Stella Li, vicepresidenta de BYD, preocupada por la guerra que ellos empezaron, «hay que sobrevivir, pero esto no es saludable»
Muchos expertos aseguran que la oferta comercial china está desatada. Demasiadas marcas y modelos a pesar de ser el mayor mercado del mundo. BYD ha iniciado una guerra de precios que se declara como extrema.

En apenas una generación China ha transformado por completo su industria automovilística. El gigante ya no está dormido. Hoy China lidera las ventas mundiales, registrando más matriculaciones que Europa y Estados Unidos juntos. El país cuenta con algunas de las marcas más grandes del sector, incluyendo BYD. Los de Shenzhen se han abierto al mundo, pero en su propio país acaban de iniciar una guerra comercial que tiene preocupados a todos los implicados, desde las marcas al Gobierno. La vicepresidenta de la empresa, Stella Li, reconoce que "no es sostenible".
Con más de 130 marcas diferentes compitiendo entre ellas en el país, China disfruta de la oferta más variada jamás registrada. Si bien esto puede suponer una gran ventaja, también es un inconveniente. Las tarifas están ajustadas hasta el último yuan, mientras que muchos indicadores aseguran que tanta variedad ha tocado techo. No son pocas las compañías que sufren problemas económicos. La imposibilidad de aumentar los precios les obliga a trabajar con márgenes muy reducidos que en ocasiones suponen pérdidas.

Mala competencia y un gran peligro de quiebra para muchas compañías
Para complicar aún más las cosas, desde principios de año BYD ha echado leña al fuego al aplicar importantes rebajas en la casi totalidad de su flota. Agresivos descuentos que si bien tienen un enfoque comercial, también tienen un trasfondo negativo que repercute en toda la industria. Si los rivales quieren ser la alternativa que dicen ser están obligados a reducir sus precios, a acortar los márgenes y, por lo tanto a ganar menos o incluso nada con sus ventas. Dicha situación le llevará a reducir beneficios o a registrar pérdidas. A pesar de que la industria está parcialmente financiada por el Gobierno, no se puede perder dinero indefinidamente.
Durante una entrevista concedida, Stella Li, vicepresidenta de la compañía y máxima responsable para Europa, ha reconocido que la situación de China «no es sostenible. Es una competencia muy extrema y dura». «Hay que sobrevivir, pero esto no es saludable», ha añadido. «Lanzamos este modelo hoy y dos meses después nuestros competidores lanzarán un modelo similar que es más grande pero con un precio entre 10.000 y 20.000 yuanes más barato». BYD ostenta una posición de privilegio dentro de la industria, pero también de debilidad. La gran empresa tiene que cumplir con los accionistas.

BYD se ha fijado objetivos de ventas muy ambiciosos para este año y los siguientes. Los chinos esperan cerrar el curso como el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo. Con un crecimiento de un 15% parece mucho, pero es poco para los estándares del país. BYD ha acostumbrado a sus accionistas a registros mayores. Durante dicha entrevista, Li ha reconocido que BYD seguirá invirtiendo fuertemente fuera de China, principalmente en Europa. Mientras, la la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China (CAAM) ha emitido una declaración instando a poner fin a la guerra de precios, advirtiendo de la competencia poco sana que se está generando.
Fuente: Bloomberg News
