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Coches RarunosHino Contessa, a las puertas de la gloria

El Hino Contessa fue un coche japonés con base francesa, diseño italiano y sabor inglés y americano con motor y propulsión traseros. Se vendieron miles en todo el mundo pero hoy en día es toda una rareza. La fusión de la marca con Toyota reescribió su historia.

Hino Contessa, a las puertas de la gloria

11 min. lectura

Publicado: 10/10/2015 11:00

Aunque quizá no hayas oído hablar de ellos, Hino Motors tiene un largo historial como fabricante automovilístico en Japón. Hoy en día fabrica camiones y autobuses para todo el mundo. Tiene plantas de producción en el País del Sol Naciente y también en lugares tan heterogéneos como Estados Unidos, Canadá, México, Colombia, Israel y Pakistán.

Camiones y autobuses, vale ¿y los coches? Esta edición de Coches Rarunos no va sobre vehículos pesados (bien podría ser, como ya hicimos al hablar de la formidable historia de Comercial Truck Company) sino que nos remontaremos al breve periodo en el que Hino se dedicó a fabricar turismos. Le fueron tan bien las cosas que el éxito inminente que iba a lograr supuso su fin como fabricante de coches ¿Contradictorio? Sí, lo sé, pero todo quedará explicado. Empecemos por el principio.

Hay que retroceder más de un siglo, hasta 1910, para encontrar su origen en la empresa Tokyo Gas Industry Company. Dicha compañía inició su actividad comercializando gas, después productos eléctricos y finalmente también automóviles. En 1942 se dividió en dos empresas: Diesel Motor Industry Company (que hoy en día es Isuzu) e Hino Heavy Industry Company.

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El nombre Hino se tomaba de la localidad homónima en la prefactura de Tokio donde estaba (y aún está) la sede de la compañía. Sus primeros pasos fueron crear poderosos vehículos militares para el Ejército Imperial Japonés durante la II Guerra Mundial. Una vez finalizada la mayor contienda bélica de todos los tiempos se dedicó a la fabricación de motores diésel, camiones y autobuses.

Hino fabricaba y vendía los Renault 4CV bajo licencia en Japón

La industria automovilística japonesa de la postguerra sufrió una gran transformación gracias a los numerosos acuerdos que muchos fabricantes realizaron con marcas de coches de Europa y Estados Unidos. Hino no fue diferente. Las operaciones iban viento en popa, ya se habían ganado un hueco importante dentro en la industria e incluso suyo era el primer trolebús de la historia de Japón. La marca quiso ampliar su negocio lanzándose al mundo de los turismos.

Ya bajo el nombre de Hino Motors firmó un acuerdo de colaboración con Renault en febrero de 1953 y dos meses después comenzaron a fabricar el Renault 4CV (también llamado Renault 4/4) bajo licencia. En Japón se comercializaba como Hino PA y se vendieron unas 35.000 unidades en los 10 años que estuvo en producción. La cooperación también fue beneficiosa desde un punto de vista técnico, permitiendo a la empresa japonesa aprender nuevos conocimientos sobre estampación, pintura y otros procesos.

El primer coche de Hino Motors

La marca francesa cesó la producción del Renault 4CV en 1961 por lo que Hino se dispuso a dar un paso más en el mundo del automóvil: fabricar su propio coche. Contactaron con el prolífico diseñador italiano Giovanni Michelotti, que había trabajado con marcas tan relevantes como Ferrari, Lancia, Maserati, Alpine o Triumph, para dibujar la silueta del nuevo automóvil japonés.

Hino Contessa 900, diseñado por Michelotti

El Hino Contessa 900 empleó la base del Renault 4CV pero a simple vista nadie podía reconocer ese vínculo por la encantadora carrocería sedán trazada por el diseñador turinés. El motor de 0,9 litros y 35 CV de Renault iba colocado en la parte trasera y resultaba suficiente para animar el eje posterior con los 750 kg que pesaba el coche. Poco después se lanzó el Hino Contessa 900 Sprint, una versión coupé que rebajaba el peso en 100 kg y contaba con un motor potenciado por Nardi hasta los 45 CV.

