Las marcas de coches cayeron en la trampa del siglo, nadie quiere lo que vendían como el futuro
Se gastan miles de millones de euros, y de dólares, en acuerdos comerciales con proveedores de servicios y en el desarrollo de las tecnologías de conectividad. Sin embargo, este negocio no reporta tantos resultados positivos como se esperaba. Un estudio revela lo que piensan los clientes de estos servicios embarcados.

Cuando los servicios de conectividad empezaron a invadir los coches, estaba claro que las marcas habían encontrado un nuevo filón que explotar. Las pantallas multimedia se convirtieron en epicentros de esta conexión con el mundo exterior, nos dijeron, pero en realidad lo que buscaban era el aislamiento en el interior de los coches.
Estos ecosistemas son tan completos, y ofrecen tantas posibilidades de entretenimiento que son imposibles de amortizar, tanto para el cliente como para los fabricantes, a los que se les ha sumado un nuevo problema en los últimos tiempos: las marcas se están empezando a dar cuenta de que el negocio de la conectividad, en el que se embarcaron todos, no está dando los frutos que pensaban.

Pagar por más garantía sí, por Netflix en el coche no
Para algunas, es bueno que pierdan todas porque, al menos, no fue una la tonta en meterse en semejante negocio. La cuestión es que debían estar obligadamente porque, si era un éxito, las ausentes habrían perdido la oportunidad y entrar después se hace más complicado. Por eso, decidieron gastarse miles de millones en desarrollar potentes soluciones de software o firmar acuerdos comerciales para el uso de tecnologías, como el de Apple CarPlay Ultra.
Pero la realidad está demostrando ser muy diferente, porque los clientes utilizan los servicios de conectividad cuando son gratis. Por norma, los tres primeros años desde la compra del coche suelen serlo, pero cuando este tiempo pasa, entonces se ofrecen períodos de suscripción de, como mínimo, un año y con un coste que, en el mejor de los casos, tiene un precio a partir de 60 euros.
Todo depende de las prestaciones, por ejemplo, localización del vehículo, búsqueda de aparcamientos, de estaciones de servicio, de puntos de interés, … Una encuesta realizada en Europa y Estados Unidos ha determinado lo que las marcas no quieren saber sobre el uso de las funciones de pago mediante suscripción.
El software de entretenimiento en los coches no es el futuro
La conclusión es brutal, pues el 76 % de más de un millar de encuestados, ha confesado no usarlas. Algunos esgrimen no estar de acuerdo con la forma en que se prestan los servicios, para otros carecen de interés y otros desconocen por qué son interesantes para sus coches.
Cuatro de cada diez encuestados indican que estarían interesados en un sistema que permitiera gestionar el seguro y la garantía en el propio vehículo. Un dato llamativo como el hecho de que un 56 % admita usar más aplicaciones de proveedores externos a la marca del coche, sean de pago o gratuitas.
Está claro que los esfuerzos de las marcas en el área de la conectividad son inútiles. El estudio ha determinado que solo un 24 % utiliza una suscripción y que un 67 % de estos estaría dispuesto a sacarle aún más provecho, pero la realidad es muy diferente. Que las marcas de coches sigan persistiendo es solo generar pérdidas.