Prueba Volvo V60 Cross Country, SUV o no SUV
Hay que entenderlo aunque no se crea. Hay gente que no quiere un SUV. Sí, la resistencia a la moda crossover sigue viva, y aunque en Volvo juegan en ambos bandos, hay soluciones intermedias como el Volvo V60 Cross Country que he probado.
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Publicado: 20/08/2020 20:00
El mercado de los SUV es imparable. En poco más de una década los crossover han conquistado todos los segmentos del mercado sin importar el tamaño o el precio. Todas las marcas apuestan por ellos, pero mientras muchos clientes se pasan a los SUV, un pequeño reducto, la resistencia, sigue apostando por los formatos convencionales. Entre ambos mundos encontramos el Volvo V60 Cross Country. Mitad berlina familiar, mitad SUV. ¿Una alternativa viable?
Es curioso que hace unos años Volvo usara la denominación XC para sus berlinas camperizadas (en nuestra memoria siempre está el XC70). Pero con la llegada del Volvo XC90 en 2001, el primer SUV de la casa, la denominación pasó a ser Cross Country. Aunque no sea muy usada, se ha empleado en el Volvo V40, en el Volvo V60 y el Volvo V90. Sí, lo has averiguado, siempre con la carrocería familiar. Solo hubo un pequeño intento de montar la carrocería campera en una berlina, fue en la anterior generación del Volvo S60. ¿Has visto alguno por la calle? Pues eso.
La transformación de un V60 normal y corriente en un Volvo V60 Cross Country es relativamente sencilla. Lo primero es ampliar la distancia con respecto al suelo con la ayuda de unas suspensiones más altas. Y luego se reparten los clásicos plásticos negros característicos de los SUV en pasos de rueda, bajos y parachoques. El resultado es un híbrido de atractivo estilo que convence, al menos a mí, más que algunos crossover que surcan nuestras carreteras.
Volvo V60 Cross Country D4
Lo cierto es que todos los Volvo se parecen los unos a los otros, no lo voy a negar. Desde que en el año 2015 el XC90 estrenara la filosofía de diseño de la casa nórdica, todos los modelos que han ido saliendo la ha adoptado. Desde las berlinas hasta las últimas unidades SUV en llegar como el Volvo XC40. Se trata de un estilo que envejece de maravilla, pero que puede llegar a cansar ante la falta de cambio. Lo peor es que no tiene pinta de que los suecos tengan prisa por cambiarlo.
Ese espíritu de mínimo cambio también lo tenemos en el interior. El habitáculo del V60 Cross Country es un espacio muy cómodo en el que pasar el rato. Se emplean materiales de gran calidad que arrojan un agradable al tacto y a la vista. El proceso de fabricación está a la altura de la categoría premium que se le presupone, y de hecho diría que está un punto por encima de sus rivales alemanas. Volvo no tiene absolutamente nada que envidiar de un Audi, un BMW o un Mercedes, puede que sean los germanos los que tengan que aprender. Cosas de la vida.
La sensación de calidad percibida es muy alta, y eso ahonda en unos pasajeros que van a viajar con todo confort y bien protegidos. Volvo siempre ha tenido un elevado sentimiento de responsabilidad para con sus usuarios. Se ha fijado el ambicioso objetivo de erradicar las víctimas mortales en accidentes de tráfico en sus coches, y no es algo que se tomen a la ligera. Cuando circulas a bordo del V60 Cross Country tienes la sensación de ir muy protegido.
Gran parte de la tecnología de a bordo se centra en la seguridad, incluyendo asistentes a la conducción que le dotan de una capacidad autónoma de nivel dos. El otro gran despliegue de sistemas se destina a mejorar la vida a bordo. Elementos de confort como los asientos climatizados, el climatizador de tres zonas o el control de crucero adaptativo. A eso podemos seguir sumando mucho más: Head-Up Display, acceso y arranque sin llave, techo solar practicable, faros full LED, cámara de 360 grados, navegador, conectividad para dispositivos móviles y un excelente equipo de sonido firmado por Bowers&Wilkins.
El problema de todos estos avances tecnológicos no es otro que la forma en la que se presenta. Los diseñadores de Volvo han querido eliminar todos los botones físicos que les fuera posible, y todo se ha centralizado en una gran pantalla de 9 pulgadas en posición vertical que domina la consola central. Salvo por un par de funciones, el resto deben controlarse de forma digital desde el panel. Eso supone un riesgo para la circulación porque nos obliga a desviar la atención más de lo debido. Lo bueno es que el sistema es muy intuitivo y fácil de aprender, rápidamente te haces con él a pesar de la gran cantidad de menús y submenús que tiene.
