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¡Puntos de recarga para todos!, pero ¿a qué precio?

En menos de un lustro, tener un coche eléctrico será mucho más fácil en todos los sentidos, incluyendo dos de las cuestiones más espinosas: ¿dónde recargar? ¿y la autonomía? Paralelamente a eso, los precios de los coches se irán abaratando por su masificación hasta ser equivalente a los térmicos.

7 min. lectura

Publicado: 21/11/2018 21:00

La transición a la electromovilidad parece ya imparable. No solo están apostando por ella algunos fabricantes -hasta el momento lidera por goleada Renault Nissan Mitsubishi-, también las grandes empresas eléctricas, a la vista del negocio que se avecina. De vez en cuando, los vehículos eléctricos tendrán que recargar en ruta o fuera de los lugares habituales.

Iberdrola hizo un anuncio muy importante en septiembre: colocar un punto de recarga rápida -al menos 22 kW- en un radio de 100 kilómetros de cualquier español. Las estaciones se ubicarán en las principales autovías, autopistas y corredores, permitiendo más facilidad para viajar a la mayoría de modelos en circulación.

Ese anuncio se quedó hecho trizas cuando Endesa hizo el suyo: 100.000 puntos de recarga para 2023. En una primera fase serán "solo" 2.000 estaciones de recarga rápida públicas, dando servicio al 75% de la población. Otros 6.500 puntos de recarga público se instalarán a partir de 2021, y otras decenas de miles privados (aparcamientos, empresas, urbanizaciones...) Los habrá rápidos y ultrarápidos, hasta 150 kW.

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Nos iremos acostumbrando a esta imagen a lo largo de la geografía española, y a que el uso de los cargadores no sea siempre gratuito

Iberdrola y Endesa son dos titanes del sistema energético español, entendemos que tienen recursos financieros de sobra para afrontar semejante inversión, la cual a buen seguro acabarán amortizando. Tener un punto de recarga a menos de 100 kilómetros ya cambia mucho el panorama a la hora de hacer grandes distancias.

Pero también se van a unir las gasolineras de toda la vida, pero no de grado, sino por fuerza. Si se aprueba la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, tal y como se ha planteado en fase de borrador, las principales gasolineras van a tener que poner puntos de recarga o afrontar multas inasumibles.

Las que más combustible vendan -1.200- y con una gran cuota de mercado tendrán 27 meses para tener puntos de carga funcionando

¿Negocio asegurado? Depende para quién. Según el Observatorio "Energía e Innovación" de la Real Academia de Ingeniería en colaboración con Endesa, las cuentas no serán despreciables y tendrán un impacto notable en el bolsillo del usuario. Para empezar, dicen que hay que subvencionar la inversión en un 70%, unos 30.000 euros de media por cada cargador. Si no, pasaría lo siguiente...

Plan de Movilidad Sostenible de Iberdrola, que contempla la instalación de 25.000 puntos de carga públicos y privados

A la inversión inicial hay que sumar los costes, 4.500 euros anuales, de los cuales 2.800 euros corresponderían al consumo de electricidad (7.000 kWh). Para poder obtener una rentabilidad del 6,5%, hay que repercutir el kilovatio hora (kWh) a 1,21 euros para un punto de carga rápida de 22 kW. ¿Y en castellano?

Según esta fuente, a una media de consumo de casi 20 kWh/100 km -realista en condiciones de "alta" velocidad- el usuario soportaría un coste de 24 euros cada 100 kilómetros, que es lo que se bebe un V8 de gasolina de los gordos. Eso implica un coste 20 veces superior al de cargar en casita con poca potencia.

Siempre va a ser más económico cargar en casa o el trabajo, eso no tiene discusión. La comodidad de recargar en otro sitio tendrá un coste

Ahora mismo, la empresa IBIL -semipública- está tarificando el kWh a menos de la mitad, 0,44 €/kWh, por lo que una recarga rápida sale a 5 euros. Con el mismo consumo de antes, 8,72 euros cada 100 kilómetros. Eso ya es otra cosa, es competitivo con gasolina y gasóleo. No tiene sentido que viajar en un coche eléctrico tenga el mismo coste que ir con una barca V8. Para llegar a los precios de IBIL habría que realizar la mencionada subvención.

Tal vez las gasolineras tendrán que ofrecer precios más competitivos, o los usuarios tratarán de evitar sus servicios, lo mismo que se evitan sus "supermercados" si se quiere llegar a fin de mes. O eso, o el Gobierno tendrá que eximir a esos cargadores del término fijo de potencia, lo que se paga en la factura aunque el consumo sea cero, o subvencionarlos (con dinero público, de todos).

De los 220.000 puntos de carga que necesita el país en 2030, Endesa habrá puesto casi la mitad en 2023

Ahora mismo demandantes de electricidad hay pocos, unos 10.000 vehículos -excluyendo híbridos enchufables-, pero si las matriculaciones siguen subiendo, en cinco años ya hablaremos de un parque más decente. Viajar con coches eléctricos ya es posible hoy, pero requiere planificación y paciencia, incluso con los Tesla, que ya está desplegando su propia red propietaria.

Está claro, den facilidades a los conductores electromovilizados y serán más. Por el impacto ecológico no deberíamos preocuparnos, los puntos de carga de Iberdrola, Endesa, y de imperativo legal serán de origen "100% renovable", por lo que no afectará ni a las emisiones de CO2. Los negacionistas de lo eléctrico tendrán que renovar su argumentario la próxima década.

Fuente: Real Academia de Ingeniería

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