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Ferrari vuelve a la casilla de salida con la marcha de Binotto: la clásica historia de autodestrucción en Maranello

Ferrari ha confirmado la marcha de Mattia Binotto el próximo 31 de diciembre, por lo que el proceso de reestructuración liderado por el aún director de la Scuderia se interrumpe. ¿Cómo afectará eso al equipo italiano?

Ferrari vuelve a la casilla de salida con la marcha de Binotto: la clásica historia de autodestrucción en Maranello
Mattia Binotto, junto a John Elkann en el Gran Premio de Miami de este año.

10 min. lectura

Publicado: 29/11/2022 12:30

Muchos de los aficionados a la Fórmula 1 tienen una idea equivocada de lo que es la Scuderia Ferrari. Crecieron con los cinco títulos consecutivos de un Michael Schumacher amparado en un grupo irrepetible de ingenieros, diseñadores y gestores liderados por Jean Todt, Ross Brawn y Rory Byrne.

Eso creó la falsa sensación de que la historia de Ferrari se escribe con la tinta de la perfección, la eficacia y la profesionalidad. Sin embargo, la realidad es que la Scuderia ha sido, tradicionalmente, un caos. Tanto para lo bueno, como para lo malo.

Este, y no otro, ha sido el principal catalizador de la pérdida de confianza de Ferrari en Mattia Binotto

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Antes de que llegara el primer título de la era Schumacher, en 2000, Jean Todt llevaba 7 años trabajando sin descanso para reconducir un equipo que se había convertido en un desastre absoluto. Fue en aquella época cuando se creó el mito de que una Ferrari comandada por italianos nunca podría tener éxito a consecuencia del politiqueo, las envidias y el dominio de la pasión sobre la razón.

El último título de constructores de Ferrari antes del que llegó en 2001 se consiguió en 1983. En cuanto al de pilotos, Jody Scheckter había sido el predecesor de Michael Schumacher al convertirse en campeón en 1979.

El Káiser acabó con 21 años de sequía. Ahora, Ferrari suma ya 15 años desde el último título de Kimi Räikkönen en 2007 y uno menos desde el último de constructores conseguido en 2008.

El proyecto de Mattia Binotto en Ferrari

Cuando Mattia Binotto fue designado director de la Scuderia Ferrari el 7 de enero de 2019, lo hizo con un encargo: reestructurar Ferrari para devolverlo a lo más alto tras varios periodos infructuosos con Stefano Domenicali, Marco Mattiacci y Maurizio Arrivabene al mando.

El italiano nacido en Suiza había llegado a Maranello como ingeniero del equipo de test en 1995 y, desde entonces, había ido ascendiendo hasta convertirse en el responsable del departamento de motores en 2014. En 2016, a raíz de la marcha de James Allison, pasó a la dirección técnica antes de convertirse en el relevo de un autoritario e incluso temido Maurizio Arrivabene en 2019.

Desde entonces, Mattia Binotto ha tenido que ir aprendiendo sobre la marcha un oficio desconocido para él, modificando progresivamente el organigrama y el capital humano de Ferrari hasta consolidarlo en las dos últimas temporadas.

Ferrari se convierte en un equipo técnica y políticamente sólido

Lo cierto es que Mattia Binotto tenía un reto descomunal por delante, pues Ferrari había perdido todo su peso específico en las dos áreas en las que tradicionalmente ha sido un equipo potente e incluso referente: la tecnología y los despachos.

Durante la etapa de Domenicali, Ferrari pasó a ser un equipo sin peso político en la Fórmula 1, así como una formación sin ideas innovadoras y con tendencia a seguir la estela de los equipos ganadores. Y ninguno de sus sucesores consiguió cambiar eso.

Sin embargo, Mattia Binotto ha conseguido restaurar ambas cosas. Por un lado, Ferrari ha vuelto a ser tenido en cuenta en los despachos. Por otro, ha sido el equipo que mejor ha digerido el cambio de reglamento, pasando de un distante tercer puesto a comenzar la temporada 2022 con el mejor coche de la parrilla.

El Ferrari F1-75, un coche demasiado bueno

Y ese ha sido, probablemente, el principal problema con el que se ha encontrado Mattia Binotto: un coche mejor de lo esperado que colocó al equipo ante un reto para el que aún no estaba preparado.