Con un diseño atractivo, mayor habitabilidad -ofrecía espacio para cinco pasajeros, una plaza más que el 4CV- y la probada fiabilidad de su motor no fue extraño que el Contessa alcanzara unos buenos resultados de ventas. Se comercializaron 47.299 unidades entre 1961 y 1964, una pequeña parte de ellas fabricadas más allá de las fronteras japonesas.

La gran acogida en el mercado de su primer coche animó a Hino a desarrollar la segunda generación. De nuevo fue Michelotti el encargado de su diseño, que lucía una personalidad arrolladora. El frontal con dobles ópticas y sin parrilla recordaba claramente al Chevrolet Corvair mientras que las líneas generales eran similares a otros modelos diseñados por Michelotti como el Triumph 2000.

Hino Contessa 1300, la segunda generación del modelo japonés

El diseñador italiano se había inspirado en el coche inglés y en el americano para este modelo japonés con motor francés ¡Viva la globalización! El Hino Contessa 1300 era más grande y pesado que su predecesor, pero también más potente al utilizar un motor de 1,3 litros y 55 CV procedente del Renault 8. Inició su andadura comercial en 1964 y unos meses después llegó la versión deportiva con carrocería de dos puertas, el Contessa 1300 Coupé con 65 CV.

La segunda generación del Contessa se exportó a varios países de todo el mundo, fabricándose en Japón, Israel y Nueva Zelanda. Si gustaba en países tan dispares ¿por qué no en Estados Unidos? El enorme mercado americano sería el impulso definitivo para incrementar el volumen de ventas a unos niveles nunca vistos por la marca, pensaron en Hino Motors.

Conquistar a los estadounidenses no era una tarea sencilla porque los coches japoneses eran poco conocidos allí. Grandes marcas como Honda o Datsun (hoy Nissan) apenas llevaban un lustro en aquel país. En Hino sabían que debían tener una buena carta de presentación.

Hino y Brocks fueron pioneros, no había coches japoneses compitiendo en Estados Unidos

Contactaron con Pete Brock, un gran conocido por el público americano. El neoyorkino era el diseñador del sensacional Shelby Cobra Daytona Coupé y competidor habitual en el importante campeonato SCCA. La intención era participar en carreras norteamericanas con dos Contessa preparados por BRE Racing, el equipo de Brock.

El mejor resultado lo obtuvieron en 1966 en el circuito californiano de Riverside International Raceway, donde los dos coches de la desconocida marca japonesa lograron el primer y segundo puesto de la carrera ante la sorpresa de los 100.000 aficionados presentes. La expectación ya estaba creada. El público americano acababa de conocer a Hino. La aventura del Contessa en Estados Unidos era prometedora. Pero el mundo empresarial da muchas vueltas.

Cambio de planes

La evolución de Hino Motors no había pasado desapercibida para el gigante automovilístico Toyota y aquel mismo año se acordó la unión de Hino dentro del organigrama del fabricante fundado por Kiichiro Toyoda. La reorganización de la compañía con la compra de Toyota trajo nuevos planes.

Hino Contessa 1300 Coupé, más potente y deportivo que el sedán

Pronto quedó claro que sería Toyota y no Hino quien iniciase su andadura en Estados Unidos. De hecho, Hino Motors se centraría exclusivamente en la fabricación de camiones y autobuses. El proyecto quedó en silencio y en 1967 cesó la producción de la segunda generación del Hino Contessa. Se vendieron 55.027 unidades, de las cuales 3.868 contaban con la carrocería coupé, pero sin embargo hoy en día apenas se conservan un centenar. Toda una rareza.

El Contessa habría sido uno de los dos pilares, junto con los vehículos comerciales pesados, para que Hino Motors se hubiese colocado como una de las compañías automovilísticas más poderosas de Japón. La mano de Toyota alteró el rumbo pero también fue fundamental para lograr que Hino sea una compañía respetada por sus robustos y fiables vehículos pesados.

Y no se han olvidado de la competición. En 1991 un Hino fue el primer camión japonés que participó en el Rally Dakar. Desde entonces sus vehículos han participado en las últimas 24 ediciones del rally más duro del mundo y saborearon la victoria en 1997, cuando sus tres camiones coparon el podio.

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