¿De verdad necesitamos tantos caballos? He probado cientos de coches y esta es la potencia perfecta
La potencia es una de las cifras en la que más nos fijamos a la hora de hablar de un coche. Hay muchas opciones en el mercado, pero ¿cuál es la mejor? Tras probar cientos de coches esta es mi conclusión.

Más de 10 años en esta profesión te da, por suerte o por desgracia, para probar muchos coches. Centenares de coches han pasado por mis manos, tantos que no puedo ni contarlos. Durante más de una década en Motor.es hemos analizado la casi práctica totalidad del parque de vehículos de España y de fuera de ella también. Coches de varios centenares de miles de euros o de apenas unos miles. Da igual, nuestro estándar y nuestra pruebas siempre son las mismas. Da igual si hay mucha potencia o poca. Sin embargo, seguro que te asalta una duda, ¿cuál es la potencia correcta para un coche?
Esa misma pregunta nos hemos hecho nosotros y la respuesta más sencilla es…depende. Depende del uso que le vayamos a dar al vehículo, del tipo de conducción, del tipo de coche e incluso del tipo de mecánica que incorpore. No es lo mismo hablar de un coche eléctrico que de un coche de combustión, ni de un híbrido, híbrido enchufable… Antes todo era más sencillo; o A o B, o diésel o gasolina. Como mucho estaba Toyota con sus híbridos, pero para de contar. Hoy las alternativas son mayores y complicadas. La especificidad del mercado nos permite poder escoger una mecánica para cada tipo de cliente.

La potencia necesaria depende del tipo de coche, los más grandes necesitan más
Como venía diciendo, por mis manos han pasado multitud de opciones diferentes. Desde un pequeño motor tricilíndrico de gasolina de un litro hasta un eléctrico con más de 1.000 caballos de potencia. Cuando compramos un coche hacemos, por norma general, la segunda compra más cara de nuestra vida, después de la casa. Un producto que tal y como indican las cifras nos va a acompañar durante una buena parte de nuestra existencia. La edad media del parque actual es de 14 años para los turismos y creciendo. Es por eso que hay que tener especial cuidado sobre qué coche y qué motor escoger.
El mercado dice que los compactos (segmento C) son hoy por hoy la opción de compra favorita de los conductores españoles y europeos. Seguidos de los utilitarios (segmento C). Es decir, coches de entre 4,2 y 4,6 metros que combinan diferentes cualidades que cumplen casi el 100% de los requisitos y de las necesidades comunes. Coches que, como yo suelo decir: sirven para todo. Desde ir y volver del trabajo cada día, ir a buscar a los niños y hasta para viajar. Teniendo esto en cuenta y empezando por abajo, no me distraigo más con la presentación. Veamos cuál es la potencia perfecta para un coche nuevo.
Si hablamos de las categorías inferiores mi recomendación es optar por una cifra lo más cercana posible a los 100 caballos. Ya estén extraídos de un motor de tres o cuatro cilindros. Preferiblemente de cuatro porque vamos a ganar en confort de marcha y también en ahorro de combustible. Si el coche no pasa de los 4,3 metros y pesa menos de 1.500 kilogramos esa es la mejor cifra a la que podemos arrimarnos. Tenemos potencia suficiente para movernos por ciudad y un rendimiento correcto cuando nos alejamos de ella. No vamos a tener el Fórmula 1 de Fernando Alonso, pero tampoco se necesita. Lo importante es no quedarse muerto cuando subimos un puerto, por ejemplo.
Muchas veces malinterpretamos la potencia. Solemos asociarla con velocidad y, por consiguiente, con peligro, pero es un error muy común. La potencia, bien usada y bien aprovechada también puede considerarse como un símbolo de seguridad. Maniobras como adelantar en vía secundaria o incorporarse a una autopista son mucho más fáciles y seguras si el coche tiene potencia. Cuanto antes nos libremos de estos peligros más seguros iremos nosotros y el resto de ocupantes de la vía. Sí, la potencia nos permite correr más, pero también hay mucho loco con coches de baja potencia. Toda arma en malas manos es sinónimo de riesgo.

