Esto es lo que pasa cuando tu coche eléctrico marca 0 % de carga, un estudio alemán desmonta mitos
Sea en un coche de combustión o en los eléctricos, apurar al máximo el depósito de combustible o la batería es una temeridad que puede terminar no sólo esperando a una grúa para repostar o recargar. Un estudio alemán cuenta cuál coche eléctrico te permite jugarte la carta de la autonomía, y lo que le puede constar a tu bolsillo.

Son más divertidos cuando aceleras a fondo y, por supuesto, son más eficientes que los coches de combustión, pero los eléctricos también tienen particularidades especiales. Hasta hace poco tiempo, los interesados acababan echándose atrás, incluso cuando tenían su próxima compra completamente decidida, por un fenómeno llamado el síndrome de la ansiedad energética. Ese temor a quedarse sin energía en la batería ha llevado a los fabricantes a ofrecer baterías con una gran capacidad de almacenamiento de energía para lograr vender más coches eléctricos.
Hubo un momento en el que Audi decía que no esto no sería necesario, siempre y cuando existiese una red de carga a la altura de las circunstancias que Europa quería imponer, pero las marcas se han dado cuenta de que la propia administración está fallando en sus planes, a pesar de las imposiciones a los fabricantes. Por eso, estos han sido los que se han visto obligados a aumentar la autonomía con más potencia en las baterías, algo que no ocurre con los coches de combustión, en los que el tanque de combustible es el mismo para todas las versiones. La estrategia está clara con los más potentes, basta con no hacer más presión en el pedal derecho.

ADAC saca a la luz la autonomía de emergencia de los eléctricos
Así, los propietarios de los coches de combustión creen saber con algo más de exactitud de cuánta autonomía disponen cuando se enciende el testigo de la reserva, cosa que en los eléctricos es más complicado de determinar, especialmente cuando se trata de acudir a un punto de carga antes de que sea demasiado tarde. Además, quizás algunos ni se lo planteen, pero mientras que un tanque de combustible puede contener algunos posos y generar unos tirones en el motor, los de los modelos de cero emisiones ni se imaginan lo que puede suceder cuando se agota por completo la batería.
Posos, desde luego, no hay, pero sí otros problemas. El organismo alemán ADAC ha realizado un estudio en una serie de seis coches eléctricos, a los que ha puesto al límite para averiguar cómo los coches avisan de batería baja y si realmente se detienen cuando la carga llega al cero por ciento. Por supuesto, como en los coches con motor de combustión, estos también cuentan con un testigo amarillo que informa de que la batería se está descargando, casi todos con un mensaje de texto que así lo indica, y sólo en algunos, ese testigo luminoso de la batería se ilumina en naranja.
Cuándo lo hace en cada coche eléctrico de los que forman la prueba -BYD Seal, KIA EV6, NIO EL6, Tesla Model Y, Volkswagen ID.3 y Volvo EX40- es diferente. Porque, mientras que en el coreano se indica cuando la capacidad de la batería alcanza el 21 %, en el sueco avisa cuando el agua está al cuello, con sólo un 7 %. Al menos, en el coreano, ese punto extra por encima del 20 % te está indicando que aún dispones de 70 kilómetros antes de que se pare por completo. Lógicamente, cuando más se acerca el cero por ciento más, más insistentes son los avisos sumándose el acústico a los luminosos.
Además, los coches eléctricos están preparados para que, a partir de un nivel de carga muy bajo, el rendimiento disminuya notablemente; la aceleración se ralentiza tanto que, incluso, puede dar la sensación de estar averiado, pero es sólo una forma de ahorrar energía al máximo posible, impidiéndote que pises el acelerador para llegar cuanto antes a un enchufe.
Hoy, quedarse sin energía en un eléctrico es un imposible
Ninguno de los seis eléctricos sometidos a esta prueba de autonomía por el ADAC alemán llegó a pararse por completo, ya que la reserva de energía les permite recorrer entre 15 y 20 kilómetros. Ojo, que este resultado se ha logrado con unas condiciones más que favorables porque, si el ensayo hubiese sido en pleno invierno, con temperaturas extremadamente bajas o con baterías más desgastadas, el resultado habría sido muy diferente y no tan positivo. Las conclusiones del estudio también arrojan otras tan importantes como interesantes.
Por un lado, que la ansiedad energética no existe, y no porque las baterías de hoy en en día ya superen, los 600 kilómetros en un gran número de coches eléctrico, sino que los avisos que evitan el quedarse sin batería son continuos. Si se diera el caso, es porque se ha buscado a caso hecho, pero puedes confiar en que el alemán te dará 15 kilómetros extras, el BYD Seal dispone de 18 kilómetros, uno más el KIA EV6, una veintena de kilómetros el Tesla Model Y y 21 kilómetros el sueco con ese 7 %. Todavía así, no es recomendable fiarse al 100 % de estas cifras, ya que pueden variar y siempre a la baja. Eso sí, cabe señalar al NIO EL6 que, si bien todos los coches eléctricos con una carga entre el 95 y el 99 por ciento, empiezan a perder potencia, éste fue el único que mantuvo la potencia máxima hasta que la pantalla marcó el 0 por ciento.
Eso sí, en los coches eléctricos no hay posos en la batería, pero esta autonomía de emergencia es para casos excepcionales, no habituales. Si persistes en apurar la autonomía constantemente, acabarás por dañar las celdas y llamar a la grúa para que te rescate será una minucia comparado con el gasto para reparar la batería...
