoría reina, si Pecco Bagnaia o Jorge Martín.

Bagnaia, victoria y tricampeonato
Bagnaia celebra el campeonato del mundo - Motor.es

15 min. lectura

Publicado: 26/11/2023 21:30

La primera vez fue en 2006, nada menos que el día en el que Valentino Rossi llegaba con 8 puntos de ventaja sobre Nicky Hayden. El italiano parecía tener el mundial al alcance, pero una caída en la curva de Doohan le hizo acabar en decimotercer lugar, lo que unido al tercer puesto de Haydn, provocó que el estadounidense se proclamase campeón del mundo por única vez en su carrera. Ese día, por cierto, las Ducati de Troy Bayliss y Loris Capirossi hicieron doblete.

Obviamente la historia de nada sirve en un deporte que se mide por décimas de segundo, pero es inevitable la mirada al pasado. Valencia celebraba su 25º Gran Premio, y lo hacía bajo un sol otoñal muy cálido, completamente diferente a la lluvia torrencial del 1999 que cayó en el debut del trazado valenciano. La constante, sin embargo, es la pasión con la que la afición, tanto nacional como extranjera, responde a una carrera que, gracias a su disposición de estadio, hace que literalmente todo vibre con su rugido. Y más, como este año, cuando todas las entradas estaban vendidas.

Jorge Martín lo dio todo por intentar ser campeón
Jorge Martín lo dio todo por intentar ser campeón

Toda la atención y el foco estaba puesto en la lucha entre Bagnaia y Martín, pero también había que rendir homenaje al último de la saga de campeones valencianos de motociclismo, que empezó precisamente con Ricardo Tormo allá por el 1978 en la categoría de 50 centímetros cúbicos. Ahora le sucedía Jaume Masiá, nacido en Algemesí hace 23 años, que logró el título de Moto3 en el pasado GP de Catar y que a las 14:20 horas recibía de manos del presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, una placa conmemorativa de la curva que desde ahora llevará su nombre, la número 11 del trazado levantino.

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El triunfo de Ayumi Sasaki en Moto3

Precisamente el domingo comenzó con la carrera de Moto3, que arrancaba a las 12 en punto. La pole la había conseguido el sábado el holandés Collin Veijer, lo que provocó la clásica humareda naranja de la afición neerlandesa. Los españoles no tuvieron un buen día, con Ortolá, Rueda y Masiá en sexta, séptima y octava posición respectivamente. Sin embargo, la parte holandesa de la grada enmudeció cuando en la vuelta de salida de boxes, el holandés tuvo una fuerte caída en la segunda curva. Por suerte llegó a boxes y pudo tomar la salida.

En ese momento, fue el japonés Ayumu Sasaki el que tomó el liderato al superar a su compañero de equipo Collin Veijer. En unas carreras tan compactas como las de la categoría pequeña, enseguida hubo caídas, como las de Diogo Moreira y Vicente Pérez por un incidente originado por Xavier Artigas. En todo caso, al inicio se formó un nutrido grupo de nueve pilotos en el que poco a poco se fue haciendo la criba de ritmo. Por desgracia, uno de los que cayó en el ritmo fue el actual campeón del mundo, Jaume Masiá, que acabaría la carrera decimotercero.

Sasaki logró el triunfo en Moto3
Sasaki logró el triunfo en Moto3

En los compases finales es cuando comenzó a decidirse la victoria, que estaba claro que sería entre Sasaki, el español Ivan Ortolá, el colombiano David Alonso, Veijer y el turco Deniz Öncü. Al final, el japonés Sasaki, que luchó por el título durante toda la temporada, logró por fin su primera victoria del año y la última en Moto3 –el año que viene da el salto a Moto2-, defendiéndose de David Alonso, que llegó a sólo 82 milésimas, y de Ivan Ortolá, con Veijer y Öncü tras ellos en una lucha de tan sólo cuatro décimas.

