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Desmontamos la "falacia del coche eléctrico"

De vez en cuando, voces presuntamente autorizadas opinan sobre el coche eléctrico con poco o ningún rigor científico. El último ejemplo es el presidente de Repsol. Comprobaremos con datos por qué Antonio Bufrau miente, o en el caso menos grave, solo está mal informado.

7 min. lectura

Publicado: 20/05/2016 18:00

¿Contamina más un coche eléctrico que uno convencional?

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha hecho unas declaraciones muy polémicas por la mañana en la junta de accionistas de la empresa. Son declaraciones que merecen ser contestadas. Para ser el máximo ejecutivo de una empresa energética líder, debería estar más puesto en temas de energía, pero no pasa nada, Motor.es le ayudará a estar bien informado.

Empezamos por la primera perla: "Es absolutamente falso que los vehículos eléctricos tengan cero emisiones". Cierto, señor Brufau, tenemos que considerar las emisiones que provoca el conductor al respirar, así como sus pasajeros, e incluso otras emisiones en caso de que tengan una digestión complicada.

Esas son todas las emisiones que va a producir un coche eléctrico, porque son vehículos de cero emisiones locales. En otras palabras, no contaminan en el área en el que se mueven, porque el motor no produce ningún tipo de gas. En todo caso, tenemos que hablar de emisiones en el punto de generación eléctrica. Dependiendo de las fuentes de generación, hay que hablar de más o menos emisiones.

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Emisiones equivalentes de CO2 dependiendo de la fuente de energía (2009)

Brufau se refirió a la subvención de 4.000 euros que se va a dar en Alemania a los coches eléctricos, ironizando con que no sabe si la subvención es para el sector del automóvil o para la industria del carbón, ya que el 45% de la producción de energía eléctrica de ese país proviene del carbón. Según un estudio de Shrink That Footprint (2009), las emisiones de un coche eléctrico en Alemania se pueden cifrar en 179 g/km de CO2 (gas de efecto invernadero, no contaminante).

Estamos hablando en todo momento de dióxido de carbono (CO2)

Esa cifra equivale a un consumo de 7,7 l/100 km de gasolina o 6,8 l/100 km de gasóleo. Pero España no es Alemania, y aquí se usa más energía renovable, por lo que pasamos a 146 g/km de CO2, equivale al consumo de un coche mediano o pequeño, 6,3 l/100 km de gasolina o 5,5 l/100 km de gasóleo. Alemania es un ejemplo muy sesgado que no representa el mix de generación europeo.

Muy bien, señor Brufau. Ahora hay que considerar todas las emisiones que no ha considerado, es decir, lo que ha costado la prospección, extracción, transporte de crudo, refino de crudo, y transporte de producto refinado hasta el depósito de un coche. Sumando todo eso, y es difícil de cuantificar, el coche eléctrico no empeora el problema. Por cierto, en las cifras anteriores ya se ha incluido la fabricación de los coches, cosa que no se hace con los de combustión interna.

En este caso, un coche eléctrico sí tiene mayores emisiones que un modelo convencional, salvo en marcas concretas que tienen problemas frecuentes de incendios

La eficiencia hay que medirla del pozo a la rueda (en inglés, well to wheel), considerando todas las pérdidas y energía necesaria para que un vehículo disponga de una cantidad de energía y el uso que se hace de ella. Los coches convencionales, salvo contadísimas excepciones, son más contaminantes que los eléctricos.

¿Y en cuanto a híbridos enchufables? Según datos de la Environmental Protection Agency (EPA) de Estados Unidos, coches como el McLaren P1 pueden superar las emisiones del coche medio vendido en ese país en el año 2014. Incluso el Porsche Panamera S e-Hybrid se encuentra bajo la media. Esos datos están basados el coches de gasolina en casi todos los casos, y de tamaño superior al europeo.

Brufau también aludió al proceso de fabricación del coche, que tiene mayores emisiones en el caso de vehículos equipados con baterías de alto voltaje, lo cual suele ser correcto. Ahora bien, hay que considerar el ciclo de vida completo del vehículo, desde que se fabrica hasta que se desguaza.

He aquí el colmo de la ironía...

Según un estudio de la firma de ingeniería Ricardo (2011), los eléctricos e híbridos generan más emisiones de CO2 al ser fabricados, pero lo anulan en una vida útil de 150.000 kilómetros, gracias a todo el CO2 que dejan de emitir por los escapes. Otra falacia desmontada.

Aconsejamos humildemente al señor Antonio Brufau que se asesore mejor para no decir barbaridades. No es cierto que los coches eléctricos contaminen más, y no es cierto que en su ciclo de vida sean más dañinos para el planeta. Es más, las baterías se reutilizan y luego se reciclan, lo cual también ahorra emisiones. Baste comprobar el uso que tendrán las baterías usadas de los Nissan Leaf.

Sí es cierto que durante por lo menos dos décadas más, el vehículo de combustión interna seguirá siendo el dominante en las carreteras, por una simple cuestión de números. El futuro será eléctrico, bien a base de baterías, bien a base de hidrógeno. Los híbridos son un producto de transición. Más le vale a Repsol diversificar sus líneas de negocio antes del 2050.

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