El propio Binotto lo avisaba a principio de temporada y lo reiteraba cada vez que tenía la oportunidad: el objetivo de Ferrari para este año era volver a ser competitivo mientras se preparaba para luchar por el título en 2023.

El Ferrari F1-75 comenzó la temporada siendo el coche más rápido, pero la fragilidad del motor y la perfección de Red Bull fueron demasiado para los de Maranello.

No podemos olvidar que Ferrari ha pasado por un proceso de reestructuración muy profundo: el mismo que equipos como McLaren, Renault/Alpine o Racing Point/Aston Martin llevan años sufriendo y por el que aún no ven la luz al final del túnel.

Binotto tuvo que acometer una transición global, pero también personal, pues no en vano había sido un técnico durante toda su vida y fue colocado en el rol de gestor del grupo más complejo y exigido de la historia de la Fórmula 1, quizá también del deporte junto al Real Madrid de fútbol.

Y como en el Real Madrid, la clásica frase de que hay que ganarlo todo siempre supone una losa muy difícil de soportar. Especialmente cuando hay que pasar por un inevitable proceso de regeneración.

El principal error de Mattia Binotto como director de Ferrari

A ojos de John Elkann y Benedetto Vigna, presidente y director ejecutivo de Ferrari respectivamente, Mattia Binotto ha cometido un error monumental: ser el primero de los perdedores en 2022. Desde ese punto de vista, Binotto estaba sentenciado desde hace meses porque la realidad es que Ferrari no ha sido un equipo capacitado para ganar a una formación tan cercana a la perfección como la que forman Red Bull y Max Verstappen.

Sin embargo, no todo lo que ha hecho Mattia Binotto ha sido lo correcto. En realidad, su mayor error ha consistido en no hacer lo que debería haber hecho hace tiempo.

No podemos negar que su gestión amable y colaborativa ha permitido a Ferrari volver a ser valiente e innovadora a nivel técnico. Atrás quedó el miedo al error tan fuertemente instaurado en los tiempos de Arrivabene y que no hizo más que ahondar en una crisis de identidad técnica muy severa.

Sin embargo, a Binotto le ha faltado un poco de mano dura en una área concreta: la que en realidad ha dado origen a la magnificación de los errores de Ferrari. O, dicho de otro modo, lo que ha convertido a Ferrari en un meme.

Que Ferrari tiene un problema serio de estrategia es algo sabido desde los tiempos de Sebastian Vettel. Los buenos, aquellos en los que el alemán le aguantaba el pulso a Lewis Hamilton hasta el verano. Sin embargo, Mattia Binotto no ha hecho nada para solventar un aspecto clave de un equipo de Fórmula 1 que quiera aspirar a algo. Siguen estando los mismos de siempre y se siguen cometiendo los errores de siempre.

Desconozco si el plan de Binotto para este invierno pasaba por hacer cambios en el equipo comandado por Iñaki Rueda, pero lo que parece indudable es que eran necesarios. Porque, de hecho, llevan siendo necesarios varios años.

Con Mattia Binotto, Ferrari ha vuelto a ganar carreras, pero no ha sido suficiente.

Este, y no otro, ha sido el principal catalizador de la pérdida de confianza de Ferrari en Mattia Binotto, del público malestar de Charles Leclerc con la Scuderia y de las continuadas bromas vertidas desde las redes sociales que no han hecho sino aumentar una presión tradicionalmente elevada.

¿Sale ganando Ferrari con la marcha de Mattia Binotto? Rotundamente no. No sólo porque se va el autor intelectual del resurgir de Ferrari, sino porque en Maranello pierden a un ingeniero brillante y experimentado.

Nadie sabe si Frédéric Vasseur, o quien venga a coger el timón de Ferrari, acabará triunfando en la Fórmula 1. Lo que sí es muy probable es que volverá a la casilla de salida para hacer las cosas a su manera.

Bien haría en identificar el origen de los problemas antes de actuar, tocar lo justo y seguir construyendo a partir de la obra de Mattia Binotto. Pero claro, para eso tendría que vencer la tentación de querer contentar a Elkann y Vigna… ¿tendrá personalidad suficiente para ello?

Fotos: Scuderia Ferrari

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