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Esta encuesta demuestra que las marcas europeas no deben temer a los coches chinos, los prejuicios son claves, al menos por ahora

Tenía que llegar el momento y ya ya no hay vuelta atrás. Los coches chinos ya se están vendiendo en el continente europeo, tanto eléctricos como de combustión, aunque en mayor medida los primeros. Un gran temor para la industria europea por sus bajos precios, pero que no convencen a los ciudadanos que así lo han reflejado en una abrumadora encuesta.

Esta encuesta demuestra que las marcas europeas no deben temer a los coches chinos, los prejuicios son claves, al menos por ahora
OMODA 5, el nuevo SUV chino de combustión y eléctrico desembarca en Europa - OMODA

4 min. lectura

Publicado: 23/11/2023 17:00

Casi se podría decir, a la vista de una encuesta realizada en Bélgica, que los fabricantes europeos no deberían de tener miedo a las marcas asiáticas. Hace tan solo unos días que Herbert Diess, el ex gran jefe de Volkswagen, apuntaba que solo serían unas pocas de las decenas chinas que habían manifestado su interés en dar el salto las que cumplirían su palabra, destacando las más importantes que infunden tanto miedo como respeto.

Es la conclusión más clara del resultado que se desprende de este análisis llevado a cabo entre un millar de participantes, que han dejado claro que no está entre sus planes comprar un coche nuevo chino. Las marcas asiáticas ya son una realidad en el continente, especialmente con coches eléctricos, aunque no renuncian tampoco a ofrecer otras propulsiones. La fama creada durante muchos años de que sus productos son de mala calidad es el factor principal que destacan los participantes, a pesar de que son más los que recurren tanto a estilistas europeos como empresas de consultoría de ingeniería de reconocido prestigio.

Polestar 4
El Polestar 4 es la gran última novedad de la marca, el capital chino que la sostiene es un problema para los clientes

Los coches chinos no convencen, la mala fama en general es clave

Pero ni por esas logran convencer, según la encuesta. Un 40 por ciento de los encuestados destaca, sin ningún tapujo, «la mala reputación del país», y un veinte por ciento afirma tajantemente que nunca compraría un coche chino, si bien es una conclusión que también depende de la edad de los encuestados. Los más jóvenes no son tan reacios pero se justifica claramente en que el precio es más barato, en algunos casos, mucho más que un europeo, como también lo consideran así los que son ya propietarios de coches eléctricos. Un 37 por ciento coincide que la calidad es tan negativa que saldrá más cara a medio plazo.

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La mala imagen del país está también relacionada con otros asuntos, como su situación política o el ánimo de ocultación que tienen frente a otros países, por ejemplo en torno a la «exportación» mundial del Covid-19. Factores que influyen muy negativamente pero que algunas marcas han optado por tratar de esquivar utilizando la estrategia de establecerse y fabricar en el continente. Pero el hecho de que el capital inversor sea chino, ya es más que suficiente para que una gran parte de los encuestados consideren a la marca como china.

El hándicap al que se agarran las marcas europeas

Esta cuestión es algo que se puede mantener a corto y medio plazo, pero no eternamente, por lo que estarán obligadas a buscar otra estrategia, lo cual no quita tampoco que la expansión de las marcas asiáticas se detenga, todo lo contrario, seguirán llegando con cada vez más novedades. Pero sí que hay un hándicap en el que confían las marcas europeas, y no solo es que se les impongan aranceles a la exportación, sino que se mantenga esta percepción de los clientes. La única salvación para evitar que ganen cuota de mercado.

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