El dominio de Fermín Aldeguer en Moto2

A las 13:15, Moto2 tomó el protagonismo. En esta ocasión, los pilotos españoles copaban la primera línea de la parrilla, con el valenciano Arón Canet en una magnífica pole –era delicioso verlo derrapar en el curvón en bajada hacia la curva Adrián Campos- seguido de Fermín Aldeguer y Marcos Ramírez, mientras que el ya campeón del mundo, Pedro Acosta, partía en sexta posición, pero con toda la intención de cerrar su magnífico año con una victoria para dirigirse hacia MotoGP con el sabor del triunfo.

Era Fermín Aldeguer el que tomaba el liderato, pero la primera vuelta quedaba marcada por el accidente en la curva 4 –siempre delicada en Cheste-, con Izan Guevara, Sergio García Dols y Celestino Vietti como protagonista, lo que provocó de inicio un corte en el grupo, viéndose precisamente afectado Pedro Acosta. Pero por delante, tanto Aldeguer como Canet se despegaban del resto, haciendo que la carrera pareciese cosa de dos. Pero era un espejismo.

Aldeguer, seguido de Canet, dominó en Moto2
Aldeguer, seguido de Canet, dominó en Moto2

Aldeguer marcó un ritmo inapelable y se despegó hasta los cuatro segundos en meta con Canet, celebrando su cuarta victoria consecutiva con un espectacular caballito en meta. Sin duda Aldeguer se ha mostrado como una fuerza imbatible en este final de año. El último escalón del podio estuvo muy luchado, pero finalmente fue Alonso López el que batió a Marcos Ramírez por apenas 21 milésimas para completar un podio totalmente español. Pedro Acosta tuvo una carrera gris en su despedida de Moto 2 y sólo pudo acabar décimo, pero aun así lo celebró con sus seguidores en la curva 6 del trazado.

Francesco Bagnaia, Campeón del Mundo de MotoGP de 2023

A las 15 horas llegó el momento. Toda una temporada se decidía en 27 vueltas a los 4.005 metros y catorce curvas recién asfaltadas de Cheste. Como rezaba el lema de la propia MotoGP, era todo o nada. Las posiciones de salida variaron, puesto que el autor de la pole, Maverick Viñales, fue penalizado con tres posiciones por no respetar una bandera negra y naranja en el warm-up de la mañana, lo que daba a Bagnaia el primer lugar, con Zarco a su lado y con Martín, en todo caso, en la sexta posición, en la parte interior del trazado. La presión iba a bordo de cada uno, los juegos psicológicos ya no tenían cabida, y las decisiones correctas o erróneas quedaban fuera. Esta vez tanto Bagnaia como Martín eligieron el mismo compuesto: duro delante y medio detrás. Igualdad de armas.

Y desde el inicio la emoción se puso por todo lo alto, puesto que mientras Francesco Bagnaia mantenía el liderato, Jorge Martín, fiel a su promesa de atacar, pasó a las KTM de Brad Binder y Jack Miller en las dos primeras curvas. El español estaba dispuesto a poner toda la presión sobre Bagnaia, mientras que Marco Bezzecchi quedaba fuera de carrera tras un incidente con Marc Márquez en la tercera curva, cuando se tocaron en una maniobra muy ajustada. El italiano, tras la carrera, estallaría llamando a Márquez «el piloto más sucio de la parrilla», además de criticar que no le penalizaran.

Inicio de carrera, con Martín presionando a Bagnaia
Inicio de carrera, con Martín presionando a Bagnaia

Por delante, Martín era una sombra de Bagnaia. Y al inicio de la tercera vuelta, era literalmente una extensión al rebufo del campeón del mundo. Pero al llegar a la primera curva, tratando de adelantarle, se pasó de frenada, se fue al exterior y, aunque evitó la caída, cayó al octavo puesto. Eso ponía el mundial prácticamente en bandeja de Bagnaia. Sin embargo, Martín siguió fiel a su estilo y a su promesa de ataque. Por desgracia, eso acabó siendo su perdición cuando en la quinta vuelta, atacando a Marc Márquez en la curva cuatro, tocaba al piloto de Honda, que salía despedido por los aires, mientras Martín se iba recto y acababa cayendo en la puzolana, abandonando. Francesco Bagnaia ya era bicampeón del mundo de MotoGP. Fue también una triste despedida de Márquez del equipo Honda tras tantos éxitos.