Como ya he dicho, todos los Cross Country de Volvo se venden en formato familiar. Es curioso pero es la misma estrategia que siguen sus más inmediatos rivales: Audi A6 Allroad Quattro y Mercedes Clase E All Terrain. Aunque estas carrocerías tan largas no son ideales para la circulación por el campo, son muy ventajosas en cuanto a habitabilidad. Los pasajeros de la segunda fila disfrutan de mucho espacio en todas las cotas, y el maletero cuenta con una capacidad mínima de 529 litros que se puede ampliar hasta 1.441 tras abatir la banqueta trasera. Maniobra que se puede hacer desde la pantalla del sistema multimedia.
Nadie puede decir que el V60 Cross Country sea un coche ligero. Su peso oficial en báscula es de 1.854 kilogramos. Eso quiere decir que, en orden de marcha, con algo de equipaje, el tanque lleno y varios pasajeros, vamos a superar fácilmente el rango de las dos toneladas. Para mover semejante masa Volvo ha dispuesto una gama de motores corta; un diésel y un gasolina con 190 y 250 caballos respectivamente. Mi recomendación es optar por la variante de gasoil por dos motivos. El primero es que es más barato, y el segundo es que consume mucho menos.
Al volante del Volvo V60 Cross Country D4
Como ya habrás podido imaginar la unidad de pruebas incorporaba el bloque diésel D4 de 190 caballos. Un motor de cuatro cilindros turboalimentado con 1.969 centímetros cúbicos de cilindrada. Los 190 caballos se entregan a 4.250 revoluciones, y a eso debemos sumar un par motor máximo de 400 Nm entre las 1.750 y las 2.500 vueltas. Acoplado al motor se encuentra siempre una caja de cambios automática de ocho velocidades de tipo convertidor de par, y un esquema de tracción total permanente.
No creo que se vaya a necesitar más rendimiento que el que se ofrece en el D4. Los 250 caballos del B5 se me antojan excesivos y fuera de toda necesidad. En marcha se siente bien, transmite mucha seguridad y ofrece un alto confort de marcha. Sin embargo, también he de reconocer que esperaba un poco más de calidad de rodadura. A altas velocidades y en carreteras rugosas se filtran al habitáculo ruidos de rodadura que afean un poco la sensación de comodidad, pero en ningún caso llega a suponer un problema grave.
En líneas generales el V60 Cross Country es un coche que se esfuerza en brindar a los pasajeros un viaje en primera clase. El tarado de la suspensión es muy blando con un eje delantero con clara tendencia al rebote. En la parte posterior se montan unas ballestas sobre un paralelogramo deformable. Una configuración nada moderna o sofisticada pero que cumple con la función de suavizar los obstáculos que nos encontremos en la carretera, o fuera de ella, donde puede adentrarse con la ventaja que le otorgan sus 21 centímetros de altura libre.
A nuestra disposición tenemos varios modos de conducción: Eco, Confort, Dynamic y Off Road. Este último sólo se activará en parado y cuando el coche detecte que estamos fuera de una carretera asfaltada (mediante GPS). Como la suspensión no modifica su comportamiento entre un modo y otro, siempre tenemos el mismo tipo de conducción blanda. Donde realmente actúan los modos es en la forma de entregar la potencia. Siendo más reactivo en aceleraciones y más rápido en transiciones.
Debo reconocer que lo peor del tren motriz es la caja de cambios. Aunque los convertidores de par han ganado mucho rendimiento en los últimos años, Volvo presenta una configuración excesivamente lenta. Hay un claro retraso entre que pisas el acelerador y el coche responde. El lag se debe a una caja que resbala demasiado y que trabaja con cierta calma (algo menos en modo Sport). Tampoco hay forma de corregir el problema mediante el recurso de las levas, porque no las hay. La única forma de cambiar uno mismo es arrastrando la palanca a la posición S, modo secuencial.
El principal inconveniente de la parte mecánica llega de la mano de los consumos. Aunque hablemos de un motor diésel de potencia media, el peso, la tracción total y la aerodinámica no favorecen al V60 Cross Country. Aunque Volvo anuncie un consumo medio de 5,9 litros por cada 100 kilómetros recorridos, a lo largo de la semana de pruebas, y tras haber recorrido más de 1.000 kilómetros, el ordenador de a bordo marcaba un gasto medio de 6,5 litros a los 100 kilómetros. Es un dato bueno, pero no excelente. Hay que tener en cuenta que si el uso va a ser más urbano el consumo subirá por encima de los ocho litros sin mucho problema.
¿Me planto en la berlina o salto al SUV?
Volvo fija un precio de salida para el V60 Cross Country de 51.405 euros, sin ofertas o promociones. Es un precio alto, puede que demasiado, por no sucumbir a la moda SUV. Más si tenemos en cuenta que un XC60 tiene un precio de salida de 43.350 euros. Esa diferencia es prácticamente insalvable para la berlina familiar camperizada. A pesar de ello es excelente en apartados como calidad, equipamiento y habitabilidad. Pero por contra es excesivamente caro, pesado y con unas capacidades dinámicas nada extraordinarias.
- Calidad interior
- Equipamiento
- Confort de marcha
- Peso elevado
- Capacidades dinámicas
- Cambio lento