El par debe preocuparnos tanto como la potencia
Con 100 caballos de potencia en un coche de hasta 4,3 metros iremos bien. El modelo más vendido en España se ubica en esta categoría. 90 caballos para apenas 1.152 kilogramos de peso. Ratio perfecto de potencia-peso. Cada vez son más los utilitarios híbridos. Modelos como el Yaris, el Clio y el MG3 que ofrecen la ventajosa etiqueta ECO y un sistema híbrido no enchufable que además de reducir los consumos aumenta la potencia. Me parecen excelentes opciones, la verdad. Para mí, el mejor producto relación calidad-precio es el Renault. Con 145 caballos es un coche para todo. Encima tiene cambio automático para sumar confort.
¿Qué pasa cuando subimos de tamaño? Nos adentramos en el terreno de los Hyundai Tucson, KIA Sportage o del Toyota Corolla. En estos casos el planteamiento debe ser totalmente diferente. A este tipo de coches se le presupone un uso más amplio. Son, en muchos casos, el único coche disponible en casa. Como he dicho antes, son coches para todo. Coches que acostumbran a ir cargados de niños, maletas y demás enseres que suman peso al conjunto del coche. En estos casos necesitamos más potencia para poder salir de los mismos peligros con la misma soltura.
No recomiendo bajar de los 150 caballos para modelos térmicos convencionales, es decir, diésel o gasolina. Si tomamos como ejemplo un Hyundai Tucson vemos que hay diferentes opciones a las que echarle el guante. Desde 116 hasta 160 caballos para modelos no híbridos. El mejor diésel es el de 136 caballos, el mejor gasolina es el de 160 caballos. ¿Por qué esa diferencia cuando hablamos del mismo coche? Porque hay un término que es incluso más importante que la potencia; el par. La potencia sólo te permite alcanzar una velocidad, el par es el que te indica cómo de fácil será llegar a esa velocidad.
Es decir, la potencia es la fuerza del coche. Si tenemos mucha potencia y poco par aceleraremos despacio. Solemos decir que la aceleración es muy progresiva. Los motores diésel tienen más par que los de gasolina, por eso, para obtener la misma respuesta, nos exigen más potencia. Siguiendo con el caso del Tucson. El diésel 1.6 CRDI manual de 136 caballos desarrolla 320 Nm de par motor. El 1.6 T-GDI de 160 caballos ofrece 265 Nm de par motor. Entonces, ¿qué potencia debo escoger para mi coche nuevo? En cualquier caso no recomiendo bajar de los 150 caballos para SUV compactos. Si no es un SUV lo que buscas puedes reducir un poco esa potencia, hasta los 120 o 130 caballos. En cualquier caso esas cifras me parecen las más recomendables.

Las ayudas eléctricas siempre son bienvenidas
El problema de los compactos es que cada vez presentan más alternativas mecánicas. Sobretodo triunfan los híbridos, en cuyo caso siempre recomiendo optar por las opciones más potentes. Una vez más el ejemplo del Tucson es perfecto. El híbrido de 215 caballos es la opción más recomendable de todas las que Hyundai nos ofrece. Buena potencia, buen par (367 Nm de par motor), buena aceleración y consumos ajustados. No se puede pedir más. Te digo lo mismo en el caso del CH-R, mejor el 200H en lugar del 140 H, y en el ejemplo del Austral con su full hybrid de 200 caballos.
Una opción también preferida por cada vez más conductores en España es la marca MG. El ZS de gasolina y 116 caballos no te lo recomiendo porque le falta mucha entrega. Las respuestas son muy pobres teniendo en cuenta los estándares actuales. Y el consumo también. En cambio, el ZS Hybrid+ de 194 caballos es la apuesta ganadora. En cuanto al HS la duda también es razonable. Hay dos opciones, atmosférico o híbrido enchufable. Si la disyuntiva es esta siempre te diré que optes por el enchufable, aunque eso exige que tengas un enchufe donde cargarlo. De lo contrario no debes comprarte nunca un híbrido enchufable. La batería se acaba destruyendo con el paso del tiempo y repararla o cambiarla cuesta un ojo de la cara.

Espero haberte ayudado, de todos modos si tienes alguna duda siempre puedes consultarnos a través de los comentarios o en cualquiera de nuestros perfiles en Redes Sociales.