Como liberado de la presión, Bagnaia se vio superado por las dos KTM de Binder y Miller, en lo que podría ser un fantástico doblete para la firma austríaca. Pero Binder cometería un error en la recién estrenada curva Masiá y cayó a sexto lugar. Un poco desesperado por remontar, acabaría recibiendo una penalización por volver a pista sacando de la trazada a Álex Márquez. Se sucederían otras caídas, como la de Enea Bastianini, con la moto totalmente destrozada.

La carrera estaba estabilizada con Jack Miller en cabeza, Bagnaia en segundo lugar aunque cerca, y Zarco en tercer lugar. Pero no acabaron las sorpresas de la carrera. A falta de nueve vueltas, Jack Miller se caía en la delicada curva 10 –frenada en apoyo-, y dejaba a Bagnaia líder. El italiano controlaba la situación, pero otro italiano llegaba con mucha velocidad por detrás: Fabio Di Giannantonio, en un final de año magnífico, se metía en la lucha no ya por el podio, sino por la victoria. Pasaba a Zarco en la curva 4 en la penúltima vuelta, y se lanzaba a por Bagnaia.

Marc Márquez se despidió de Honda con caída
Marc Márquez se despidió de Honda con caída

Pero iba a resultar imposible. Francesco Bagnaia sellaba su segundo título consecutivo de MotoGP a lo grande, con una victoria por apenas dos décimas sobre Di Giannantonio y tres sobre Zarco. Explotaba así la curva Doohan lugar donde estaba el club de fans del italiano, que celebraba con ellos la victoria y su tercer mundial –se suma el de Moto2 en 2018- con gran entusiasmo, marcándose un triple en el escenario de celebración montado al efecto, con la presencia de Valentino Rossi. Tras la carrera, Di Giannantonio recibía una penalización por las presiones de los neumáticos, y caía al cuarto lugar, lo que daba el tercer lugar a Brad Binder.

Martín manifestaba que «seguramente debería haber tenido más paciencia. El choque ha sido una confluencia de cosas, ni es su culpa [Márquez] ni la mía. La verdad es que el título quizás lo perdimos en Indonesia y Australia. Lo cierto es que tenía un exceso de confianza porque me veía muy fuerte y creía que podía hacer todo. Me quedo con que hoy no he sido campeón, pero se que puedo serlo».

Por su parte, Bagnaia estaba lógicamente pletórico: «siento que mi nivel máximo de felicidad nunca ha sido tan alto en mi vida. Estoy muy feliz también porque además he ganado la carrera, aunque era innecesario, pero ganar el título con una victoria es importante. No fue un día fácil con tanta presión, pero estoy feliz. Ha sido un año difícil sobre todo después del accidente de Barcelona, tras lo cual empecé a sufrir. Me costaba llevar la moto, tenía dolor, y me faltaba velocidad en clasificación y en las Sprint. Pero estoy muy orgulloso de mi equipo, han hecho un gran trabajo y me han apoyado en todas las situaciones. Es difícil expresar lo feliz que soy».

Fueron 93.044 personas el domingo, y 195.899 durante todo el fin de semana, los que presenciaron el espectáculo final del motociclismo en Cheste. Los balances hay que hacerlos precisamente al final, cuando todo se ajusta y equilibra. Y nadie puede dudar que el campeonato del mundo logrado por Francesco Bagnaia ha sido no sólo merecido, sino luchado con un gran rival, lo que le da más mérito y nos ofrece una gran esperanza para la temporada que viene.

Fotos: Motor.es

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