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Tesla y sus cosas: obligan a pagar a sus clientes por fallos en los componentes de fábrica de sus coches

Una investigación desvela que Tesla podría haber estado jugando un sucio juego con miles de sus clientes. Tras detectar fallos evidentes en sus coches han obligado a sus propietarios a correr con los gastos de reparación.

Tesla y sus cosas: obligan a pagar a sus clientes por fallos en los componentes de fábrica de sus coches
Los fallos habituales en componentes obligan a pensar que Tesla sabía del mal comportamiento.

6 min. lectura

Publicado: 24/12/2023 14:00

Parece que no hay semana en la que no hablemos de Tesla y algunos de sus defectos o problemas de seguridad. La compañía de Elon Musk ha reescrito las reglas del juego. La industria ha cambiado por completo con la llegada del coche eléctrico y ese cambio siempre será reconocido a los americanos. Sin embargo, por todo el mundo se suceden múltiples y repetidos fallos que flaco favor hacen a la compañía. Una intensa investigación detecta que Tesla podría estar obligando a sus clientes a correr con los gastos de reparaciones causadas por fallos en los componentes de fábrica.

Una marca de coches tarda entre dos y tres años en desarrollar y probar un coche nuevo. Un proceso que pocas veces puede acortarse por cuestiones de seguridad y ética. El objetivo es ofrecer al cliente el mejor coche posible en determinado rango de precio. Si sigues nuestra sección de fotos espía podrás comprobar como cada coche nuevo es puesto a prueba en diferentes entornos, desde los circuitos más exigentes del mundo a las condiciones más climáticas a las que van a enfrentarse. Los ingenieros recopilan la información y tratan de corregir los fallos detectados.

Tesla ha realizado cientos de llamadas a revisión. La mayoría de ellas de forma remota.

Tesla ahorra en las fases de prueba y también a la hora de correr con los gastos de mantenimiento

Tesla opera de forma muy diferente. Los americanos quieren reducir al máximo el tiempo de desarrollo de un coche, al menos así lo han hecho hasta ahora. Son los propios clientes los que realizan ese trabajo en su día a día. Ya es bien sabido por toda la industria que los coches de la marca americana son bastante propensos a mostrar defectos de fábrica. En más de una ocasión los estudios han demostrado que la fiabilidad no es el mejor argumento para comprarse un Tesla. Sus conductores también son los más propensos a tener accidentes. Lo que no sabíamos hasta ahora es la fea política empresarial a la hora de detectar esos fallos.

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Tal y como delata la investigación realizada por Reuters, Tesla ha estado obligando a miles de sus clientes a pagar reparaciones que deberían haber corrido a cargo de la empresa. En el informe se relatan diversos casos que en ocasiones han dado la vuelta al mundo. Uno de los más conocidos es el de un propietario de un Model Y nuevo que con apenas unos centenares de kilómetros rompió la suspensión delantera de su coche tras ir circulando tranquilamente por su barrio. Tesla le obligó a pagar una factura superior a los 10.000 euros. Algo que no debería haber hecho ya que podría haber sido reconocido como fallo de fábrica.

Muchos clientes podrían reclamar si finalmente se determina que Tesla ha estado obrando mal.

Tesla, en ese caso, alegó un mal uso por parte del cliente, así que se lavó las manos y tras más de un mes en el taller el coche fue reparado y puesto de nuevo en circulación. Caso similar es el de otro cliente que, en ese caso decidió no recuperar el coche. Salió a la venta con sólo tres ruedas. La investigación desvela que entre enero de 2021 y marzo de 2022 los talleres de Tesla de todo el mundo han reemplazado más de 120.000 brazos de control de la suspensión delantera. En muchos casos coches nuevos con apenas unos pocos miles de kilómetros realizados.

Se estima que 31.000 de esos clientes han tenido que correr con el gasto de las reparaciones. En Noruega, antiguos responsables y trabajadores de la compañía han asegurado que Tesla les obligaba en muchos casos a repercutir el coste de la reparación a los propios clientes a partir de 2017. Además de con los brazos de control, Tesla ha tenido repetidos fallos con otros componentes de sus vehículos, como semiejes o columnas de dirección. En muchos casos los propietarios han tenido que pagar de su bolsillo reparaciones de más de 3.000 euros mientras que sus coches estaban en garantía.

¿Qué motivo tiene Tesla para semejante estratagema comercial? Ni más ni menos que el dinero. En Estados Unidos la compañía ha asegurado muchas veces que los fallos son culpa de los clientes por su mal uso del vehículo. Tesla no quiere correr con las costosas reparaciones y mucho menos tener que realizar una llamada de seguridad que suponga reemplazar miles de componentes de coches nuevos. Una forma de reducir costes mientras que se sacrifica la seguridad de los usuarios.

Fuente: Reuters

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